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Paradojas del embargo: en Cuba hay Coca-Cola y películas de Hollywood

A pesar del aislamiento económico, cubanos y extranjeros pueden disfrutar en la isla de distintos productos estadounidenses
vie 19 diciembre 2014 02:27 PM

Comprar una Coca-Cola en La Habana es posible y los cubanos pueden ver gratis las películas de estreno de Hollywood en la televisión, a pesar del embargo estadounidense impuesto por el presidente John F. Kennedy en 1962.

Estas son algunas de las paradojas del embargo y de las tensas relaciones de estos vecinos enfrentados por disputas políticas durante medio siglo, que hace dos días anunciaron una histórica reconciliación celebrada por el mundo entero.

"Estos 50 años han mostrado que el aislamiento no ha funcionado", admitió el presidente estadounidense Barack Obama, al terminar con una política seguida por los 10 anteriores jefes de la Casa Blanca.

Raúl Castro saludó la normalización de los lazos diplomáticos, pero lamentó que persista el "bloqueo" económico sobre la isla, aunque Obama prometió flexibilizarlo dentro de sus posibilidades.

Lee: Los cambios en la relación entre EU y Cuba

La reconciliación tendrá efectos rápidos en la alicaída economía de la isla, estima el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali, Colombia.

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"Como las empresas estadounidense no pueden invertir, otras lo harán tratando de tomar posición ante un futuro levantamiento total del embargo", afirmó.

Diez meses después de la fracasada invasión de Bahía de Cochinos, Kennedy impuso el embargo mediante una "orden ejecutiva".

Con los años se convirtió en un complejo entramado legal, reforzado por la Ley Helms-Burton en 1996, por lo que ahora sólo puede ser eliminado por el Congreso, que desde enero estará dominado por la oposición republicana.

Los visitantes extranjeros se sorprenden en Cuba cuando comprueban que la Coca-Cola -el refresco estadounidense más famoso en el mundo- se vende en supermercados, restaurantes y hoteles.

Una lata vale 1.2 dólares en tiendas, más del doble que sus competidores nacionales, Tukola o Tropicola, predilectas de los cubanos por su menor precio.

En cambio es imposible conseguir en las farmacias cubanas medicamentos elaborados en Estados Unidos debido al "bloqueo", que según el gobierno comunista le ha costado a la isla 100,000 millones de dólares hasta el momento.

En la isla no se pueden usar tarjetas de crédito estadounidenses, ni medios electrónicos de pago como PayPal. 

Como contrapartida, los viajeros que ingresan a Estados Unidos no pueden llevar productos cubanos -como ron, café o habanos-, pues son confiscados en los aeropuertos y pasos fronterizos como si fueran drogas.

Pero el embargo no ha impedido que la televisión estatal cubana transmita las películas estadounidenses recién estrenadas.

En marzo pasado la televisión cubana transmitió el filme 12 años de esclavitud, cinco días después de que recibiera el Oscar a la mejor película.

No obstante, el embargo impide a los estudios de Hollywood venderle y cobrarle sus derechos a Cuba, que no gasta un dólar por difundir las películas norteamericanas.

Pese al embargo, Estados Unidos es el noveno socio comercial de la isla, mientras el consulado cubano en Washington ha tenido problemas para operar en los últimos meses debido a que ningún banco lo aceptaba como cliente.

"Efecto rápido en remesas familiares"

Apenas 170 kilómetros separan las costas de ambos países, lo que permitió que la estadounidense Diana Nyad cruzara nadando desde La Habana a Florida en 2013, pero las barreras políticas han impedido que exista correo directo.

También han provocado que los vuelos entre ambos países, unos 400 mensuales, tengan carácter "humanitario", reservados a cubanoamericanos y estadounidenses autorizados por Washington.

Además, ha causado que los contactos entre familias cubanas -y la posibilidad de recibir dinero de parientes en Miami- estén a merced de la voluntad de los inquilinos de la Casa Blanca.

Lyndon Johnson, el sucesor de Kennedy, autorizó el envió de encomiendas a la isla, lo que fue prohibido luego por Richard Nixon. 

Con Bill Clinton se masificaron las visitas de cubanoamericanos a la isla. Además, comenzaron a enviar dinero a sus familias, pero George W. Bush restringió los montos de las remesas y que éstas sólo beneficiaran a parientes directos.

Bush también limitó las visitas de cubanoamericanos a la isla, las que fueron liberadas por Obama, quien elevó además el monto de las remesas.

Este miércoles Obama aumentó nuevamente el límite de las remesas, de 500 a 2,000 dólares.

"Dentro de los efectos más rápidos que se van a notar está el aumento de las remesas. Allí hay una multiplicación por cuatro en el corto plazo", destacó un diplomático latinoamericano. 

Los viajes entre ambos países se han disparado desde que Raúl Castro eliminó, hace casi dos años, los odiados permisos de viaje: un récord de 327,000 viajeros -principalmente cubanoamericanos- llegaron desde Estados Unidos a la isla en el primer semestre, 10% más que en la primera mitad del 2013.

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