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La oposición liderada por Tony Abbott gana las elecciones de Australia

El primer ministro Kevin Rudd aceptó su derrota y dijo que asumía la derrota del Partido Laborista que pierde el poder tras seis años
sáb 07 septiembre 2013 08:35 AM

El primer ministro australiano, Kevin Rudd, admitió la derrota electoral que sufrió este sábado después de que las encuestas de salida sugieren que habrá una victoria aplastante del opositor conservador Tony Abbott.

"Hace un poco llamé a Tony Abbott para reconocer mi derrota en estas elecciones nacionales", dijo Rudd en una reunión de su partido en Brisbane. "Como primer ministro de Australia, le deseo lo mejor en el alto cargo de primer ministro de este país".

Según una encuesta de Sky News/Newspoll, Abbott está en camino de ganar una gran mayoría luego de que los votantes dejaron de apoyar al gobernante Partido Laborista.

Rudd fue conciliador en su discurso y aceptó su parte de culpa. "Esta noche es el momento de unirnos en la gran nación de Australia", dijo. "Porque cualquiera que nuestra política pueda ser, todos somos al fin de cuentas australianos".

En su discurso, aceptó que él era el culpable de la derrota. "Yo sé que el corazón de los laboristas tiene pesar en toda la nación esta noche. Y como su primer ministro y como su líder parlamentario del gran Partido Laborista australiano, acepto la responsabilidad”, dijo

La victoria termina los seis años de que los laboristas estuvieron en el poder, bajo Rudd y Julia Gillard, que compartieron entre sí el liderazgo.

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Antes de la votación, analistas dijeron que el electorado australiano se había cansado de la puerta giratoria de los líderes sindicales, y estaba buscando un cambio. "Es el turno de Rudd", dijo un votante a la cadena Australian Broadcasting Corporation (ABC) .

¿Qué pasa con Siria?

El enfoque de esta elección fue en gran medida sobre cuestiones internas, como la economía, la educación y los servicios de internet de banda ancha. El dilema internacional sobre la respuesta militar al uso de armas químicas en Siria parece haber quedado de lado, por ahora.

Abbott ha indicado que, como primer ministro de Australia, tomaría un enfoque prudente a cualquier implicación en conflictos extranjeros. Atrajo a la crítica, sobre todo de Rudd, cuando se refirió al conflicto en Siria como "malos contra malos”.

Rudd ha dicho que el conflicto de Siria es "la mayor crisis política del mundo y un desastre humanitario en desarrollo", aunque no dijo si un gobierno laborista respaldaría una intervención militar.

En los últimos días de la campaña, Rudd intentó ganarse a los votantes con la promesa de más puestos de trabajo, desmarcándose de los recortes presupuestarios previstos por Abbott como una manera segura de sacar a la economía de la recesión.

Según Abbott , el gobierno encontraría miles de millones de dólares australianos en recortes presupuestarios, incluyendo uno de 4,500 millones dólares (unos 4,100 de Estados Unidos) de la ayuda exterior en los próximos seis años. El dinero ahorrado se invertiría en proyectos de infraestructura, incluyendo mejoras de autopistas, una decisión criticada.

La lucha de Julian Assange

Aparte de la economía, los dos principales candidatos estuvieron separados por sus puntos de vista sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo. Rudd los apoya firmemente, mientras que Abbott, un exseminarista católico, insiste en que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer.

Pero otro tema que fue comentado en la campaña fue la candidatura del fundador de WikiLeaks, Julian Assange , quien se postuló a distancia desde la Embajada de Ecuador en Londres, donde ha estado como asilado político contra una orden de arresto.

Sin embargo, en las últimas semanas, el nuevo Partido WikiLeaks se ha visto afectado por una serie de fracturas, lo que debilitó su postura.

Hasta el momento aún no han sido publicados los resultados sobre su votación al Senado australiano.

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