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Coppel pasa la estafeta entre hermanos

A los 47 años Agustín Coppel toma las riendas de la tienda de ropa y electrodomésticos; se espera que en los próximos tres años los clientes puedan tramitar una hipoteca desde la tien
lun 31 marzo 2008 06:00 AM
Agustín Coppel (i), Presidente y director de Grupo Coppel; E

Agustín Coppel Luken puede pasarse hasta una hora delante de una pintura sin decir una palabra. Apasionado del arte contemporáneo, observa la obra, la descifra, estudia su contexto y la ubica en su tiempo. Cuando está convencido, la hace suya.

Como buen coleccionista, sabe qué quiere y cuándo obtenerlo. La misma sensibilidad y visión que muestra hacia el arte las despliega en su otra pasión: Grupo Coppel.

Luego de dos décadas en la empresa familiar y un lustro como subdirector, Agustín sintió que había llegado su momento. A principios de 2007, durante una reunión de trabajo, comunicó a Enrique, el hermano mayor: “Estoy listo para ser director”.

La sucesión ya estaba en los planes de Enrique Coppel Luken, aunque él pensaba llevarla a cabo en seis años más, al cumplir los 65, como lo hizo su padre, Enrique Coppel Tamayo, quien le pasó la estafeta de la compañía cuando tenía casi esa edad.

Con 25 años al frente de la cadena de tiendas de ropa y electrodomésticos, Enrique evaluó las posibilidades de Agustín. Las analizó durante algunos días y, finalmente, aceptó. Su hermano menor llevaba años en preparación para ser el siguiente mandamás de la firma. “Él es el futuro de Coppel y yo voy a ser el pasado”,  afirma Enrique.

Así se acordó la sucesión de mando en Grupo Coppel. Entre hermanos, sin aspavientos, con la anuencia del consejo e, incluso, con la bendición del padre de ambos antes de morir, Agustín, de 47 años, tomó las riendas del negocio en enero pasado.

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“Fue un pase de estafeta ordenado. Es raro ver a hermanos comportarse como ellos”, dice Antonio Franck, abogado corporativo, miembro del consejo de Coppel. Doce años más joven y con formación de mercadólogo, Agustín Coppel tiene una personalidad distinta a la de su hermano Enrique, aunque ambos evitan los reflectores.

Es analítico, le gusta estudiar su entorno y actuar en el momento preciso. Tiene una visión global, que se refleja en sus decisiones en el negocio del retail y en su afición por las artes y la naturaleza. Lo mismo le gusta la música del grupo irlandés U2, ser visitante asiduo a la feria internacional de arte contemporáneo Art Basel, en Suiza, o presidir la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa.

El nuevo director y presidente de Grupo Coppel encabezará una nueva etapa de la firma, marcada por la diversificación y la intensa competencia con Elektra y Famsa. Su mayor desafío es ser uno de los principales operadores de servicios financieros para el mercado popular mexicano.

En los últimos dos años, Grupo Coppel se ha diversificado y ya opera en áreas distintas a la venta de ropa y de enseres domésticos. Abrió una afore, pidió licencia para operar un banco y, recientemente, adquirió Crédito y Casa, la tercera firma hipotecaria del país.

Si todo marcha bien, en un año podría ser la primera cadena comercial en vender viviendas e iniciaría su expansión a Argentina y Brasil.

El proyecto es ambicioso, y los primeros cambios no se hicieron esperar: Agustín Coppel renovó las seis principales posiciones gerenciales y mantuvo a su hermano Enrique como su mano derecha.

Tienda de zapatos e hipotecas

Agustín es el menor de los varones de los Coppel Luken, una de las familias con mayor tradición en Culiacán. Son siete hermanos (cinco hombres y dos mujeres). Se les considera gente sencilla,  trabajadora y apegada a valores familiares y a la religión católica. Apoyan actualmente la construcción de tres iglesias en Culiacán.

Como parte del entrenamiento que instituyó su hermano, Agustín Coppel comenzó en el negocio desde abajo y escaló posiciones durante más de 20 años. Estuvo en todos los puestos, tiendas y bodegas. “Incluso iba casa por casa a entregar estados de cuenta a nuestros clientes”, refiere el propio Agustín, cuya visión va más allá del concepto tradicional del retail.

Le gusta informarse sobre otras tendencias y analizar qué tipo de innovaciones podría aplicarse en el mercado mexicano. “Trae ideas de sus viajes, cuestiona y pregunta lo que hacen los otros retailers en el mundo y busca nuevas ideas”, comenta Alfonso Rodríguez, director general de Grupo Friedman, consultora en manejo de técnicas de ventas en el sector comercial, que ha brindado servicios a Grupo Coppel.

Adquirir la sofol Crédito y Casa, por ejemplo, fue iniciativa suya. Se había visto a bancos comprar hipotecarias y a cadenas comerciales abrir bancos, pero Coppel se adelantó a todos al ser el primero en tener los tres servicios. Agustín era accionista de la desarrolladora Homex junto con los hermanos De Nicolás, quienes dejaron el negocio.

Tiene tanta influencia sobre sus cuatro hermanos, socios en Coppel, que los convenció para que hicieran una aportación de 1,000 millones de pesos para financiar la compra y capitalizar sus otros negocios financieros.

Así, en noviembre pasado, Coppel se hizo de la tercera hipotecaria del mercado con una cartera de 25,000 millones de pesos y 85,000 acreditados. “Es buena inversión, hace sinergia operativa y de mercado con el grupo”, comenta el nuevo director.

De entrada, ambos negocios están dirigidos al sector popular, pues la sofol es puntera en créditos con subsidios para viviendas cuyo valor ronda los 227,000 pesos. Los clientes de Coppel podrán contratar créditos hipotecarios para comprar, ampliar y remodelar sus casas, y su historial crediticio les facilitará la aprobación del financiamiento.

La clave es aprovechar la estructura de 675 tiendas de Coppel, la unidad de administración de riesgos y sus 6,000 cobradores. “En unos dos o tres años, se planea que los clientes de Coppel puedan tramitar una hipoteca desde la tienda”, comenta Agustín.

En la sofol, Coppel tiene una base de clientes de largo plazo (las hipotecas son por más de 10 años). “Vamos a aprovechar esa condición de tener un cliente cautivo de la hipoteca para ofrecerle varios servicios más”, explica Héctor Zazueta, director general de Crédito y Casa.

Mirando a Sudamérica

En teoría, cambio de mando no implica cambios de fondo. Agustín Coppel asegura que su estrategia será la misma de su hermano. Su misión, dice, es consolidar los proyectos que él comenzó. De hecho, Enrique Coppel se quedó a cargo de las operaciones estratégicas. Su hermano menor lo nombró presidente y director de Coppel Capital, la subsidiaria que abarca la afore, Bancoppel y Crédito y Casa, que se integrarán en un grupo financiero.  La unión de estos tres negocios implicó la restructuración del grupo y el desliste temporal de sus acciones en la Bolsa, a finales del año pasado.

Enrique también dirigirá Coppel América, la subsidiaria encargada de los proyectos de expansión.

Pero eso no exime al nuevo director de imponer su estilo de gestión personal. “Se formó profesionalmente y laboralmente primero bajo el mando de su papá y, después, de su hermano. Pero Agustín es muy diferente”, advierte Alejandro Sánchez, director general de Publycom, desarrolladora de marcas y asesora de imagen, que ha trabajado con Coppel.

De entrada, Agustín Coppel renovó las principales posiciones en las áreas de finanzas, cobranza, compras, sistemas y la división de tiendas.

Ambos hermanos coinciden en que el futuro del grupo está fuera de México. Pero sus enfoques son distintos.

Para el actual director, “el reto comercial más complejo de la historia del grupo” es que Coppel sea la tienda favorita en Brasil y Argentina. La meta para 2009 es inaugurar seis almacenes en Curitiba, Brasil, y Buenos Aires, Argentina. En junio del año pasado tuvieron un acercamiento con la cadena Hiper Rodó, según reveló Enrique Coppel al blog Barbarismos, de cnnexpansión.com, aunque al final nada se concretó.

El enfoque del propio Enrique es más conservador. “No sabemos si le va a gustar a la gente”, comenta. En su nuevo rol como segundo de a bordo, Enrique sabe que su relación no estará exenta de conflictos. Acostumbrarse a tener como jefe al menor de sus hermanos no será fácil. “Tendremos diferencias pero tendremos que aprovechar las cosas en común”, admite.  Tiene claro su papel. Sabe que ahora él se tiene que acomodar al estilo de trabajo del nuevo director general.

Un equipo más capacitado

La nueva etapa de Grupo Coppel requerirá establecer sinergias entre las tiendas y los negocios financieros del grupo.

Los almacenes realizan 85% de sus ventas a crédito, mediante su tarjeta privada, a un público con ingresos desde 2,500 pesos mensuales. Su área de cobranza cuenta con 6,000 personas que entregan en los domicilios de los clientes su estado de cuenta.

Bancoppel se apoyará en el historial de unos seis millones de clientes con un crédito activo en la tienda. Además ocupará a los cobradores de la cadena de tiendas, refiere Julio Carranza, director general de Bancoppel.

La capacitación del personal y de los directivos será clave. Agustín Coppel está consciente de ello. Como subdirector intensificó la inversión en las áreas de capacitación gerencial en los últimos dos años.

Tiene visión de equipo y sabe delegar. “Es un hombre que le da la oportunidad a su cuerpo directivo de tomar decisiones profundas. He estado presente en algunas juntas donde hace participar a los directores de todas las áreas en la toma de decisiones”, comenta Rodríguez, de Grupo Friedman.

Agustín Coppel posee un espíritu humanista que se refleja en sus actividades de mecenazgo y apoyo a la vida cultural de Sinaloa, aunque siempre de manera discreta.

“No es alguien que busca los medios. Su involucramiento es con los artistas, a quienes ha comprado su obra y ha apoyado. Muchas veces nos manda a muchos de los artistas emergentes de Sinaloa para participar en nuestros talleres”, comenta Abaseh Mirvali, directora ejecutiva de la Colección Jumex y también curadora de su colección privada de arte contemporáneo.

Su acervo, denominado Colección Isabel y Agustín Coppel, abarca esculturas, fotografías, dibujos, videos e instalaciones de artistas como Francis Alÿs, Abraham Cruzvillegas, Teresa Margolles y Gabriel Orozco, entre otros.

El próximo 12 de abril, el Museo Universitario de Ciencias y Arte de la UNAM exhibirá 119 de sus piezas en la exposición Las implicaciones de la imagen.

Agustín Coppel tiene también un sentido de compromiso hacia la naturaleza. Encabeza la Sociedad Botánica y Zoológica de Sinaloa, una organización no lucrativa que busca conservar la flora y la fauna del estado, y formó parte del proyecto Eco Región.

Rosario de complejidades

Agustín Coppel está consciente del gran reto que tiene por delante. Su responsabilidad al llegar a la presidencia y dirección del grupo es mayor, y coincide con un entorno económico adverso, tanto nacional como internacional.  La economía del país se desacelera, lo que afectará el desempeño de las tiendas y de los negocios financieros.

A unos días de haber asumido el cargo, en la convención de empleados de Grupo Coppel pidió a unos 400 gerentes y directivos del grupo en Culiacán: “Piensen como dueños para hacer más productiva a toda la empresa”.

Allí, anunció algunas prioridades: vender más, bajar el índice de cartera vencida y cuentas incobrables de los almacenes y controlar mejor los gastos. Para la división comercial, mantener un crecimiento de 20% anual en sus ventas se antoja cada vez más difícil, y el pasado 11 de marzo Fitch Ratings bajó ligeramente la calificación de Coppel debido al debilitamiento de algunos de sus indicadores financieros (margen operativo y EBITDA).

La hipotecaria también enfrenta riesgos, como el deterioro de su cartera de crédito y el encarecimiento de su costo de fondeo. “Necesitamos cuidar la parte de la cobranza”, dice Héctor Zazueta, director general de Crédito y Casa.

La sofol ya desarrolla programas para atender a los clientes que empiezan a mostrar morosidad. Por su lado, la afore tiene un doble reto: además del entorno adverso, que se traduce en un menor número de afiliados, deberá adaptarse a las nuevas reglas del sector vigentes a partir de marzo, que establecen el cobro de una comisión única (sobre saldo) y que afectará a las afore pequeñas, como la de Coppel.

“Los cambios han provocado que las administradoras grandes tengan una ventaja pues ya tienen un saldo muy fuerte”, dice Domingo Soto, director de Afore Coppel. Su base de afiliados es menor a 400,000, por lo que le urge crecer.

Bancoppel, que planea abrir una sucursal en cada una de las 675 unidades del grupo, incluyendo tiendas y zapaterías, tampoco la tiene fácil. El costo de atender a clientes bancarios con saldos pequeños –desde 1,500 pesos en cuentas de ahorro y desde 3,000 pesos en tarjetas de crédito– es muy alto.

Las complejidades forman un rosario. Pero el ánimo de Agustín Coppel no mengua. Confía en sus habilidades y sabe que la clave es atender las necesidades de sus clientes.

“Debemos entender qué piensa y siente el mercado popular.  Ser capaces de evolucionar en los múltiples servicios que requiera el mercado (…) sé que lo podemos hacer”.


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