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Un programa busca rescatar a niños de las filas del terrorismo pakistaní

La iniciativa del Sabaoon espera rehabilitar a menores que han sido reclutados por extremistas para actos suicidas, un fenómeno creciente
mié 27 marzo 2013 02:43 PM

Nota del editor: El Dr. John Horgan es un psicólogo de la Universidad Estatal de Pensilvania, donde es director del Centro Internacional para el Estudio del Terrorismo.

SWAT, Pakistán (CNN) — Hace poco más de una semana, las autoridades paquistaníes presentaron ante los medios a 11 menores acusados de terrorismo.

Las autoridades detuvieron a los niños, de entre 10 y 16 años, cuando intentaban colocar explosivos de fabricación casera en colaboración con los grupos locales de militantes que operan al interior y alrededor de la ciudad de Quetta, en Baluchistán.

La detención de los niños destaca el empeoramiento de la guerra civil de Pakistán y pone de relieve cómo los grupos terroristas locales continúan explotándolos para sus propósitos extremistas.

Este no es un fenómeno reciente. De hecho, los grupos terroristas en Afganistán y Pakistán recurren cada vez más a los niño s como militantes.

Hace unas semanas, mi colega Mia Bloom y yo viajamos al Valle del Swat, una provincia de Pakistán que limita con Afganistán, para ver de primera mano cómo el gobierno paquistaní está trabajando para resolver este problema.

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Esta es la región donde la niña de 14 años, Malala Yousafzai —una activista a favor de la educación de las niñas—, sobrevivió a un intento de asesinato perpetrado por los talibanes el año pasado.

Conocido por sus vistas pintorescas, la región de Swat fue víctima de un brutal reinado de terror de los talibanes paquistaní en 2008. El Ejército nacional pakistaní lanzó una campaña de contrainsurgencia de 18 meses para recuperar el control.

Una historia de éxito en la emergencia —y el motivo de nuestra visita a Swat— es el establecimiento del Sabaoon, que es el centro pakistaní para la rehabilitación para los niños militantes que fueron reclutados por el talibán.

Algunos de estos niños estaban dispuestos incluso a convertirse en terroristas suicidas.

Un equipo de psicólogos del Sabaoon, así como trabajadores sociales y asesores militares comparten el objetivo primordial de prevenir la reincidencia y asegurar que sus "graduados" no vuelvan al extremismo.

Hasta el momento, ha tenido 188 "estudiantes" que participan plenamente en su programa de evaluación de riesgos y rehabilitación. Todos los niños fueron capturados por el ejército o la policía en las redadas en los campos de entrenamiento del Talibán en Pakistán

Los chicos pasan entre seis meses y dos años en Sabaoon. Algunos han pasado hasta tres años de rehabilitación.

El reclutamiento gradual

En Pakistán, la ocupación de los talibanes no dudó en utilizar niños para el terrorismo. De hecho, el "reclutamiento" no es la palabra correcta. Se hizo evidente a partir de nuestras conversaciones en el Sabaoon que estos niños tenían poco o nada que decir en su inducción.

Los niños más pequeños carecían de la capacidad de rechazar a los terroristas, por temor a su propia seguridad o represalias contra sus familias. Una madre me explicó que había recurrido a los talibanes cuando ya no podía hacer frente a alcoholismo y al abuso de drogas de su hijo.

Los talibanes ofrecen una ayuda a los padres para “salvar” a los menores conflictivos. Los militantes prometen un futuro que implica disciplina, pertenencia, propósito y trabajo significativo.

El engaño y la manipulación han llegado a definir las prácticas del talibán con los niños en una forma de inducción tal que la prevención de la participación de los niños en la violencia extremista en Pakistán difícilmente puede calificarse de contrainsurgencia.

Es más bien un desafío para la protección básica de los niños.

Entrenamiento brutal

La mayoría de los niños recordaban experiencias abrumadoramente negativas en los campos de entrenamiento. Después de realizar las tareas domésticas, quedaban encerrados en una habitación de 4x5 metros el resto del día.

Algunos denunciaron haber sido golpeados en repetidas ocasiones, y en unos pocos casos, abusados sexualmente por figuras de alto nivel.

Un niño, con quien pasamos algún tiempo, se graduó en condiciones tan deplorables solo para ser "permitido" para convertirse en un mártir, cambiando de idea, literalmente, en el último segundo.

Ese muchacho es ahora uno de los más brillantes del Sabaoon y la esperanza de éxito de la rehabilitación y la reintegración, y un modelo potencial para los niños más pequeños en el Sabaoon. Pero sigue estando profundamente traumatizado por sus experiencias.

Otros niños reportaron haber tenido experiencias positivas con el régimen Talibán. Algunos se involucraron a través de miembros de la familia que ya estaban en el movimiento. Para ellos, la aventura, camaradería y un sentido de propósito resultó demasiado real.

El terrorismo es el negocio de la familia e incluso si los niños no quieren involucrarse, ¿cómo podría negarse?

El ejemplo de Abdul

Abdul ahora tiene 17 o 18 años. Tiene una voz suave y tímida, pero hablaba muy bien el inglés. Tiene unos grandes ojos marrones y una sonrisa maravillosa, amplia. Estaba muy delgado.

El personal nos informó acerca del abuso que sufrió. En nuestro tiempo limitado con Abdul, tuvimos cuidado de no pedirle nada que pudiera molestarlo así que nos enfocamos solo en hablar de su futuro, y cómo se ha adaptado a la vida después del Sabaoon.

Fue uno de los primeros graduados del programa. Poco después de su repatriación a su pueblo natal, ganó una beca para estudiar en la universidad. Optó por posponer su ingreso para cuidar de su madre y su hermano menor.

De vez en cuando visita el Sabaoon para hablar con los estudiantes más jóvenes sobre cómo el programa ha cambiado su vida.

Para el programa, hasta el momento parece que la reincidencia no es el problema, si bien con cualquier programa de este tipo, es posible que tengamos que esperar un poco más para ver si alguien vuelve a la lucha.

Ningún programa de reducción de riesgos del terrorismo tiene una tasa de éxito de 100%, o ni siquiera cerca de eso. Luchando contra enormes retos, el personal del Sabaoon sigue siendo optimista y dedicado, y esa es una de las razones por las que volveremos más adelante este año.

Un informe de 2012 de Afganistán sugiere que casi el 100 por ciento de niños aspirantes a terroristas suicidas habían sido "interceptados" en un período de los 12 meses. Muchos de esos niños fueron reclutados en Quetta.

Es el panorama de la creciente marea de niños militantes para el desarrollo de iniciativas de lucha contra el terrorismo, o incluso la protección del niño, temas que no están del todo claro.

Programas como el del Sabaoon, actuando de forma separada, no resolverán este problema, pero aunado a otros podrían representar la prevención de la próxima generación de militantes.

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