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El nuevo secretario de Defensa desafía la política militar de EU

Chuck Hagel, que sustituye a Leon Panetta, sostiene una postura en contra de los conflictos armados luego de servir en Vietnam
mié 27 febrero 2013 10:12 AM

A Chuck Hagel, el nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, le marcó el horror que vivió en Vietnam, donde sufrió quemaduras graves tras una explosión. “Si alguna vez salgo de aquí, si alguna vez puedo influir en algo, haré todo lo que pueda para evitar la guerra”, dijo más tarde a su biógrafa, Charlyne Berens.

Fue un momento trascendental para el joven soldado que más tarde se volvió senador por Nebraska y quien fue nominado por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para el cargo de secretario de Defensa.

Hagel finalmente reemplaza al hasta ahora secretario de Defensa , Leon Panetta, lo que supone la llegada de una nueva tendencia en el Senado sobre conflictos armados, forjada durante la guerra de Vietnam.

Hagel, que juró su cargo este miércoles , se unió al Ejército como voluntario y terminó sirviendo durante un año en 1968, durante la Ofensiva Tet, considerada como el periodo más violento de esa guerra. Por un error administrativo, sirvió al lado de su hermano menor.

Cuando regresó a casa, Hagel trabajó brevemente como conductor de un noticiero, luego se dedicó a los negocios antes de entrar al servicio público como senador de Nebraska por el partido republicano. Ocupó ese puesto de 1997 a 2009.

El tiempo que Hagel pasó en Vietnam forjó para siempre sus ideas acerca del combate, lo que le ganó la reputación en el Capitolio de ser un individuo independiente que a veces disentía con sus colegas republicanos.

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“No es que sea pacifista, soy un realista firme, entiendo cómo es el mundo, pero la guerra es una cosa terrible. No hay gloria, solo sufrimiento”, se lee en su biografía de 2006: Chuck Hagel: Moving Forward.

Hagel se opuso al aumento de tropas en Iraq, al igual que Obama, y lo llamó “el mayor error de este país en política exterior desde Vietnam”. Igualmente, se opuso al aumento de tropas que Obama ordenó en Afganistán e hizo un llamado a aplicar drásticos recortes al gasto en defensa. Los colegas republicanos de Hagel no tomaron bien esas y otras posturas, lo que afectó sus probabilidades para ascender a las posiciones de poder.

Recientemente, Hagel dio cátedra en la Universidad de Georgetown mientras fungía como codirector de la Junta de Asesoría en Inteligencia de la Presidencia.

Mientras servía en el Senado, Hagel entabló una relación estrecha con el entonces senador Obama, con quien tenía cosas en común acerca del uso del poderío militar y en la postura moderada en cuanto a política exterior. Obama también reconoció la disposición de Hagel a oponerse a su propio partido.

Hagel, Obama y el senador Jack Reed recorrieron partes del Medio Oriente , incluido Iraq, en 2008. “Fue un viaje extraordinario”, dijo Reed, demócrata por Rhode Island, al programa Security Clearance de CNN. “Intercambiamos ideas acerca de la región y creo que el presidente también estaba impresionado, no solo con el entendimiento (de Hagel) sino de las preguntas que hacía, no solo al presidente, sino a los líderes extranjeros con los que nos reunimos”.

Hagel y Obama también coinciden en lo concerniente a Irán. Ambos creen en entablar un diálogo abierto con Irán, aunque Hagel se ha manifestado en contra de las sanciones mientras que el presidente ha aumentado la presión sobre Irán al aplicar sanciones más severas.

“Al rehusarnos a enfrentar a Irán, estamos perpetuando los peligrosos imprevistos geopolíticos”, dijo Hagel en un discurso que dio en 2007. “Nuestra negativa a reconocer la influencia de Irán no reduce su influencia, sino que la aumenta. Si los enfrentamos, se creará un diálogo y la oportunidad de identificar los intereses en común, demostrar la fortaleza de Estados Unidos y esclarecer los desacuerdos”, dijo.

Hagel fue uno de los autores de una columna publicada en septiembre en el Washington Post en la que se apoyaba la idea de “mantener todas las opciones sobre la mesa” para detener el supuesto programa nuclear de Irán. “En vista de que las consecuencias de un ataque militar son tan importantes para los intereses de Estados Unidos, buscamos garantizar que se entienda la gama de objetivos, así como las posibles consecuencias”, se leía. En el artículo no se descartaba la posibilidad de recurrir a la fuerza militar.

Para Hagel, llegar al Pentágono podría significar vencer la oposición manifiesta de los grupos a favor de Israel y otros que se oponen a su postura acerca de Irán y Hamas. Hagel se opuso a los intentos por aislar a los grupos militantes como Hamas.

También se ha enfrentado con la oposición de los grupos de defensa de los derechos de los homosexuales, quienes apoyaron firmemente la campaña electoral de Obama, a raíz de un comentario que Hagel hizo en 1998 en el que cuestionaba si un candidato a embajador era apropiado a pesar de ser “abierta y agresivamente gay”. Ofreció una disculpa por ese comentario en diciembre.

Si resulta nominado y designado, Hagel se enfrentará al reto de cerrar el capítulo final de la guerra en Afganistán encabezada por Estados Unidos y de supervisar la presencia continua en la región de una fuerza estadounidense de entrenamiento más pequeña.

Hagel ha criticado la política estadounidense respecto a Afganistán. Se opuso en 2009 a que Obama enviara 30,000 elementos más y dijo al National Journal: “No estoy seguro de que sepamos qué rayos estamos haciendo en Afganistán. No es sostenible en lo absoluto; creo que estamos esperando mientras masacramos a más jóvenes”, dijo. Más tarde, exhortó a Estados Unidos a dejar de “construir una nación” allá.

También tendría que abordar el tema del presupuesto del Pentágono. Hagel ha dicho que cree que el presupuesto de la dependencia es demasiado cuantioso.

“Creo que en muchas formas el Departamento de Defensa se ha inflado”, dijo Hagel en septiembre de 2011 en una entrevista para el Financial Times. “Así que creo que el Pentágono debe ser reducido”.

Barbara Starr y Dana Ford, de CNN, colaboraron con este reportaje.

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