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La inmigración: un arma electoral en las presidenciales francesas

Los derechos de los extranjeros en el país europeo constituyen un argumento de los candidatos para lograr votos
jue 26 abril 2012 02:43 PM
Francia
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Marvin, de El Salvador, reside legalmente en Francia desde hace más de ocho años y trabaja en tareas de mantenimiento. Le gustaría participar activamente en la vida democrática de su municipio, sobre todo si tuviera la posibilidad de votar en las elecciones locales. “Si uno paga impuestos y vive desde hace tiempo aquí, creo que estaría bien que existiera esa oportunidad, pero es difícil”, dijo en entrevista con CNNMéxico. 

Abrir la posibilidad del voto a los extranjeros a las elecciones locales se ha convertido en un tema polémico en la campaña electoral francesa tras los resultados de la primera vuelta del 22 de abril, en la que la extrema derecha logró un máximo histórico. 

Con el 17,9% de los votos, el partido de la extrema derecha, el Frente Nacional, se ha consolidado en la primera ronda de las elecciones francesas como la tercera fuerza política. Así, tanto Nicolas Sarkozy (27,18%) como François Hollande (28,63%), se han adentrado en actos de campaña con discursos para conquistar el voto extremista, clave en la repartición de sufragios de cara a la segunda vuelta del 6 de mayo.

El presidente candidato, a quien los sondeos otorgaban el martes un 45% de intenciones de voto contra un 55% a su rival del Partido Socialista, fue firme al señalar en la televisora pública France 2 que otorgar el voto a los extranjeros en las elecciones locales abriría la puerta al comunitarismo, un término utilizado políticamente para designar las reivindicaciones de los grupos minoritarios en Francia.

En 2005, Sarkozy se mostraba favorable a la extensión del derecho a voto a los inmigrantes en las citas electorales. "No sería anormal que un extranjero en situación regular y que trabaja, que paga impuestos y que reside desde al menos 10 años en Francia, pueda votar en las elecciones municipales", dijo entonces el presidente. Cambió de postura tras las elecciones de 2007 y la primera ronda de 2012. 

François Hollande es partidario de permitir votar a los extranjeros que puedan justificar más de cinco años viviendo en Francia.

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El cambio de posición de Sarkozy es visto por la prensa francesa como un intento por seducir al electorado de la extrema derecha, quien definirá la balanza de esta contienda electoral. “Esta lógica da mucho miedo”, declaró en entrevista con CNNMéxico Jean-Philippe Thiellay, vicepresidente del think tank francés Terra Nova, especializado en asuntos políticos, y autor del libro Las claves de la nacionalidad francesa.

“Lo que va a pasar es que el presidente candidato va a criticar la seguridad de las fronteras, criticará a los extranjeros. Yo pienso que es una manera desesperada para ganar electores y creo que estos próximos días serán dolorosos”, dijo a CNNMéxico Pierre Henry, director general de la asociación France Terre d’asile, dedicada tradicionalmente a apoyar a los migrantes y solicitantes de asilo.

“Francia no puede seguir recibiendo tantos extranjeros”

Sarkozy, hijo de un inmigrante húngaro, pretende reducir a la mitad el número de extranjeros autorizados a entrar en Francia legalmente. Hollande, el candidato de la izquierda, asegura que “no quiere que lleguen más extranjeros que no tienen su lugar en Francia”.

“Toda la instrumentalización de la cuestión migratoria en transformar al inmigrante como un buque emisario no hace más que oponer a los franceses contra los franceses. Esto ha traído un estrés enorme en la sociedad francesa”, enfatizó Pierre Henry, autor del libro Inmigración: Carta abierta a los humanistas en general y a los socialistas en particular.

Una de las comunidades afectadas recientemente por la política migratoria del gobierno de Sarkozy ha sido la de los estudiantes extranjeros, quienes han encontrado dificultades para cambiar su estatus migratorio luego de que una polémica circular ministerial endureciera los criterios para autorizarlos.

Francia es el tercer país de recepción de estudiantes extranjeros, detrás de Estados Unidos y Gran Bretaña, principalmente de China, Marruecos y Algeria. “En Francia, la población migrante legal que llega por primera vez alcanza apenas el 0.3% de la población total francesa”, detalló Jean-Philippe Thiellay. “Nos damos cuenta de que hay una progresión del número de estudiantes extranjeros, pero eso corresponde a una voluntad de hacer de Francia un polo de competitividad”, describió Pierre Henry. 

Contra la inmigración ilegal

El presidente se opone a regular a los inmigrantes ilegales, excepto en casos humanitarios. François Hollande es contrario a la regularización masiva de personas sin documentación y preferiría analizar caso por caso bajo criterios objetivos.

“En ese aspecto, el candidato de la izquierda, podríamos decir que tiene una posición equilibrada, eso quiere decir que el control de la inmigración ilegal es una prioridad”, explicó Thiellay.

Desde 2007, el gobierno de Nicolas Sarkozy ha expulsado a más de 120,000 extranjeros en situación irregular. Otro de sus propósitos es eliminar la reagrupación familiar automática y ha propuesto un examen de francés a los nuevos inmigrantes con el argumento de la integración. “Queremos además imponer condiciones relativas al ingreso económico y de vivienda”, dijo el mandatario en una intervención televisiva. 

“Se trata de una medida que no puede ser puesta en marcha totalmente puesto que viola las convenciones europeas. Además, la convención de los Derechos del Hombre protege la vida familiar”, advierte el vicepresidente de Terra Nova.

El comunitarismo como discurso

En su segundo discurso electoral tras los resultados del 22 de abril, Sarkozy ha evocado el comunitarismo al criticar ciertas prácticas musulmanas en Francia: “No toleraré que se adapten los horarios de la piscina en función del sexo y tampoco los menús escolares según la confesión religiosa”, dijo el candidato conservador en un guiño hacia el electorado frontista.

“Todos estamos concernidos por eso, todos los inmigrantes de Francia”, dijo a CNNMéxico Samia, una francomarroquí de 28 años que vive en la periferia de París. "A todos nos afecta, puesto que no encontramos ni nuestro lugar ni nuestros orígenes aquí. Estamos perdidos”, dijo.

“Cuando se lanza un debate en donde se pone en cuestión los rezos en la calle, la carne halal (práctica de abatimiento de los animales conforme a la ley musulmana) o el uso de la burka como si fuera algo que pasara en todas las comunidades de Francia, nos damos cuenta de que no se están debatiendo los temas centrales de nuestro país, como el empleo”, matizó el director de France terre d’asile.

Durante la campaña, se criticó que en Francia se vendiera carne halal para satisfacer las necesidades de las comunidades musulmanas. De hecho, el discurso de Sarkozy donde dice que no permitirá menús especiales en función a la religión es una alusión indirecta a esto.

“Lo que necesitamos es una visión de respiro, de tomar un poco de aire ante los vínculos entre migración, desempleo y delincuencia, ya que este vínculo contiene una alta responsabilidad en la banalización de las ideas de la extrema derecha. Es muy simple responder a la angustia de nuestros compatriotas designando a un buque emisor. El verdadero problema de Francia es el empleo”, señaló Henry.

Francia sufre los estragos de la crisis europea y cuenta con una tasa de desempleo de más del 10%.

“En los próximos días, escucharemos más debates sobre la carne halal y la gente que reza en la calle. Pasaremos a un momento en donde habrá dos tendencias: ya sea que los franceses consideren que el balance del presidente es muy malo y tomen una decisión, ya sea que decidan seguir con el mismo capitán”, concluyó Jean-Philippe Thiellay. 

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