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El presidente de Egipto mantiene su postura entre huelgas y violencia

La mayoría de los tribunales de Egipto se declararon en huelga para protestar por el edicto que Mohamed Morsi emitió el jueves
lun 26 noviembre 2012 08:10 PM

La postura del mandatario egipcio continúa con la idea de volver "inapelables" las reformas de la Constitución. Como respuesta, las protestas han llenado las calles de la capital egipcia para manifestar su desaprobación a lo que parece un nuevo gobierno dictador. Las movilizaciones civiles se dan entre enfrentamientos contra la policía y con un futuro incierto frente a la economía.

¿No se supone que las cosas ya deberían ser distintas en Egipto?

Cinco meses después de que Mohamed Morsi asumiera la presidencia de Egipto como el primer presidente electo democráticamente, y tras recibir el aplauso internacional por  ayudar con la negociación de tregua entre Israel y los militantes gazatíes , el líder islamista ha desatado las iracundas protestas callejeras que se asemejan a las que derribaron del poder a Hosni Mubarak hace menos de dos años.

El descontento social surgió a raíz del  edicto que Morsi emitió el jueves , que le permite gobernar el país sin sujetarse a la supervisión del Poder Judicial durante los próximos seis meses o hasta que se promulgue una nueva constitución. Como resultado, 27 de las 34 cortes de Egipto y el 90% de sus fiscales se han declarado en huelga, según el juez Mohamed al Zind, del Club de Jueces de Egipto.

“Se considera como el ataque sin precedentes más agresivo de la historia en contra de la independencia de la autoridad judicial”, dijo Al Zind, y agregó que no hay lugar para la negociación. “No tuvimos alternativa”.

En un país que carece de constitución desde que Mubarak cayó

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Morsi se reunió este lunes con el Supremo Consejo Judicial , el cuerpo judicial más importante de Egipto, para abordar las preocupaciones que rodean al edicto, al que los críticos llaman “un ataque sin precedentes” en contra del sistema judicial y un acaparamiento extremo del poder por parte de Morsi y el movimiento de la Hermandad Musulmana que respalda a su partido.

Por otro lado, Morsi dice que solo quiere proteger la frágil revolución egipcia de la Primavera Árabe. Es un enfrentamiento más entre Morsi y el sistema judicial del país, que en septiembre ratificó la decisión, tomada en 2011 por los exlíderes militares, de disolver el primer parlamento electo democráticamente en el país. Durante ese enfrentamiento, Morsi se adjudicó la mayoría de los poderes legislativos.

Ahora trata de ponerse fuera del alcance del poder judicial, de acuerdo con Eric Trager, becario en el Instituto Washington para las Políticas de Cercano Oriente. Eso se debe a que el poder judicial egipcio se compone en su mayoría de miembros relacionados con el anterior partido gobernante, que representa la mayor amenaza política para las probabilidades electorales de la Hermandad Musulmana, dijo Trager.

¿Qué hace la reforma de ley de Morsi?

Según el edicto de Morsi, las leyes y decretos que ha emitido desde que asumió el poder en junio no pueden ser derogados ni apelados hasta que se apruebe una nueva constitución.

La orden evita que los tribunales o los legisladores puedan cuestionar sus decisiones y protege al consejo de 100 hombres que está trabajando en la elaboración de la nueva constitución del país.

“Lo que estos sucesos ponen de manifiesto es que la Hermandad Musulmana es una institución fundamentalmente antidemocrática que busca antes que nada la acumulación del poder”, dijo Trager el lunes.

El exdiplomático estadounidense, Jamie Rubin, coincidió. Dijo que la situación “recuerda el temor que la gente de esa parte del mundo alberga acerca de la Hermandad Musulmana en lo que concierne a la democracia”.

Con todo, Morsi insiste en que solo trata de proteger la frágil revolución egipcia de la Primavera Árabe. Jiha Haddad, un personaje prominente del partido Libertad y Justicia de la Hermandad, alega que el presidente “afianzó el proceso que crearía las instituciones que limitarían su poder, definirían la constitución y llevarían a las elecciones parlamentarias para que podamos decir que esto es una democracia”.

Morsi se reunió el lunes con los miembros del más alto órgano judicial de Egipto, el Consejo Judicial Supremo, que ha criticado duramente su edicto. Más adelante, Haddad dijo que el decreto había sido “explicado”, pero no revocado ni alterado, para reflejar que Morsi “no se estaba otorgando poderes judiciales”, sino que daba “inmunidad a sus decisiones presidenciales”. Agregó que “el mismo presidente no es inmune a la supervisión judicial”, aunque no quedó claro cuáles eran las instancias o si había algo que evitaba que Morsi pudiera emitir un nuevo decreto para que esto no ocurriera.

Las reacciones de la población

La decisión de Morsi ha desencadenado una ola de inestabilidad popular, que ya empieza a mostrar sus efectos. La controversia, por ejemplo, desató una venta masiva de acciones en el mercado accionario egipcio, con lo que se presentó una caída de casi el 10%, lo que ocasionó un rebote el lunes.

Algunas protestas terminaron en enfrentamientos entre los manifestantes que se oponen a Morsi ,las fuerzas de seguridad y los simpatizantes de la Hermandad Musulmana, que han dejado cientos de heridos y al menos un muerto.

El escenario quedó listo el martes para que se dieran posibles enfrentamientos callejeros, ya que la Hermandad Musulmana prometió que organizarían una marcha de un millón de personas el mismo día que se efectuaría una protesta en contra de Morsi a nivel nacional.

Sin embargo, la Hermandad Musulmana  canceló el lunes los eventos programados para el martes “para evitar problemas ocasionados por la tensión en el ambiente político”, dijo el vocero Mahmoud Ghozlan. La cadena de televisión estatal anunció que se habían cancelado las protestas para “evitar un baño de sangre”. Mientras tanto, los manifestantes se reunieron en la Plaza Tahrir en El Cairo para llevar a cabo una vigilia durante la víspera de su manifestación.

Dos de los asesores de Morsi han renunciado en protesta por su decisión, así como 22 de los 100 miembros del consejo constituyente. Haddad dijo que 21 de ellos habían manifestado su intención de renunciar al consejo constituyente, y agregó que eran “principalmente… miembros de refuerzo” y que no habían renunciado oficialmente.

Mientras tanto, la poderosa Hermandad Musulmana, que ha surgido como la fuerza política líder de Egipto tras haber sido vetada por Mubarak, ha cerrado filas en apoyo a su antiguo líder. Haddad, del partido político de la Hermandad, dijo que las encuestas muestran que “una mayoría abrumadora apoya al presidente Morsi en sus decisiones”.

No obstante los pronunciamientos y el apoyo, no cabe duda de que Morsi está bajo una presión intensa. Con todo, el presidente no ha dado señas de que retrocederá.

El vocero de la presidencia, Yasser Ali, dijo el lunes a través de la televisora estatal que Morsi se mantendrá firme y que llamará a las fuerzas de seguridad y a la rama judicial para mantener el orden público.

Además, el alto tribunal administrativo del país, en un aparente gesto de desafío a  Morsi, indicó que oiría las impugnaciones  a la constitucionalidad del decreto el cuatro de diciembre.

Mientras que la situación de Morsi no se parece en nada a la revuelta masiva que culminó con el derrocamiento de Mubarak en 2011, es evidente que algunos sectores de la opinión pública egipcia no se sienten cómodos con el rumbo que ha tomado el presidente que eligieron, dijo Peter Jones, experto en Oriente Medio de la Universidad de Ottawa. “No es que los cambios que Morsi está haciendo sean impopulares”, dijo Jones. “Es la forma en la que los está haciendo la que ha molestado al pueblo, porque les recuerda la forma en la que Mubarak solía gobernar”.

Dos de los asesores de Morsi han renunciado en protesta por su decisión, así como 22 de los 100 miembros del consejo constituyente. Mientras tanto, la poderosa Hermandad Musulmana, que ha surgido como la fuerza política líder de Egipto tras haber sido vetada por Mubarak, ha cerrado filas en apoyo a su antiguo líder.

El principal asistente de Morsi, Essam el Erian, culpó a las fuerzas “contrarrevolucionarias” leales al partido de Mubarak por las protestas. “La mayoría de ellos no estuvieron en la Plaza Tahrir”, dijo a Reza Sayah, de CNN.

Dijo que se ha exagerado la inquietud que causó el decreto de Morsi, y agregó que estaría vigente por no más de un mes. Sin embargo, dijo que es importante dejar de lado las sospechas y llevar el país hacia adelante después de dos años de caos. “Lo reconocemos, tenemos algunas dudas, pero como entidad debemos dar un paso adelante, no retroceder”, dijo.

Tarek el Sehari, subdirector de la cámara alta en el parlamento egipcio, dijo que el decreto era  necesario ya que Mubarak había nombrado jueces y fiscales que no habían castigado adecuadamente a los miembros del antiguo régimen.

Sin embargo, Rubin dijo que había quedado expuesta la “añeja renuencia de Egipto a aceptar a la Hermandad Musulmana” y predijo que el presidente tendría que revocar algunos de los cambios. “Sospecho que se retractará de algunos, tratará de reducirlos a la simple cuestión de si puede progresar la asamblea constituyente”, dijo en el programa de CNN, Early Start.

Sin embargo, Trager dijo que duda que la oposición popular obligue a Morsi o a la Hermandad Musulmana a retroceder. “Los ven como herejes”, dijo. “No cederán ante ellos”.

Si Morsi prevalece, su edicto le concederá al menos seis meses de poder sin supervisión, con lo que podrá acorralar a los oponentes políticos que podrían presentar un reto a la Hermandad Musulmana en futuras elecciones, dijo Trager. El consejo constituyente será un factor clave.

Ese grupo se ha dividido entre los conservadores, que quieren que la constitución adopte la ley islámica o Sharia como ley suprema de Egipto y los liberales que quieren que Egipto base su gobierno en los principios de esa ley religiosa.

Conforme la Hermandad Musulmana aumenta su poder, los no islamistas se irán alejando del proceso y dejarán el camino abierto a una constitución que adopte la visión de la Hermandad acerca de un estado islámico, dijo Trager. “Para cuando se obtenga una nueva constitución, esta habrá sido redactada por una asamblea dominada por los islamistas gracias a la retirada absoluta de los no islamistas; en las nuevas elecciones parlamentarias probablemente se excluirá a los miembros del anterior partido gobernante, quienes representan la mayor amenaza a su autoridad”, dijo Trager.

Michael Pearson de CNN reportó desde Atlanta, Georgia; Reza Sayah reportó desde El Cairo, Egipto. Jason Hanna de CNN y el periodista Mohamed Fadel Fahmy también colaboraron con este reportaje.

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