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Daniela Ayón, la mexicana de espíritu libre que murió en el vuelo 9525

La instructora de yoga y meditación, una mujer espiritual y aventurera de 36 años, falleció al estrellarse el avión de Germanwings
mié 25 marzo 2015 02:17 PM

Daniela Ayón Razo, una de las dos mexicanas que fallecieron tras la caída del vuelo de Germanwings, tenía una ley bajo la que regía su vida: "estamos aquí de paso, venimos solo de vacaciones, y hay que vivir la vida al máximo, hay que siempre dejar huella".

Así la recuerda su hermana, Fernanda Rico, quien más allá de lamentar la pérdida de la “pequeña” de la familia, prefiere hablar del gran ser de “mucha luz” que era Daniela, cuyo espíritu de libertad la llevaba a emprender viajes, sin importar que fuera sola, por todo el mundo.

“Siempre decíamos que cuando alguien se fuera íbamos a celebrar y sonreír”, dijo Rico este miércoles, en entrevista con Grupo Imagen.

“No encontró otro momento más increíblemente extraordinario y raro, como ella era, de estar hasta en las noticias nacionales, su nombre”.

La Cancillería mexicana confirmó este miércoles que Daniela Ayón Razo y la también mexicana Dora Isela Salas Vázquez están entre las víctimas de la caída del vuelo 9525 de Germanwings, que cubría la ruta de Barcelona, España, a Düsseldorf, Alemania.

Daniela estaba en Barcelona como parte de su viaje a Europa por su cumpleaños número 36, el cual celebró el pasado 17 de marzo.

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En la ciudad catalana visitó a varios amigos que tenía desde que estudió en la Universidad Pompeu Fabra.

Antes de visitar Barcelona, Daniela había viajado a la ciudad holandesa de Ámsterdam, pues recientemente había conocido a un holandés en el balneario mexicano de Playa del Carmen, que podría ser esa persona especial en su vida, “lo único que le faltaba en su vida”, dice Fernanda.

Sin embargo, al conocerlo un poco más en su país, le pareció que era alguien “demasiado serio” para ella.

Este martes, para la familia, todo comenzó a sonar mal cuando llamada tras llamada iban confirmando que Daniela estaba en el vuelo accidentado.

Sus amigos la habían acompañado hasta que abordó el avión retrasado, y le dijeron a su madre que subió al avión.

“Estuvimos marcándole, nunca contestó. E inmediatamente se siente ese poder ausente, de algo que sabes que eminentemente ya sucedió. Esperando a que hubiera sobrevivientes, no pasó nada. Y nada más queda agradecerle a mi niña hermosa, que siempre estuvimos muy unidas”, dijo su hermana Fernanda a Grupo Imagen.

Daniela impartía cursos de meditación y yoga en niveles intermedio y avanzado. Viajó a India para certificarse, y recién estaba por impartir talleres en una decena de ciudades de México, el primero en Tijuana a finales de marzo.

“El objetivo es aprender a estar en paz contigo y con los que te rodean, enfocándote y creando tus sueños”, dijo en sus publicaciones de Facebook.

En esa red social, donde ya contaba con cerca de 38,000 seguidores, ha recibido decenas de mensajes. “Fuiste un ser de luz para muchos de nosotros”, dijo Roberto Chávez. “Gracias por ser inspiración, gracias por manifestarte”, comentó Nitram Peña. “Es muy triste despertar y saber que seres como tú ya no seguirán entre nosotros”, escribió Laila Zazil.

Sin embargo, Fernanda dijo a Grupo Imagen que es su partida no es motivo de tristeza, sino un “proceso” que ella y su familia están siguiendo.

“Así como ella era, libre, así terminó”.

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