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'Solía ver a papá en sueños', la historia de una niña huérfana de Siria

Un orfanato de Turquía da refugio a decenas de niños que perdieron a uno o ambos padres en el prolongado conflicto en Siria
mar 18 noviembre 2014 03:52 PM

Maram frunce su naricita y hace una pausa mientras recuerda. La niña de ocho años era la favorita de papá.

"Le dispararon cuando iba a trabajar", cuenta.

Quién fue, nadie lo sabe con certeza, pero la implacable guerra civil de Siria no hace diferencia entre combatientes y civiles… y está dejando a infinidad de niños como Maram, quienes han perdido a uno o ambos padres junto con su inocencia.

"Lo vi cuando lo trajeron a la casa, cuando estaba muerto", prosigue. "Dije: 'Dios tenga piedad de ti', y recé".

Maram tiene un curioso rostro en forma de corazón. Escucha atentamente nuestras preguntas y a menudo se detiene a pensar antes de responder.

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"Lo veía en mis sueños, lo veía dándole algo a alguien o llevando a alguien a alguna parte. Solía verlo, pero ahora ya no lo veo".

Ella es una de los cerca de 34 niños de entre dos y diez años que entre semana viven en el orfanatorio Beyti, en el suroeste de Turquía, cerca de la frontera con Siria.

Sus papás están muertos: algunos a causa enfermedades y otros, como el de Maram, a causa de la violencia que consume a Siria.

Sus madres están refugiadas en Turquía y no tienen dinero para vestirlos y alimentarlos de forma adecuada.

Lee: Tres niñas se iban 'de pinta' de EU a Siria con ISIS

En Beyti es la hora del baño y hay ropa limpia y camas para dormir. Hay juguetes para reemplazar los que los niños tuvieron que dejar, comidas calientes y saludables regulares y agua limpia para lavarse.

Maram y su amigo, Mohammed, susurran a mi lado, en el sofá. Él saca una corbata de su bolsillo. "Alguien las estaba regalando", explica.

El dúo ríe mientras Maram trata de ponérsela a su amigo. Su padre le había enseñado a hacer el nudo, pero en realidad no recuerda cómo se hace.

"¿Ustedes son mejores amigos?", pregunto.

"No somos amigos, somos hermanos", responde Mohammed. Maram me mira con sus ojos bien abiertos y sonríe. "Él considera que es mi hermano", me dice.

"Aquí todos somos familia", apunta otro niño.

La Fundación Maram fundó el orfanato Beytin en septiembre. Le pusieron el nombre de una niña que quedó paralizada de la cintura para abajo por una esquirla que lesionó su espina dorsal.

"Estamos tratando de criar a nuestros niños lejos de las ideologías que se desarrollan dentro de Siria", nos cuenta Yakzan Shishakly, cofundador de Beyti, refiriéndose a la ideología musulmana violenta y radical que prospera en su tierra.

"También queremos darles el derecho a tener una vida normal, lejos de la guerra a causa del régimen".

El objetivo aquí no solo es crear un entorno "normal", sino ayudar a esos niños a sanar del trauma que sufrieron .

"Había algunos casos muy obvios, casos de ira y agresión", dice Mayada Abdi, directora del orfanato, respecto a algunos de los niños que han llegado a Beyti desde que se inauguró.

Maram era muy solitaria cuando llegó y prefería estar sola.

"Recordaba cosas, recuerdos hermosos que le habían arrebatado, especialmente los relacionados con su padre, todos sus viajes", cuenta Abdi.

"Todas sus historias eran sobre su padre. Así que con frecuencia la encontrabas sentada, recordando esos tiempos".

Nada puede alterar el dolor inexplicable que llegó a la vida de estos niños por medio de una violencia que desafía a la lógica, de una guerra que su corta edad no les permite entender.

Pero al menos aquí tienen la oportunidad de superarla y salvar lo que puedan de su niñez.

Maram ya mira al futuro. "Quiero ser maestra de árabe", dice. "En casa, en Siria".

Nota del editor: Muchos niños han perdido a uno o ambos padres durante la prolongada guerra civil de Siria. Si quieres ayudar, visita el  sitio web de la Fundación Maram .

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