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Inmigrantes latinos ganan poder al ejercer su voto en las elecciones de EU

Los Guevara, que huyeron de El Salvador en los 70, ahora no pierden la oportunidad de votar y de invitar a otros latinos a hacer lo mismo
mié 03 octubre 2012 01:08 PM

Hace 40 años Balbino y Rosario Guevara no votaban. No tenían nada qué ver con los deslices de Nixon o la implosión electoral del Partido Demócrata. Vivían en El Salvador, y simplemente tenían miedo.

“Tenía dos negocios, un restaurante y una tienda, pero la política dio un giro para peor. El personas eran secuestradas. Era terrible”, cuenta Balbino Guevara. “Le dije a mi esposa, 'no me gusta esto, necesitamos irnos'”.

Los Guevara veían indefensos cómo el país se dirigía a una guerra civil. Huyeron a Estados Unidos a principios de la década de 1970, y de pronto, las urnas se convirtieron en una parte clave de su identidad.

“Lo primero que hicimos al convertirnos en ciudadanos estadounidenses fue ir a registrarnos para votar”, dijo Rosario Guevara, con orgullo en su español nativo. “Y hemos votado en cada elección”.

Los Guevara se naturalizaron y tomaron el voto de una forma que no era posible en El Salvador, afectado por la violencia electoral, el fraude y un golpe de Estado en medio de una guerra civil.

“Es muy importante votar, muy, muy importante”, dice Rosario. “Siempre le digo a mis hijas que voten, pero no me escuchan”.

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Ella ha votado desde 1992. Su esposo lo hizo desde la elección presidencial de 1996. “Incluso votamos en las elecciones locales”, explica Rosario Guevara, quien ahora vive en New Jersey, en Nueva York, del otro lado del río Hudson.

Pero su pasión no siempre es compartida por otros latinos. Balvino Guevara cree que hay una razón por la que los latinos votan en menor proporción que otros grupos; es por los recuerdos persistentes de sus compañeros inmigrantes sobre lo que ocurría en sus países de origen.

“Probablemente piensan que el proceso de votación será como en nuestros países de origen. Por ejemplo, en mi país, yo no votaba”, señala. “No importaba si lo hacía o no, ya sabían quién iba a ganar la elección sin mi voto”.

Los recuerdos de su vida en El Salvador –pese a que dejó el país antes de las peores campañas por parte de los escuadrones de la muerte del gobierno y la violencia que causó la muerte de unas 75,000 personas–, aún son suficientes para que Balbino sacuda la cabeza y cierre los ojos.

No podía esperar para irse, pese a que esto significa separarse de su esposa y su hija, que era un bebé, y pagar un coyote para que lo cruzara por la frontera de México.

Rosario Guevara pudo reunirse con su esposo en Brooklyn, Nueva York, un año después. Ella no quería irse. “Tenía 29 años cuando me fui, era muy joven y tenía miedo. No sabía qué esperar. Alguna vez soñamos con volver a El Salvador cuando nos retiráramos, pero ahora nuestra vida está aquí”.

En El Salvador, Balbino, de 77 años, era maestro pero luego se convirtió en pequeño empresario. Cuando llegó a Estados Unidos trabajó como portero de un rascacielos en Nueva Jersey y luego como conserje del hospital Jersey City. Rosario, de 75, era enfermera en su país pero en Estados Unidos trabajó como ama de llaves para obtener la residencia.

La pareja tuvo otra hija y finalmente trajo a su hija mayor a Estados Unidos en 1979.

Dicen que se fueron a Estados Unidos para tener una oportunidad de una mejor vida. La evidencia de cómo se ha desplegado esa vida se encuentra en las paredes de la casa. En su habitación hay fotos de su boda, los XV años de su nieta, y de sus certificados de ciudadanía enmarcados. Estos están adornados con un rosario blanco.

El 6 de noviembre, los Guevara harán lo mismo que en las elecciones pasadas. Se levantarán muy temprano, pasarán por el hermano de Rosario y otros a los que han convencido de votar, y se dirigirán a las urnas.

Nueva York, su casa por 35 años, es hogar de inmigrantes. Ahí está una tercera parte de los hispanos en Nueva Jersey. Cerca de 78 % de los residentes son hispanos y representan 2.5 % de la población latina, según el Censo del 2010.

“Es como la gente que se queja del aumento de los precios”, dice con una sonrisa. “Bueno, deberían votar si querían decirlo”.

Mitt Romney y otros del partido republicano no parecen tener muchas oportunidades de ganar el voto de los Guevara con Balbino declarando: “Siempre votamos por el Partido Demócrata”.

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