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Dongguan, la ciudad china que vive del sexo en la clandestinidad

La campaña contra las redes de prostitución ha costado cara a los hoteles, restaurantes y otros negocios de esta ciudad al sur de China
mar 26 mayo 2015 05:00 PM
centros china
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Cuando Han Yulai, empresario de Dongguan, ciudad de la zona manufacturera del sur de China, recibía clientes que visitarían la fábrica o una feria del sector, siempre les ofrecía lo que llama el "estándar de Dongguan".

Por la noche los llevaba a KTV, un local de karaoke que a menudo era sinónimo de servicios sexuales.

Allí, una mamasan (nombre que se la da a la mujer que administra los burdeles) formaba a una docena de jóvenes, principalmente chinas pero también japonesas, coreanas y —las más caras— rusas.

"Eliges a una o a dos, cantas, bebes y te diviertes un poco y luego vas a una habitación en el piso de arriba para hacer 'negocios'. No es amor, solo negocios", dijo Han, quien usó un pseudónimo porque la prostitución es ilegal en China.

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Hoy en día es cada vez más difícil hacer esa clase de negocios.

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El gobierno emprendió en febrero de 2014 una campaña para combatir el comercio sexual en Dongguan, a la que han llamado la Ciudad del pecado de China.

Según los medios estatales, se clausuraron más de 2,000 hoteles, saunas y clínicas de masajes que atendían a los trabajadores migrantes de la ciudad y a los clientes visitantes.

Arrestaron a miles de personas, entre ellos a los sospechosos de operar y organizar las redes de prostitución, así como a altos funcionarios y policías corruptos. Destituyeron a Yan Xiaokang, vicealcalde de la ciudad y director de la oficina de seguridad pública del municipio.

Las redadas se prolongaron por meses y su impacto aún se deja sentir más de un año después.

Distritos de prostitución vacíos

En mi hotel de cuatro estrellas en el centro de Houjie, uno de los distritos de prostitución, seguía cerrado el piso del sauna y de los masajes.

También están cerrados los spas y los karaokes de otros hoteles de la zona que recorrí.

En las calles no se ve una sola xiaojie, palabra que en chino significa señorita, pero también prostituta en sentido coloquial. En las barberías, que suelen ocultar servicios sexuales, el personal parece estar concentrado en el cabello de los clientes y nada más.

Lin Jiang, profesor de Finanzas Públicas e Impuestos de la Universidad Sun Yat-Sen de Guangzhou, estimó que los operativos podrían costar 50,000 millones de yuanes (unos 120,000 millones de pesos) a los negocios tales como hoteles, tiendas y restaurantes. Es el equivalente a una décima parte de los ingresos del ayuntamiento de Dongguan en 2014.

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Dice que es imposible saber exactamente a cuánto ascenderán las pérdidas económicas porque las autoridades se han mostrado muy herméticas. "Solo podemos estimar, no podemos conseguir los datos para probarlo".

Lin dice que la campaña ha causado problemas económicos en más de un sentido. La economía de Dongguan depende de la manufactura a bajo costo. Los esfuerzos de desarrollar industrias de alto nivel y de manufactura avanzada se han visto obstaculizados por la campaña contra la prostitución.

"La campaña antivicio ha perjudicado la imagen de la ciudad y este estigma no desaparecerá del todo", dijo a CNN.

Han, el empresario, coincide.

"Definitivamente vienen menos clientes a Dongguan que hace un año".

La clandestinidad

Aunque los días de auge del distrito de prostitución de Dongguan han terminado, no significa que el sector del sexo haya desaparecido. Más bien se ha vuelto clandestino.

Han ya no puede llevar abiertamente a sus clientes a los karaokes o a los saunas para ofrecerles el "estándar de Dongguan", pero hay formas de hacerlo sin llamar la atención, dijo, como crear contactos con los intermediarios y las mamasans.

Conseguir los contactos no es nada difícil, como pude atestiguar.

Al regresar a mi hotel, una noche, se me acercó un botones. "¿Quiere un masaje?", preguntó con una sonrisa sarcástica.

Por mil yuanes (unos 2,400 pesos) me ofrecieron 90 minutos en mi habitación con "dos hermosas chicas chinas". El botones me dio su número telefónico.

Justo antes de que se cerraran las puertas del elevador, me guiñó el ojo e hizo un ademán obsceno con la mano para insinuar un tipo de servicio sexual.

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Un chofer del hotel también ofreció sus servicios. Mientras pasábamos por una autopista concurrida, volteó para preguntarme: "¿anmo, anmo?" (masaje, en chino) e hizo ademanes sugerentes con los dedos. Dije que lo pensaría y me dio su tarjeta.

En menos de un día había conseguido dos proxenetas locales en caso de que necesitara sus servicios.

El negocio en las redes sociales

También se están usando redes sociales para conectar a la demanda con la oferta, especialmente a través de servicio de mensajería instantánea de moda en China, WeChat. Como las mujeres ya no pueden trabajar en los karaokes, algunas pasean por el edificio a la espera de que los hombres busquen sus servicios.

Si buscas "gente en los alrededores" y seleccionas "solo mujeres", obtienes una lista de usuarios de WeChat en la zona. Si ves las fotos de su perfil, no hace falta usar mucho la imaginación para descubrir quién está en el negocio.

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Sin embargo, el uso de las redes sociales también se ha dificultado, ya que el órgano regulador del internet en China también está combatiendo el contenido sexual en internet.

Los reportes de los medios chinos indican que se cree que el comercio sexual cambió al servicio personalizado a domicilio y a las citas por teléfono; no vi trabajadoras sexuales en las calles durante mi visita.

Más riesgos

Se estima que había más de 250,000 trabajadoras sexuales en Dongguan antes de que el gobierno tomara medidas. Los detractores de las redadas dicen que el nuevo entorno clandestino ha expuesto a las trabajadoras a mayores riesgos.

"Las trabajadoras sexuales siempre han sufrido abusos de los clientes y la policía. A raíz de la campaña, la situación sigue igual. Siguen siendo blanco de violencia de estos grupos", dijo Ann Lee, portavoz de Zi Teng, un grupo de defensa de derechos de las trabajadoras sexuales que tiene su sede en Hong Kong.

Human Rights Watch señaló en un informe de 2013 que las trabajadoras sexuales de China sufren abusos graves, incluso violencia policiaca, detenciones arbitrarias y pruebas forzadas de detección de VIH. La policía a menudo no investiga los delitos que los clientes cometen con las trabajadoras sexuales, señaló.

El Global Times, diario que depende del Diario del Pueblo (medio de difusión del Partido Comunista de China), reportó que la gente dice que la campaña está perjudicando a un grupo de por sí en desventaja y propuso la despenalización del sector, "ya que la libertad sexual es supuestamente un derecho humano".

Lee espera que algún día el comercio sexual se vuelva "una actividad empresarial normal" y que haya reglamentos y controles más sanos.

"Pero en China, eso es un sueño. Sigue siendo demasiado polémico", agregó.

El Viagra

Se ha permitido la reapertura de la mayoría de los locales de entretenimiento que la policía clausuró en 2014 y entró en vigor un reglamento más estricto en abril, según los medios chinos.

Las nuevas reglas contemplan la prohibición de los masajes en habitaciones privadas a puerta cerrada o con la luz apagada; reportar a la policía a los clientes que pasen la noche en el local, y prohibir que los empleados ofrezcan servicios en sitios distintos a las clínicas de masajes.

Sin embargo, las farmacias de los distritos de prostitución siguen mostrando anuncios de Viagra en los aparadores y venden tanto el medicamento original como falsificaciones.

Un farmacéutico río cuando le preguntaron si aún hay demanda del fármaco tras la campaña. "Sí —dijo—, especialmente en la noche".

Con información de Shen Lu en Beijing.

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