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América Latina paga un alto costo por sus casos de corrupción: Chinchilla

La expresidenta de Costa Rica advierte el reto contra la impunidad que tiene la región latinoamericana ante la corrupción de varios países
vie 23 octubre 2015 06:34 PM

La corrupción y la presencia del crimen organizado han tenido un alto costo a países de América Latina, consideró la expresidenta costarricense Laura Chinchilla.

"Uno podría llamar un estado de enorme dificultad que están teniendo varias democracias de América Latina para responder a las demandas sociales con la oportunidad y la velocidad con que la gente requiere que se resuelvan sus necesidades", señaló en entrevista con CNNMéxico.

“Estamos entrando en una especie de hipertrofia de las instituciones democráticas de América Latina, y eso, la ineficiencia, tiene un costo y ese costo se vuelve en contra de las instituciones”, agregó.

Chinchilla, quien encabezó la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos en México, consideró que la corrupción es una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, y de no resolver esta problemática el costo para la democracia será alto.

De visita en la Ciudad de México para presentar las conclusiones de la OEA sobre las elecciones del 7 de junio, la expresidenta de Costa Rica destacó como un avance que los casos de corrupción se den a conocer, pero el reto para los países latinoamericanos es sancionarlos.

"Hoy los casos los estamos conociendo, yo no creo que en el pasado no se dieran casos de corrupción, iguales o más graves, pero al menos ahora estamos viendo que los mismos se conocen, eso quiere decir que hay una prensa activa, fuerte, independiente, que investiga, que hay movimientos de opinión popular, que también no están dispuestos ya a tolerar.

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"De manera que la prueba frente a la corrupción que tiene la democracia latinoamericana es la prueba de la impunidad. Ya no de dar a conocer los casos, sino que hoy los latinoamericanos me imagino que se estarán preguntando, ‘bueno, fuimos capaces de que los casos se ventilaran, pero ahora, ¿será capaz el sistema de condenar a quienes son los responsables?’. De manera que mucho del peso de la carga vendrá hacia adelante sobre los poderes judiciales de la región", enfatizó.

Presidentes de varios países de América Latina han sido criticados por presuntos casos de corrupción.

En México, el presidente Enrique Peña Nieto fue cuestionado por la mansión que su esposa, Angélica Rivera, adquirió con un contratista del gobierno.

El presidente guatemalteco Otto Pérez Molina perdió su cargo y enfrenta un proceso penal por su presunta participación en una red de sobornos en el sistema de aduanas .

En Brasil, la empresa estatal Petrobras se vio involucrada en casos de corrupción que involucraron a políticos y debilitaron el gobierno de Dilma Rousseff. En Chile, el hijo de la mandataria Michelle Bachelet fue señalado por tráfico de influencias.

Venezuela, un deterioro peligroso

Chinchilla también se refirió a la situación de Venezuela, donde el líder opositor Leopoldo López fue sentenciado por incitación a la violencia durante las protestas contra el gobierno, cargo que siempre ha negado.

Lamentó que en Venezuela se generara un descontento social, por lo que las próximas elecciones serán una válvula de escape.

"El caso de Venezuela es un caso que nos preocupa a todos. Es un país al que queremos y el deterioro ya no solamente es un deterioro que alcanza a la calidad de la democracia, a la calidad del proceso electoral, sino que también hay circunstancias internas que están generando descontento social de ahí que de no funcionar correctamente los instrumentos electorales para las elecciones próximas, que en el fondo cualquier elección es una válvula de escape como fue el caso de México pasado. De no funcionar correctamente en el caso de Venezuela, es previsible que la situación vaya a agravarse aún más”, opinó.

Al ser cuestionada sobre el papel de la OEA ante la situación en Venezuela, Chinchilla destacó el rechazo de ese país a la presencia de observadores electorales.

"Desafortunadamente (la OEA) no (puede hacer) mucho más de lo que ya ha estado tratando de hacer el secretario general, que es ofreciendo de manera reiterada al gobierno de Venezuela una misión de observación electoral con todas las características que estas tienen, es decir, rigurosa, neutral, independiente, pero el gobierno  de Venezuela de manera reiterada ha rechazado una misión de esta naturaleza", señaló.

Es por eso que Chinchilla se sumó a la petición de otros expresidentes de condicionar la renovación de Venezuela como miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

"Es un llamado general a la Asamblea de las Naciones Unidas desde una posición que consideramos es de autoridad, pero también reconocemos que está en manos de cada uno de los integrantes de esa Asamblea, que son los que van a votar por la eventual reelección o no de Venezuela, en manos de quienes estará la decisión final.

“Pero sí resulta inadmisible, incomprensible para quienes creemos en la democracia y en los estándares que lo caracterizan, que Venezuela en las condiciones actuales de persecución y represión política y ante la falta de garantías de un proceso electoral esté aspirando a integrar el Consejo de Derechos Humanos", apuntó.

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