En Chile, recuerdan a tres que murieron ayudando a otros
Los dolientes asistieron a las iglesias de esta comunidad pesquera para recordar a los caídos, aquellos que murieron prensados en los edificios colapsados por el terremoto de 8.8 y que se ahogaron por el subsecuente tsunami del mes pasado.
Entre aquellos que fueron recordados se cuentan un pescador, su hijastro y un amigo que murieron tratando de salvar a otros en lugar de salvarse a sí mismos.
Pedro Muñoz, su hijastro Luis Anabalón y su amigo Juan Padilla acampaban en una isla frente a la costa con otras docenas cuando un terremoto azotó la región la madrugada del 27 de febrero.
Mientras esperaban el golpe del tsunami, los tres hombres se esforzaban por evacuar a cuantas más personas pudieran.
“Pedro y mi hijo gritaron: ‘Mujeres y niños primero’”, dijo Tabita Bravo, la viuda de Pedro Muñoz. “Yo corrí a juntar a todos, pero el bote era muy pequeño y no cabían todos”.
Cuatro mujeres y seis niños pequeños salieron en el primer bote, al que Bravo se rehusó abordar.
Muñoz regresó por su esposa y otros nueve en tanto una segunda ola se acercaba a la isla. Su hijo Luis y su amigo Padilla trataban de organizar a quienes se quedaron detrás.
“Cuando volteé, escuché gritos y lamentos de otras mujeres”, dijo Bravo. “Le grité a mi hijo Luis que corriera hacia los árboles y trepara y el me respondió: “Estoy bien mami. Nunca olvides que te amo. Te amo’”.
Los testigos dicen que Muñoz ayudó a salir al menos 20 personas en un segundo viaje a la playa.
Tabita Bravo dijo que ella le suplicó que no regresara, pero un vecino lo convenció de realizar un tercer viaje.
Según ella, Muñoz le dijo: “no te preocupes. Regresaré. Pero sino, ya será la voluntad de Dios. Si no intento rescatar a los demás, siempre me pesará en la conciencia”.
Esas fueron las últimas palabras entre la pareja.
“Escuché que la tercera ola se aproximaba, destruyendo todo a su paso”, dijo Bravo. “Escuché cómo se rompían las amarras de los botes. Corrí hacia el cerro y al voltear me di cuenta que Pedro, Luis y Juan no estaban. Ahí supe que no los volvería a ver”.
En Constitución, la gente comulgó el domingo y todo el país inició un duelo de tres días para recordar a gente como Pedro Muñoz, Luis Anabalón y Juan Padilla, que dieron su vida para que otros sobrevivieran.