Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

El calentamiento global y los conflictos locales amenazan al Mar Muerto

El cambio climático y el consumo de los habitantes de Medio Oriente hacen que baje su nivel aceleradamente
lun 15 febrero 2010 12:43 PM
Sin Pie de Foto
mar_muerto Sin Pie de Foto

Una mañana de invierno del año 31 a. C., Herodes el Grande, rey de Judea bajo el emperador de Roma, dio el visto bueno a los arquitectos e ingenieros que habían construido para él una gran fortaleza sobre la meseta de Masada.

Hacia el poniente, las murallas protegían el acceso desde las colinas que se extienden hasta Jerusalén. Al oriente, 400 metros por debajo, una serie de cañadas herían la sequedad de la bruta corteza terrestre hasta llegar al Mar Muerto, que brillaba azul, disimulando su densidad salina.

El agua era la clave y Herodes lo sabía. Como lo sabe cualquier persona que haya vivido alguna vez en Levante, la desértica zona de Asia apretada entre el Mar Mediterráneo y el Golfo Pérsico: Palestina e Israel, Líbano, Siria, Jordania, Irak y el sureste de Turquía.

El líquido ha escaseado siempre y hoy, cuando la población es inmensamente más grande que hace 2,000 años, el problema se hace mucho mayor al considerar que el cambio climático global apunta a una reducción en la cantidad e intensidad de las lluvias, y a un clima más seco y caliente, según proyecciones del canadiense Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible.

Sobre el barandal del Palacio del Norte de Masada, en diciembre de 2009, ya no se puede gozar del mismo paisaje que emocionaba al viejo Herodes: la línea de la costa ha retrocedido cientos de metros, en la medida en que el consumo de israelíes, sirios y jordanos ha reducido el caudal del río Jordán, que ya no llega a su destino: con un nivel que baja un metro al año, el Mar Muerto es un mar que se muere.

El Mar Muerto, que en realidad es el lago más salado del mundo (10 veces más salado que el mar) y el lugar más bajo de la Tierra (-418 metros bajo el nivel del mar), se extiende a lo largo de 50 kilómetros de longitud por 17 kilómetros, y está situado entre Israel, Jordania y los territorios palestinos.

Publicidad

Según la organización ambiental en Medio Oriente Amigos de la Tierra, el Mar Muerto desaparecerá para 2050 si el agua continúa bajando a la misma velocidad que hoy lo hace.

A esto se suma una situación política conflictiva en la que la búsqueda de soluciones se hace más compleja, porque no se trata tan sólo de lograr que los pueblos enfrentados lleguen a un acuerdo para dividirse un territorio: las divergencias en Medio Oriente son en gran medida una pelea vital por el control del agua. Son disputas que, si las predicciones se cumplen, se agravarán conforme haya menor disponibilidad del líquido.

El Mar Muerto se hunde y expulsa a quien vive a sus orillas.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad