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EU no tuvo tiempo para responder al ataque en Bengasi, afirma Panetta

El Pentágono no tenía los activos necesarios en la región para responder de forma inmediata al ataque, según el secretario de Defensa
jue 07 febrero 2013 12:20 PM

El Ejército de Estados Unidos no tuvo tiempo para responder militarmente al ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi, Libia, en septiembre pasado, según el secretario de Defensa, Leon Panetta.

El ataque dejó cuatro estadounidenses muertos, incluyendo Chris Stevens, el embajador ante Libia.

Panetta dijo que la respuesta al ataque fue apropiada, “pero simplemente no hubo tiempo suficiente, dada la velocidad de los ataques para que activos militares estadounidenses armados hubieran hecho una diferencia”.

No hubo demoras en la toma de decisiones y no hubo una negativa de apoyo de Washington o de los comandantes militares cuando ocurrió el ataque.

“Al contrario: la evacuación segura de todo el personal estadounidense de Bengasi 12 horas después del ataque inicial” y su transferencia a la base aérea de Ramstein en Alemania “fue el resultado de la coordinación excepcional del gobierno estadounidense”.

Dijo que la respuesta militar estadounidense ayudó a salvar vidas, aunque afirmó que "el Ejército no debe ser visto como un servicio tipo 911 capaz de llegar en cuestión de minutos a todas las contingencias posibles".

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El testimonio de Panetta es el último de varios que se han hecho ante comités del Congreso, incluyendo el de la secretaria de Estado, Hillary Clinton .

En los meses posteriores al ataque, Washington ha discutido con vehemencia sobre qué tanto sabía el Departamento de Estado sobre las amenazas en la región y sobre si el gobierno intentó engañar al público sobre la naturaleza del ataque.

El senador por Arizona, John McCain, así como otros republicanos, han dicho que la primera explicación del gobierno sobre el ataque no fue correcta.

Ante los congresitas, Panetta dijo que no existían amenazas inminentes en las horas previas al ataque.

Explicó que los primeros reportes de que ocurría un ataque fueron enviados de forma inmediata a la embajada de Estados Unidos en Trípoli.

En solo 17 minutos, según Panetta, se enviaron aviones no tripulados sin armas para conocer desde el aire lo que ocurría en el consulado.

Entonces, Panetta y el jefe de Estado Mayor Conjunto, el general Martin Dempsey, se reunieron con el presidente Barack Obama.

Obama ordenó que el Departamento de Defensa respondiera al ataque e intentara proteger al personal estadounidense.

Panetta dijo que un pelotón de infantes de Marina estacionado en España recibió órdenes de prepararse para el despliegue, mientras que otro pelotón se preparó para dirigirse a la embajada en Trípoli. Una fuerza de operaciones especiales, en entrenamiento en el centro de Europa, recibió órdenes de prepararse para desplegarse a una base en el sur de Europa, y otra en Estados Unidos también fue puesta en alerta.

“Algunos han preguntado sobre por qué otros tipos de aviones armados no fueron despachados a Bengasi”, dijo el secretario. Aviones no tripulados con misiles, aviones AC-130 armados o aviones de combate con el tanqueo asociado, armamentos, blancos y capacidades de apoyo no se encontraban en las inmediaciones de Libia, y habría tardado entre nueve y 12 horas en desplegar cualquier tipo de equipo, dijo.

“Esto fue, puro y simple, un problema de distancia y tiempo”, dijo.

La respuesta más rápida disponible era un equipo de seguridad con sede en Trípoli. En horas, según Panetta, el equipo de seis personas, incluyendo dos militares estadounidenses, rentó un avión privado y viajó a Bengasi.

A los 15 minutos de llegar a la instalación, fueron atacados con morteros y granadas propulsadas con cohetes, dijo.

Los integrantes del equipo junto con otros en la instalación dieron ayuda médica de emergencia y apoyo para la evacuación de todo el personal fuera de Bengasi.

Panetta dijo que se debe de esperar ayuda en la seguridad de países donde se encuentran las instalaciones diplomáticas, aunque el ataque de Bengasi pone en duda la capacidad de Libia, donde el gobierno no ha tomado un verdadero control de la seguridad desde la salida del poder de Muammar Gadhafi.

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