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La mala calificación en corrupción es para todo el país

El Índice de Percepción de Corrupción no solo califica al gobierno federal sino también a los estatales, a las empresas y a los ciudadanos
mar 26 octubre 2010 11:53 AM
hombre sostiene billetes
billetes hombre sostiene billetes

La baja posición obtenida por México en el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2010 dada a conocer este martes es "una calificación de conjunto del país", explicó el director de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, a CNNMéxico.

"Estos índices no son instrumentos que busquen medir a uno solo de los actores del país, es la evaluación del conjunto, incluye (al poder) legislativo, judicial y ejecutivo; gobiernos estales y municipales y también a la sociedad civil y a la iniciativa privada", aclaró Bohórquez.

México fue calificado con 3.1 sobre una base de 10 (cero es muy corrupto y 10 libre de corrupción), por el organismo no gubernamental Transparencia Internacional (TI). Esa cifra ubica al país en el lugar número 98 entre otras 178 naciones, es decir, nueve lugares más abajo que el año pasado. El gobierno de México reaccionó, y aseguró que respetaba estos resultados .

La llegada de las leyes de acceso a la información a México hace más evidente la corrupción porque "permiten entender cómo se manejan los subsidios, el gasto público en las entidades, (y conocer) los salarios de los alcaldes que no sabíamos hace 10 años", aseguró Bohórquez.

Estos casos son conocidos por los analistas de riesgos financieros y líderes económicos, en cuyos informes se basa TI para elaborar su índice.

En años recientes también se han dado a conocer casos de corrupción más compleja en México, como el financiamiento ilegal de campañas políticas o el cabildeo (influencia de grupos de poder en el Congreso) para que los legisladores aprueben leyes hechas a modo de ciertos sectores, explicó.

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"Antes nos concentrábamos en el tema de la corrupción del policía de tránsito y ahora estamos padeciendo cierto grado de osteoporisis institucional, cierta debilidad", dijo.

El sistema es el corrupto, no las personas

La corrupción no es un fenómeno estrictamente cultural, aclara Bohórquez: "Donde hay sistemas que no funcionan, permea la corrupción".

Si el sistema para obtener el pasaporte –ejemplifica – incluye hacer largas filas, no es la cultura de la persona recurrir a los "coyotes" (personas que corrompen a funcionarios para obtener documentos) sino su capacidad de adaptarse al entorno.

Dicho en otras palabras –volvió a ejemplificar– si un mexicano va a Finlandia se adaptará a un sistema eficiente, y si un finlandés llega a México se adaptará a un sistema corrupto.

"Es por eso que si los mexicanos cruzan la frontera (norte) respetan el límite de 55 millas por hora (al manejar), y se ponen el cinturón de seguridad", porque los sistemas en ese lugar son eficientes, dijo. La corrupción, agregó, "no es un atributo de la mexicanidad".

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