¿Qué piezas del MH370 pudieron haber flotado (y por qué)?
Este miércoles, el primer ministro de Malasia confirmó que el flaperón encontrado la semana pasada en la isla de Reunión, en el océano Índico, pertenece al avión del vuelo MH370 de Malaysian Airlines que desapareció el 8 de marzo de 2014. Pero, ¿cómo llegó hasta esta zona, cercana a Madagascar?
Expertos australianos realizaron una serie de experimentos para simular la deriva de los restos del avión y destacaron cinco observaciones para tomar en cuenta en el caso:
Las piezas pueden flotar algunas semanas
Por lo general quedan restos flotando en el agua, pero se vuelve más difícil localizarlos pasadas las primeras semanas del hundimiento. Algunas de las piezas pueden quedar en la superficie, pero la corriente las dispersa.
El avión tiene objetos diseñados para flotar
Cojines, chalecos salvavidas y toboganes de evacuación son algunos de los elementos dentro del vuelo diseñados para flotar. También las bandejas de comida pueden hacerlo por su poco peso.
Varios componentes de la estructura del avión pueden contener aire, lo que los ayuda a flotar durante un tiempo.
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¿Qué determina el tiempo de flotación de los objetos?
El tiempo varía de objeto en objeto. Los que contienen aire, se hunden tan pronto como este escapa, pero los asientos pueden flotar un largo tiempo, hasta que se empapan de agua y se deshace su composición química.
No es habitual encontrar restos en las costas
La dispersión de las piezas del avión depende de sus características físicas, tales como el tamaño, la forma y la densidad. Sin embargo, para que un fragmento logre llegar a las cosas es necesario que flote suficiente tiempo, con buen viento y corrientes favorables.
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¿Por qué llegaron los restos a La Reunión?
No se sabe exactamente la trayectoria que siguieron los restos, pero de acuerdo con una simulación de deriva, se cree que los restos del MH370 fueron arrastrados hacia el norte y luego en dirección al oeste, para haber recorrido 4,000 kilómetos desde la zona donde se cree que se estrelló.
