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Una organización aviva la esperanza de las mujeres en Haití

El temblor desató una ola de violencia de género en la región, pero una mujer enfrentó la adversidad para proteger sus derechos
vie 09 noviembre 2012 10:40 AM

El miedo de Haití no terminó cuando la tierra dejó de temblar.

Reportes de violación y violencia sexual se convirtieron en algo común después del terremoto del 2010, el cual mató a más de 220,000 personas y desplazó a casi el 25 % de la población.

“En la tarde del 20 de enero, varios jóvenes disparaban al aire. Llegaron a nuestro refugio y se llevaron a mi sobrina de 19 años”, contó Dina a Amnistía Internacional. “Solo entraron, la agarraron y se la llevaron. … Fue violada por varios hombres. Sucedió como a las nueve de la noche y la dejaron ir como a las dos de la mañana”.

Otra mujer, Guerline, le dijo a la organización que ella y su hija de 13 años fueron atacadas la misma noche de marzo del 2010. Los hombres llevaban capuchas y le dijeron que si iba a la policía la matarían.

“No hay ningún lugar seguro en donde pueda vivir, así que tuve que quedarme callada”, dijo ella. “No llevé a mi hija al hospital. Estaba demasiado asustada. La mandé a otro pueblo en donde viven unos parientes”.

En los días que siguieron al desastre, se levantaron campamentos para darle abrigo a millones de haitianos desplazados. Pero estas "ciudades de tiendas de campaña" estaban lejos de ser ideales, de acuerdo con Malya Villard-Appolon, una de las 10 finalistas de CNNHéroes .

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“Después del terremoto, la situación era inhumana y degradante. No había seguridad. No había comida, no había trabajo”, dijo Villard-Appolon, víctima de violación y confundadora de la organización, KOFAVIV, que ayuda a otras mujeres atacadas a encontrar seguridad, ayuda médica y apoyo legal.

“Dos años después del terremoto, la situación sigue igual”, dijo ella. “Las personas continúan en las tiendas de campaña, no tienen electricidad y los abusos no cesan”.

Casi 370,000 personas viven en los campamentos de desplazamiento, de acuerdo con las Naciones Unidas. Y los terribles reportes de violencia, inadecuados cuidados de la salud y condiciones de vida por debajo del estándar reflejan un paisaje de angustia y desesperación.

En un estudio publicado en enero por el Centro de Derechos Humanos y Justicia Global (PDF), el 14 % de las familias reportaron al menos que un miembro fue víctima de violencia sexual desde el terremoto. Y el 70 % de las familias encuestadas dijeron que ahora estaban más preocupadas por los ataques y abusos.

Los residentes reportaron la falta de electricidad, las largas caminatas al baño, y tiendas de campaña débiles, como algunos de los problemas que ponen en riesgo a las mujeres. Muchas de ellas también viven por su cuenta por primera vez.

“Mujeres y niñas fueron abandonadas a su suerte en los campamentos”, dijo Anne-Christine d’Adesky, coordinadora del proyecto de PotoFanm+Fi, una organización no lucrativa que trabaja con más de 70 grupos de apoyo en Haití para rastrear la violencia después del terremoto. “Debido al gran desplazamiento, la gente perdió el sentido de protección comunitaria”.

Números exactos de violencia basada en el género son difíciles de encontrar dentro del ambiente de devastación, especialmente cuando muchas víctimas tienen miedo a las represalias. Pero d’Adesky dijo que su grupo ha visto un incremento en los reportes, los cuales ella atribuye al aumento de divulgación.

Una joven, Marie, fue violada en el campamento de Champ de Mars y le rompieron la mandíbula. Ella dijo que también fue forzada a prostituirse para poder comer y sobrevivir .

Cifras grandes de adolescentes se involucran en lo que llaman "sexo transaccional" con el fin de obtener refugio y comida dijo d’Adesky. Muchas de las entrevistadas dijeron que nunca habían vendido sexo, pero que el terremoto no les había dejado otra opción.

“Le llamo a esto las réplicas de género”, dijo d’Adesky, cuyo grupo publicará su reporte acerca de Haití el próximo mes”. Estas mujeres y niñas no tienen manera de sobrevivir y se dedican a la prostitución –o sexo de sobrevivencia– algunas veces solo por albergue”.

Y muchas de ellas –al igual que las que han sido violadas– se embarazan, aumentan el miedo y los problemas de salud maternos.

Hasta antes del terremoto, Haití era el lugar más peligroso para concebir un hijo en el hemisferio oeste: el riesgo de morir al dar a luz es una de cada 47.

“Le dimos seguimiento a un grupo de muchachas embarazadas que después ya no lo estaban”, dijo d’Adesky. De acuerdo con sus fuentes, existe un amplio rango de abortos ilegales callejeros y abandono de niños.

Pero en medio de los reportes depresivos y espantosos, hay una luz de esperanza.

KOFAVIV y otros grupos trabajan para ayudar a jovencitas y a mujeres con seguridad, apoyo y entrenamiento para que puedan ganar dinero y no tengan que prostituirse.

Se instaló una mejor iluminación en algunos campos. Más de 10,000 elementos militares y de la policía ayudan a asegurar el país y cientos de elementos de paz de las Naciones Unidas han sido asignados para trabajar específicamente con la Policía Nacional de Haití.

Y desde hace dos años ha habido un gran cambio en la manera en la que se castiga la violación, de acuerdo con expertos legales. Más mujeres reportan los crímenes, y más violadores son condenados.

“Hay un porcentaje más alto de quejas que se convierten en investigaciones previas y que llevan a cargos formales”, dijo Brian Concannon Jr., director del Instituto de Justicia y Democracia en Haití.

En los primeros dos años después del terremoto, fuentes en Haití estimaban que había pocas condenas por violación. Pero este año hay cerca de 60 por crímenes sexuales en Haití, de acuerdo con la Red de Defensa de los Derechos Humanos Nacional.

Este verano, 22 casos de violación fueron perseguidos y hubo 13 condenas, dijo Meena Jagannath, una abogado que ha trabajado con víctimas de violación de Haití. Hubo una absolución, y ocho de los juicios fueron ‘dejados en blanco’ por varias razones, incluyendo la falta de representación para la víctima que ni siquiera sabía que tenía que aparecer en la corte.

“Parece que es una cifra pequeña, deberían de ser más las que se registraran desde el 2010”, dijo Jagannath. “Pero debemos de considerar los prejuicios del sistema y el nivel de desorganización y corrupción. Realmente es un logro. He escuchado que esas cifras son mucho más altas ahora que antes del terremoto”.

Concannon dijo que el sistema de justicia de Haití tiene un antecedente de “no tomar la violación tan en serio”. No fue sino hasta el 2005 que la violación fue clasificada como un crimen al nivel de los asaltos. Antes de eso, era un ‘crimen en contra de la moral pública’, lo que dice Concannon que es algo como un delito menor en comparación a un delito grave.

Ahora el reto es cambiar las actitudes y darles poder a las mujeres para que hablen. Aunque todavía es difícil para muchas víctimas llenar un reporte policíaco y obtener los documentos oficiales necesarios para hacer justicia, ya hay más recursos para las mujeres que quieren hablar.

“Todo este progreso es el resultado de la defensa que KOFAVIV y otros grupos de apoyo para la mujer y sus aliados”, dijo Concannon. “Creo que el progreso tiene el potencial para jugar un papel clave para transformar las actitudes acerca de la violencia en contra de las mujeres, no solo en el sistema judicial, sino en la sociedad de Haití en su totalidad”.

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