El Ejército no se va de Juárez, cambia la estrategia contra el crimen
Esta ciudad, donde el crimen organizado incendia los negocios que no pagan cuotas de extorsión que les imponen, y donde un cúmulo de familias abandonan sus hogares por miedo, se prepara para recibir el jueves a 5,000 policías federales. En menos de dos semanas, reemplazarán a los 1,200 soldados que ahora patrullan las calles junto con los policías municipales.
"El Ejército no se va de Ciudad Juárez", afirma Enrique Torres Valadez, vocero de la Operación Coordinada Chihuahua (OCCH), el nombre local utilizado para referirse a la lucha contra el narcotráfico iniciada por el presidente Felipe Calderón con apoyo del Ejército. "Al Ejército únicamente se le van a restituir las funciones que tenía al principio de la Operación Conjunta, que son principalmente el combate al crimen organizado y el narcotráfico".
Los 1,200 soldados del Ejército Mexicano se unirán a otros 3,800 que ya realizan estas tareas en la ciudad.
Con la nueva estrategia se pretende “que venga una mejoría en la ciudad”, según Torres Valadez.
En los últimos dos años de la llamada "guerra contra el narcotráfico", la cifra de asesinatos se disparó a más de 5,000 (1,623 en el año 2008 y 2,754 en el 2009).
Ciudad Juárez ha sido catalogada como la ciudad más peligrosa del mundo: entre 6 y 15 crímenes cada día. Y aproximadamente 116,000 casas están abandonadas, según los datos que aporta la autoridad municipal.
En los tres primeros meses de este año, se registraron más de 630 muertes en una ciudad con 1,300,000 habitantes. Ciudad Juárez pierde habitantes: los que pueden huyen a Estados Unidos o a otras ciudades de México; otros se marchan en ataúdes.
A pesar de que el presidente municipal, José Reyes Ferriz –de extracción priista–, considera que el Ejército Mexicano ha hecho “un excelente trabajo” porque ha “logrado contener índices delictivos como el robo de bancos y de autos”, otras voces son escépticas, no sólo con el papel del Ejército sino con la nueva estrategia de la policía federal.
“El narcotráfico, el crimen organizado y la seguridad pública en Ciudad Juárez son el mismo problema”, afirma el criminólogo Óscar Máynez, profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
“Al parecer, el gobierno mexicano no se ha esforzado para evitar controlar el lavado de dinero, la ausencia de un estado de derecho, la impunidad y la violación de derechos humanos que surgen de un sistema de gobierno corrupto, que fortalece a los grupos criminales organizados”, subraya.
"Todo va a seguir igual"
Para el experto, todo indica que el Ejército y la policía federal van a seguir sin coordinarse.
“No creo que esta nueva estrategia vaya a ser muy efectiva ni vaya a ser la última”, advirtió Máynez.
Un problema que se puede anticipar, según el criminólogo, es la corrupción y el aumento de abusos por parte de las fuerzas federales, como ya ocurre con los militares. Esta situación está prevista por las autoridades.
El Subprocurador de Justicia en la Zona Norte, Alejandro Pariente, anunció que desde este martes habrá una oficina de enlace entre la Operación Coordinada para recibir las quejas de violación a los derechos humanos. Al frente de esta unidad estará Gustavo de la Rosa, el visitador de la Comisión de Derechos Humanos de Chihuahua en Ciudad Juárez.
De la Rosa estuvo viviendo en El Paso, Texas, desde el pasado 22 de septiembre, huyendo porque recibió fuertes amenazas de muerte.
"Para mí, el cambio de los militares patrullando por los policías federales no garantiza más eficacia en el combate a la delincuencia por sí solos, ni que baje la corrupción”, afirma De la Rosa, custodiado por guardaespaldas.
"Será más fácil exigirles el cumplimiento de los derechos humanos porque en la ley común (y no así en el fuero militar) puedo presentar denuncias y darles seguimiento".
Para el criminólogo Oscar Máynez, las estrategias en Ciudad Juárez han fallado a pesar de los recursos invertidos y la movilización de miles de policías y militares: “La situación sólo ha empeorado”, asegura.
El experto recomienda un “auténtico estado de derechos” que repercuta en los niveles de corrupción e impunidad. Y apunta: “Desgraciadamente ninguna de las acciones hasta ahora implementadas por el gobierno mexicano hacen pensar que se estén afectando a los intereses y la estructura de los grupos criminales”.
La vida continúa en Ciudad Juárez, entre la muerte constante. En los próximos días, con 5,000 federales más patrullando las calles.
