Albis se ‘cuelga’ de viviendas en México

Hace unos meses, la artista plástica china Qin Yunfen colocó su instalación Ciudad al viento, de cinco metros de altura, hecha con 1,500 tendederos portátiles de la marca Gimi, en el Jardín Zoológico de Berlín, frente al museo Haus der Suturen der Welt.

En México, con afanes menos artísticos pero igualmente creativos, Alfonso Ochoa, director de la importadora Albis, quiere inundar miles de viviendas de interés social con sus tendederos portátiles Gimi.

Se trata de artefactos italianos que dan hasta 18 metros de tendido y resultan fáciles de guardar, incluso, detrás de una puerta. Albis los ha importado desde hace una década, con crecimientos de 30% promedio anualmente, pero ahora su volumen puede ser mucho mayor.

El auge de la vivienda social es casi tan grande como reducidos los espacios que destinan a cada casa habitación. Pero para Albis, la limitación de espacio en los nuevos conjuntos habitacionales –sin cocheras ni azoteas– se ha convertido en una mina de oro. “No hay momento mejor”, dice Ochoa.

En edificios de vivienda social, Albis pretende que la gente deje de colgar su ropa en las ventanas y use sus productos. “Hasta ahora hemos llevado los tendederos de Gimi a las tiendas departamentales, como Liverpool, para el segmento medio, pero ahora entraremos a autoservicios, como Comercial Mexicana y Wal-Mart”, explica.

“Además este año el arancel para estos productos se elimina bajo el acuerdo del Tratado de Libre Comercio con Europa; cuando empezamos pagábamos 30%”, recuerda el empresario.

A la par de la marca Gimi, que se vende en varios cientos de pesos, Ochoa importará la marca Joly a un precio aproximado de 50 pesos. Aunque Albis es la única firma importadora de este tipo de productos desde Italia, hay un mercado paralelo de contrabando proveniente de China.