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Hollande, un político en declive en el foco por otro escándalo amoroso

El presidente francés sufre las consecuencias del rumor sobre un supuesto romance en medio de su baja popularidad por su gestión económica
vie 10 enero 2014 01:05 PM

La vida política y personal del presidente francés se ha conjugado a la par desde antes de llegar al poder y hasta la actualidad, tras las revelaciones de una revista sobre un supuesto romance con una actriz en un momento inoportuno por su baja popularidad.

El socialista nació en 1954 al norte de la ciudad de Rouen, es hijo de un médico y una trabajadora social. Estudió en el Ecole National d’Administration, donde conoció a Ségolène Royal, con quien mantuvo una relación durante 30 años. Tras su separación, el actual presidente se postuló como candidato tras la caída en mayo de Dominique Strauss-Kahn, que destacaba entre los socialistas para derrotar a Nicolas Sarkozy.

Strauss-Kahn fue arrestado luego de que una camarera de un hotel de Nueva York lo acusara de intentar violarla. Los cargos en contra del exdirector del Fondo Monetario Internacional fueros desestimados más tarde en Estados Unidos, pero se le advirtió que sería investigado en Francia bajo acusaciones de haber participado en una red de prostitución .

A pesar de que los analistas criticaron la falta de experiencia de Hollande en un cargo de elección popular, su atractivo electoral impulsado por su afabilidad le ayudó en las urnas. “Si mi posición es favorable hoy es porque los ciudadanos quieren esforzarse por enderezar al país, y quieren ser justos y equitativos", dijo cuando todavía era candidato.

El socialista llegó al Palacio del Elíseo en mayo de 2012 de la mano de Valérie Trierweiler, periodista con la que inició un romance secreto en 2006, cuando el político todavía mantenía una relación con Ségolène Royal, madre de sus cuatro hijos.

Trierweiler, que tomó el relevo de Carla Bruni como primera dama de Francia, tuvo que disculparse por un tuit que escribió en apoyo de un rival político de Royal. Dijo que fue “un error del que se lamenta”. Algunos analistas vieron en ese mensaje una advertencia para la expareja, contrincante en 2007 del expresidente Sarkozy, de mantenerse al margen de su marido.

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Más allá del escándalo, la atención de Hollande al llegar al poder se centraba en su intención de “combatir los excesos financieros” y luchar contra “los que especulan con la deuda pública”. Pero como apuntaban los economistas durante la campaña, las limitaciones de las finanzas internacionales y las estructuras económicas han dejado poco margen de maniobra al presidente para dirigir a Francia hacia la izquierda.

The Economist definió al país en 2012 como “una bomba de relojería en el corazón de Europa” por el desempleo creciente, la falta de crecimiento, la deuda pública y la popularidad de Hollande en descenso.

El supuesto escándalo por un amorío con una actriz estalla al inicio de un año que se anuncia políticamente complicado para el presidente francés, con la tasa de paro en aumento, la economía casi paralizada, una cota de popularidad históricamente baja (22 %) y a pocos meses de las elecciones municipales y europeas, de acuerdo con un reporte de EFE.

Hollande tiene programada el 14 de enero una gran conferencia de prensa, similar al encuentro con los medios que mantuvo en enero de 2008 su antecesor, Sarkozy, donde le preguntaron por su noviazgo con Carla Bruni. "Con Carla, va en serio", dijo entonces el político conservador, que semanas después contrajo matrimonio con la cantante y exmodelo.

Hollande es el primer presidente socialista de Francia en dos décadas. Tomó el relevo de François Mitterrand (1981-1995), quien también protagonizó un escándalo amoroso al conocerse que mantenía desde hacía años una relación extramatrimonial.

El político ha insistido en subir los ingresos fiscales, con subidas de impuestas, en lugar de los recortes sociales, aplicados por países vecinos bajo el liderazgo de la canciller alemana, Angela Merkel. Desde Bruselas le han advertido que ajustar el gasto público es necesario y que su plan reduce la competitividad de las empresas francesas.

Precisamente el terreno fiscal es el rubro que más critican los franceses, con un 74% que se pronuncia en contra, según una encuesta del 5 de enero del diario Le Parisien, que señala que sólo un 27% de la población tiene una buena opinión del presidente.

Los franceses le sancionan porque consideran que no es capaz de mostrar autoridad, que no sabe hacia dónde va, que no es capaz de tomar las decisiones que se imponen y que no es competente, de acuerdo con las conclusiones de la publicación francesa. Una virtud que le reconocen es que se trata de una persona simpática, según el 56 % de los entrevistados.

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