Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Sentí que estaba en guerra: asesino en serie condenado a muerte en EU

Una inyección letal acabará con la vida de Joseph Franklin, asesino en serie que aterrorizó a la sociedad estadounidense a fines de los 70
mar 19 noviembre 2013 05:09 PM
asesino_serie
asesino_serie asesino_serie

Joseph Paul Franklin no parpadea y su mirada luce vacía mientras habla de sus víctimas.

¿Sabes a cuántas personas asesinaste? "Preferiría no mencionarlo", dice. Según mis cálculos, son 22 personas. "Aproximadamente". Y esos dos chicos, de tan solo 13, 14 años. "Sí, ahora lamento haberles disparado", responde.

Franklin ha estado alejado del mundo civilizado durante más de 30 años y cumple varias cadenas perpetuas tras las rejas. Nos reunimos en el Centro Oriental de Recepción, Diagnóstico y Correcciones en Missouri, Estados Unidos, en donde este miércoles morirá por una inyección.

Un panel de vidrio nos separa y hablamos a través de una línea telefónica cerrada. Franklin tiene los tobillos encadenados y las esposas que sujetan sus muñecas están unidas a una cadena que le rodea la cintura. Su cabello luce despeinado, como alerta, a diferencia de las respuestas inexpresivas que emite cuando habla de sus víctimas. Esta es una de las últimas entrevistas que el asesino en serie dará.

"Sentí que estaba en una guerra. La supervivencia de la raza blanca estaba en juego", dice. Franklin se compara con un soldado estadounidense en Vietnam, entrenado para ser francotirador en la guerra. El enemigo —explica— eran los judíos, los negros y especialmente las parejas interraciales. "Considero que fue mi misión, mi misión durante tres años. Es el mismo tiempo en el que Jesús llevó a cabo su misión, de los 30 a los 33 años".

¿Cuál era tu misión? "Iniciar una guerra racial".

Publicidad

Franklin se dedicó a cumplir ese objetivo entre 1977 y 1980, y además de los homicidios, robó más de una docena de bancos. Acechaba a sus víctimas y normalemente encontraba un sitio desde donde dispararles a unos metros de distancia, mientras les apuntaba a través de la mira de un rifle de alto poder.

El consuelo de 'Mi lucha'

Explica que su odio surge en sus orígenes y en su crianza. El nombre que le dieron a Franklin al nacer en Alabama era James Clayton Vaughn. Creció en la pobreza y su niñez estuvo marcada por los abusos, dice.

"A mi mamá no le importábamos", explica. Esto le afectó emocionalmente y atrofió su desarrollo mental. Dice que lo encerraban y no le permitían jugar con los demás niños. "Siempre he estado rezagado unos 10 años o más en cuanto a madurez en relación con otras personas", relata.

Encontró una familia y consuelo entre los grupos de supremacistas blancos del sur de Estados Unidos en la década de 1960. El manifiesto autobiográfico de Hitler, Mi lucha, lo llevó del odio a la acción. "Nunca me había sentido así con ningún otro libro". A los 26 años, se cambió el nombre a Joseph Paul Franklin. Eligió Joseph Paul en honor a Joseph Goebbels, el ministro de propaganda nazi, y Franklin en honor a Benjamin Franklin.

Se tatuó la imagen de la muerte en el antebrazo derecho "como símbolo de mi misión", explica. Pidió al tatuador que le dibujara con color rojo las palabras Helter Skelter con sangre chorreando. Helter Skelter hace referencia al asesino en serie de la década de 1960, Charles Manson , y a su deseo de iniciar una guerra racial en California. El tatuador se negó, cuenta Franklin, porque le preocupaban las represalias de las autoridades.

Franklin relata que estaba obsesionado con matar para dar el ejemplo. "Pensé que una vez que empezara a hacerlo y les mostrara cómo, los demás supremacistas blancos harían lo mismo".

¿Crees que eres un héroe para esos grupos de odio? "Pues eso me dicen", responde y ríe al fin. "Preferiría agradarle a la gente, al igual que la mayoría de las personas. Prefiero que me amen a que me odien". ¿Aunque se trate de grupos de odio? "Sí, además no son los únicos que me aman. También me aman muchos judíos".

Es una idea absurda, pero no puedo resistirme a profundizar. ¿Por qué te aman los judíos? "Cuando cometes un crimen contra cierto grupo de personas, se crea un lazo. Parece que perteneces a ellos", dice.

Hacia el 'corredor de la muerte'

Franklin habla del crimen que lo llevó al corredor de la muerte de Missouri: el asesinato de Gerald Gordon. El 8 de octubre de 1977, Franklin estaba afuera de la sinagoga Brith Sholom Kneseth en St. Louis. Unos 200 invitados salían de un bar mitzvah, para el rito judío de los niños. Franklin había clavado unos clavos de 25 centímetros en un poste de teléfono para apoyar su rifle de cacería. Conforme los invitados salían de la sinagoga, Franklin disparó, y mató a Gordon frente a su esposa y sus tres hijos. Se condenó a Franklin por el homicidio de Alphonse Manning y Toni Schwean en Madison, Wisconsin, a los que mató solo por ser una pareja interracial.

Franklin confesó a la policía que una compañera de la escuela, Rebecca Bergstrom, lo había hecho enfurecer porque dijo que había salido con un jamaicano durante las vacaciones de primavera. La mató a tiros.

En Cincinnati, Franklin había estado esperando a una pareja interracial, pero Dante Evans, de 13 años, y su primo, Darrell Lane, de 14, pasaron caminando. Franklin disparó dos veces a cada uno desde su puesto de tiro para asegurarse de que estuvieran muertos.

Joseph Deters, fiscal del caso de Cincinnati, dijo que Franklin "es tan solo un cretino. No hay otra forma de describirlo. Lo que hizo a esos dos niños, solo por el color de su piel, es incomprensible".

Franklin también quería atacar blancos de alto perfil: acechó al líder activista Vernon Jordan Jr. en Indiana, en 1980. Franklin esperó afuera del hotel de Jordan. Cuando este regresó de un evento, Franklin le disparó. Jordan resultó gravemente herido, pero no murió.

Asqueado por 'Hustler' y a la caza de Larry Flint

Sin embargo, Franklin esperaba que uno de sus mayores trofeos fuera Larry Flint, editor y fundador de la revista Hustler. ¿Cuál era su delito, según Franklin?

"Vi una pareja interracial a la que fotografió mientras tenían sexo" dice. Franklin se refiere al número de diciembre de 1975 de la revista, en el que se presentan varias fotos de hombres negros con mujeres blancas. "Simplemente me dio asco. Pienso que los blancos se casan con blancos, los negros con negros, indios con indios. Orientales con orientales. Arrojé la revista y pensé: 'Voy a matar a ese tipo'".

Flynt se encontraba en Georgia para responder a unos cargos por actos obscenos. Cuando regresaba al juzgado, Flynt recibió dos disparos. Flynt sobrevivió apenas y quedó paralizado de la cintura para abajo. Larry Flynt presentó un recurso legal de último minuto junto con la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) para detener la ejecución de Franklin.

Unos días antes de que me reuniera con Franklin, Flynt me explicó que no había que confundir este acto con la piedad. "El gobierno no tiene porqué matar gente", dijo. Flynt se opone firmemente a la pena de muerte y señala que los presos que se encuentran en el corredor de la muerte son "minorías y personas desposeídas, no chicos blancos ricos".

'La voluntad del Señor'

"No se trata solo de un sistema que funciona de acuerdo con la Biblia. Las escrituras nos dicen que cuando alguien se arrepiente, Dios lo perdona. Todo se olvida una vez que se perdona. Pero el Estado no lo cree así", dice. Franklin afirma que ya no es peligroso ni racista.

¿Sientes odio al mirarme? No soy blanca. "No siento nada, no te odio. Especialmente porque eres mujer. ¿Sabes a qué me refiero?".

Pero disparaste a muchas mujeres. "Eso es cierto", asiente, "tienes razón. Pero sentí que eran enemigas de la raza blanca".

Dice que tras devorar montones de libros en prisión, ahora es diferente. Ha "curado su enfermedad mental a través de la educación", afirma.

¿Es extraño saber la fecha y la hora exacta en la que morirás? "Bueno, espero poder quedarme. Tal vez no ocurra, pero si es así, estoy dispuesto a aceptar la voluntad del Señor".

¿Crees que hay algo que te espera allá luego del 20 de noviembre? "Sí, pero no es un infierno abrasador porque estoy sirviendo al Señor. Será el reino de los cielos porque me he arrepentido".

Creo que casi se nos acaba el tiempo. "No hay que decir eso. Digamos que nos separaremos temporalmente".

El tiempo es importante para ti ahora, ¿no? "Sí, lo ha sido desde hace mucho tiempo. Tal vez nos volvamos a encontrar alguna vez".

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad