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¿Cómo Donald Trump cambió la presidencia de EU en 7 días?

Las nuevas decisiones del presidente estadounidense sobre el comercio, inmigración y política exterior, han remodelado el papel de Washington en su país y el extranjero.
vie 27 enero 2017 06:58 PM
Expectativa
Expectativa Con sus decisiones, Trump aun logra sorprender a los legisladores (Foto: J. Scott Applewhite / POOL/EFE)

Olvida los primeros 100 días. Sólo ha pasado una semana desde que Trump está reinventando la presidencia de EU.

Entre un torrente de acciones, disrupciones y protestas, las nuevas decisiones del presidente sobre el comercio, inmigración y política exterior, han cumplido sus promesas de campaña y remodelado el papel de Washington en los asuntos nacionales y extranjeros.

Algunas cosas quedan claras al final de esta estridente semana. Trump no sufrirá una epifanía y de pronto apoyará las convenciones Beltway. Como presidente, seguirá creando su propia realidad y está feliz de usar el telón de la Casa Blanca para avanzar sus varias guerras retóricas.

Sus colaboradores están aprendiendo a trabajar unidos como el jockey del poder. Y entre todo esto, Trump aun logra sorprender: los legisladores y líderes de negocios dicen que el famoso presidente y ex estrella de reality escucha más de lo que habla .

Pero su estilo poco ortodoxo también genera dudas sobre si una presidencia que se afirma sobre la destrucción creativa no agote simplemente al sistema político. La cinta transportadora de órdenes ejecutivas de Trump es un dispositivo simbólico efectivo, pero carecen notablemente de detalles y planeación. Más pronto que tarde, tendrá que demostrar su dominio en el arduo puesto de guiar su agenda a través del Congreso.

La primera semana de Trump en el puesto deja una pregunta fundamental: ¿puede gobernar efectivamente una nación complicada y dividida sin controlar sus comportamiento errático? Por ahora, no hay respuesta.

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Hombre de acción

Trump no mantiene en secreto su principal prioridad: pagar a los electores descontentos que lo pusieron en Washington para sacudir todo.

"Piensen en todo lo que podemos lograr y recuerden por quién debemos lograrlo”, dijo Trump a los legisladores republicanos este martes en Filadelfia. "Ahora debemos cumplir. Ya fue suficiente de hablar, no actuar. Tenemos que cumplir”.

Sobre la columna de cumplir, marquen la orden ejecutiva que pide la creación del muro en la frontera sur de Estados Unidos, honrando una de las primeras promesas de campaña. También ha hecho más sencillo deportar a los inmigrantes indocumentados. Trump sacó a Estados Unidos del TPP , rompiendo con décadas de ortodoxia en política exterior que ha proyectado el poder en los acuerdos multilaterales.

Él también acarreó a los ejecutivos automotrices al West Wing y les advirtió que pagarían un alto precio por fabricar en el extranjero. Con otro trazo de su pluma, Trump dejó avanzar los oleoductos transcontinentales y deshizo las regulaciones ambientales de la era Obama.

Con cada nueva administración se inician acciones ejecutivas que buscan apelar a sus bases. El ex presidente Barack Obama firmó rápidamente una orden en 2009 que demandaba el cierre de la prisión de la Bahía de Guantánamo, algo que nunca se convirtió en realidad.

Pero la determinación de mantener las promesas de campaña raya en obsesión dentro de la Casa Blanca de Trump. Aquellos cercanos al presidente creen que, a pesar del alboroto en Washington, esas acciones también son bien recibidas.

"Si eres alguien que está sentado en casa dices: “Wow, hay mucho sucediendo aquí”. Las burbujas de los medios en las costas no son las personas a las que se dirige Trump”, dijo un asesor senior. "La gente a la que se dirige Donald Trump es a la de los miles de condados que ganó”.

Pero Trump no está despachando el juego de Washington por completo. Él pasó un tiempo considerable con los líderes del Congreso esta semana, un gran cambio desde Obama, quien alguna vez bromeó con los periodistas que criticaban su reticencia a socializar con los altos republicanos: “¿Por qué no van a tomar un trago con Mitch McConnell?".

null Recomendamos: Ciudades santuario: un campo de batalla para Trump dentro de EU

Rompiendo las normas

Le tomó un día a Trump romper las reglas del comportamiento presidencial.

El sábado, en su primer día completo en el poder, Trump causó ofensa al pregonar sobre su victoria electoral en el contexto sombrío de la CIA honrando a los héroes caídos. (Más tarde dijo a ABC News que ese discurso había sido un éxito).

El día terminó con una nueva administración escalando una enemistad con los medios sobre el número de asistentes a la inauguración de Trump.

Trump mandó a su secretario de prensa, Sean Spicer, a enviar un anuncio extraordinariamente explosivo sobre el episodio, lleno de falsedades.

Durante la semana, Trump tuiteó castigos a las “celebridades” , que mencionaban aparentemente que una marcha masiva de mujeres atrajo a más personas durante el fin de semana que su propia inauguración. Él acusó a un investigador de “envilecer” después de mencionar que Trump tergiversó su estudio al afirmar que -hasta 5 millones de persones votaron ilegalmente en las elecciones.

El ego de Trump es el denominador común en todas estas erupciones. La primera semana de su presidencia ha probado que la hipersensibilidad a las críticas que mostró en campaña llegó con él a la Casa Blanca. En cada caso, los hechos en cuestión también rompen con la versión de la realidad que prefiere Trump.

"Él se siente vulnerable cuando otras personas tienen acceso a hechos y cuando él puede ser comparado contra algo objetivo”, dijo Michael D'Antonio, autor del libro "The Truth About Trump" (La verdad acerca de Trump). "Su cosa favorita es jugar con el sistema o desafiar una norma, y si no puede hacerlo, no se siente tan poderoso”.

Después de su muy criticado discurso en la CIA, el desempeño más modesto de Trump a principios de la semana hizo pensar que la tormenta inicial había terminado.

"Él parecía presidente hoy”, dijo un republicano cercano a la Casa Blanca el lunes cuando Trump salía de los acuerdos comerciales, se reunía con ejecutivos y miraba como Spicer daba una conferencia de prensa mucho más mesurada. “Esperemos que dure”.

No fue así.

Para mediados de semana, Trump revivió los rumores, ya desacreditados, de que millones de electors ilegales le costaron el voto popular durante una reunón con lideres del congreso. Ahora busca gastar el dinero de los contribuyentes en una investigación sobre alegatos inexistentes de fraude, sugiriendo un menosprecio abierto y público hacia los hechos que rara vez se ha visto de la Casa Blanca.

Sin embargo, aquellos que esperan que los instintos más extremos de Trump se apacigüen por las responsabilidades de su puesto podrían obtener socorro a partir de su evidente gusto por los elementos de la Casa Blanca y el Air Force One.

“Él continúa reaccionando del mismo modo a lo largo de su presidencia, en asombro por el esplendor de este avión y lo que representa la Casa Blanca”, dijo Spicer a reporteros sobre el primer viaje de Trump en el jet presidencial.

El presidente impredecible

Cuenten esto como una promesa de campaña que Trump ha cumplido: Ser impredecible. Washington ahora se apuntala cada mañana para recibir el primer embate de la cuenta de Twitter de Trump .

Una serie de tuits de Trump sobre la violencia callejera en Chicago mostró cómo está cambiando la forma en que la presidencia interactúa con el pueblo estadounidense.

"¡Si Chicago no arregla la horrible 'matanza' que está sucediendo, 228 tiroteos en 2017 con 42 muertos (24% más que en 2016), mandaré a los federales!”, tuiteó Trump el martes.

El tuit casó furor en Chicago, hacienda que los oficiales y funcionarios políticos locales intentaran descifrar a qué se refería Trump. ¿Estaba planeando enviar fondos federales a Chicago, desplegar al FBI o incluso tomar el paso altamente inusual de mandar a la Guardia Nacional en una misión de cumplimiento de la ley?, ¿su amenaza debería ser tomada en serio o se trataba simplemente de un tuit lanzado que representaba un capricho y no una nueva normatividad?

"Le daría la bienvenida, siempre lo he hecho, a la participación federal para trabajar con los agentes locales de la ley para lidiar con Ias armas y las bandas”, respondió el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel.

En otras administraciones, una intervención tan explosiva solo podría surgir después de un serio debate interno. Las temperaturas se habrían tomado localmente.

Trump solo ve la televisión por cable y tuitea

Su método está levantando preguntas no solo en Washington, sino también en las secretarías extranjeras que están tratando de descifrar exactamente qué quieren decir los tuits unilaterales e idiosincráticos de Trump sobre los asuntos de seguridad nacional.

Pero también demuestra cómo ejerce el poder Trump. El jefe empresario dejó al ala oeste de la Casa Blanca temiendo nuevas tarifas que podrían lastimar a sus bases. Los demócratas fueron puestos en la mira por su destrucción del TPP y su promesa de renegociar el TLCAN, movimientos que van de acuerdo con mucho de la base progresista del partido.

En una señal de cómo está cambiando las calculaciones políticas, la AFL-CIO, que dio su apoyo a Hillary Clinton, dio la bienvenida a las decisiones de Trump.

Aquellos que ven el inicio de las controversias como una distracción del trabajo real de gobernar no están entendiendo el punto: su comportamiento es una parte intrínseca de su método. Trump deja a los centros de poder rivales en la incertidumbre sobre sus motivos e inseguros sobre sus líneas rojas, dejando a todos fuera de balance e incrementando su propia influencia como la única fuerza estable en medio del caos.

Lee: Una semana de tensión entre EU y México

Poniendo al mundo en notificación

La primera semana de la administración de Trump probó una de las primeras dudas sobre su presidencia: ¿Cómo funcionará su estilo político disruptivo, impulsivo, en las relaciones exteriores?

La respuesta: Rápidamente rompiendo las relaciones con México.

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, canceló la reunión con Trump que habían acordado para la siguiente semana después de renovar las tensiones sobre el plan de construir un muro fronterizo. Trump tuiteó después que sería mejor no reunirse con Peña Nieto si seguía insistiendo que México no pagaría por el muro.

Otras naciones están observando y aprendiendo los peligros de enredarse con Trump. El sistema de relaciones exteriores en Washington está temiendo la primera crisis de seguridad nacional y preocupándose por que la imprevisibilidad de Trump y su retórica imprudente podrían derivar en errores de cálculo.

El historial normativo de Trump también está causando alarma. Sus reflexiones sobre un retorno al “waterboarding” para los sospechosos de terrorismo ha iniciado la condena generalizada y marcó una ruptura con algunas figuras de defensa y seguridad nacional de su propio gabinete.

Israel, sin embargo, no está perdiendo el tiempo para aprovechar la llegada de Trump, anunciando la construcción de 2,500 nuevas casas en la Ribera Occidental. Eso surge a pocas semanas después de que la saliente administración de Obama destruyó esos planes.

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Una Casa Blanca intranquila

Hay pocas cosas más difíciles que tomar la Casa Blanca al inicio de una administración.

En la superficie, el equipo de Trump lo ha hecho bien, dirigiendo un set de órdenes ejecutivas bien planadas a pesar de las explosiones frecuentes del jefe.

Bajo la superficie, la tensión hierve.

Tras unos pocos informes, las filtraciones sugieren que el puestode Spicer es menos que seguro. Los reportes de The Washington Post y The New York Times parecen levantar el velo sobre el antagonismo entre los centros de poder de la Casa Blanca. Trump dejó en claro que no estaba impresionado por la actuación de Spicer el sábado, un comentario que no tardó mucho en filtrarse a los medios.

En las oportunidades de foto, el personal, incluyendo a los asesores senior Stephen Bannon, Kellyanne Conway, Jared Kushner y el jefe de personal Reince Priebus parecen estar siempre en un alboroto por entrar en cuadro para enfatizar su influencia.

Cuando Trump estaba en el Departamento de Seguridad Nacional el jueves, Priebus y Bannon estaban en lados opuestos de la sala y no interactuaron.

Los asesores de la Casa Blanca se han separado cada vez más, y están cada vez más convencidos de estar respondiendo a los estadounidenses que eligieron a Trump. Ellos están convencidos de ser increíblemente mal entendidos, e incluso de ser menoscabados activamente, por los medios nacionales y los expertos de Washington.

Aun así, algunas fuentes dicen que la Guerra de trincheras política estaba reuniendo al equipo de Trump contra un enemigo común: la prensa. El menosprecio por los medios se hizo evidente a finales del jueves en una entrevista de Bannon con The Times.

"Los medios son aquí el partido de oposición. Ellos no entienden este país. Aún no entienden por qué Donald Trump es el presidente de los Estados Unidos”.

Spicer dijo a los reporteros que Bannon "habla por sí mismo" y es conocido por ser “muy apasionado sobre sus opiniones”.

Él añadió: "La opinión de Steve sobre cómo los medios cubren a los conservadores es muy conocida y como tú lo dijiste, no es de sorprenderse”.

En una aparición en PBS, Conway dijo "todos deberíamos aprender a escuchar más a Estados Unidos y creo que ese es probablemente el punto central de Steve Bannon”. Una persona que probablemente se vea imperturbable por esto es Trump. Él prospera en el caos.

Sara Murray, Jeff Zeleny, Laura Jarrett y Jeremy Diamond de CNN contribuyron a este reportaje.

Lee: Las remesas, bajo amenaza con Donald Trump

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