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Arca se internacionaliza (por fin)

La segunda embotelladora de Coca-Cola más grande de México cruza las fronteras y llega a Argent la embotelladora regiomontana compró dos franquicias en Sudamérica y espera buenos resultados.
dom 14 septiembre 2008 06:00 AM
La entrada de Argentina le abre Arca un gran panorama. (Espe

Arca sacó el pasaporte. La segunda embotelladora de Coca-Cola más grande de México y la quinta a nivel mundial decidió, por fin, cruzar la frontera. Emprendió un largo camino hasta Argentina, donde en marzo y mayo pasados compró dos franquicias que cubren el noreste y el noroeste de ese país.

El objetivo es sumar nuevos territorios, una de las claves para compensar el menor dinamismo en el negocio de refrescos en México, donde la madurez del mercado sólo permite alcanzar modestas tasas de crecimiento orgánico.

Esa porción argentina agrandará, y mucho, el pastel de la embotelladora regiomontana. Con 80 millones de cajas en la región noroeste y 33 millones en la noreste, las franquicias adquiridas harán crecer 24% las ventas de Arca. Además, las franquicias argentinas tienen un gran potencial.

El consumo de Coca-Cola en Argentina es de sólo unas 600 botellas de ocho onzas al año per cápita contra las 900 de la región conformada por los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Baja California, donde opera Arca. “Al ser contiguas las regiones (de las franquicias) adquiridas en Argentina podrán alcanzar más fácilmente economías de escala, dice Francisco Garza Egloff, director general de Arca, y ex director general de Sigma Alimentos del Grupo Alfa.

Para mejorar la operación, añade, además de aplicar la tecnología desarrollada en México, ya se acordó con Coca-Cola en Argentina lanzar una estrategia más agresiva y nuevos productos, como jugos, bebidas isotónicas, tés y otros.

Además del salto esperado en volumen, Arca apunta a dar vuelta operaciones que eran manejadas por empresas familiares y sufrían por la falta de inversiones.

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El grupo regiomontano nació de la fusión de tres embotelladoras de compañías familiares en 2001, y si bien dentro del consejo de administración aún hay puestos clave entre las familias Barragán, Arizpe y Fernández, la parte operativa recae sobre un miembro independiente.

Hoy uno de los principales objetivos es impulsar un cambio en el mix de ventas. A diferencia del mercado mexicano, donde los consumos de refrescos de tamaño individual y familiar se reparten casi en partes iguales, en Argentina, el consumo individual –el de mayor rentabilidad– sólo comprende 5%. “El objetivo es que esa porción crezca al doble o triple en un plazo de cinco años”, dice Garza Egloff.

Para lograrlo, Arca analiza inversiones en equipos de frío para estimular el consumo individual en los kioscos. Asimismo, ven oportunidades en el segmento de agua embotellada, un terreno que en Argentina está en su etapa de desarrollo inicial y, por eso, presenta incrementos de ventas muy por encima del de refrescos.

Quien decide invertir en Argentina también debe acostumbrarse a jugar con fuego. Luego del derrumbe económico de 2001, la economía argentina se recuperó hasta completar cinco años con un crecimiento promedio de 8.4%. Eso impulsó un crecimiento del mercado de bebidas carbonatadas de entre 8 y 10% anual en el periodo 2003-2007.

Inventario de riesgo
Justo cuando Arca cerraba sus dos compras, estalló un duro conflicto entre el gobierno argentino y el sector agropecuario por la captura de la renta generada ante el alza del valor de los commodities agrícolas. Eso, sumado al aumento de la inflación, que rondará este año 25% anual, comienza a enfriar el consumo.

No sólo eso. Los costos laborales y de los insumos en dólares continúan en ascenso, a buen ritmo, al tiempo que el gobierno aplica un control de precios para enfrentar el alza inflacionaria. “Haber ingresado a Argentina es un factor de riesgo. El norte es una región agrícola, y allí hay problemas por el conflicto entablado con el gobierno. Es un riesgo, pero el sector bebidas es más defensivo que otros”, explica Enrique Gómez Tagle, analista de Standard & Poor’s (S&P).

Pero el contexto macro no será la única valla difícil de saltar para Arca. “En Argentina, el segmento de refrescos no está compuesto solamente por los azules y los rojos, como sucede en otros mercados. Aquí hay también productos regionales amarillos y verdes, y de otros colores. Y en agua, que es un mercado chico, también hay abundancia de marcas”, afirma Garza Egloff.

Aun en ese contexto, Argentina era una de las pocas opciones para Arca. “Hay pocos territorios atractivos de Coca-Cola a la venta y, cuando los hay, los precios son muy altos”, afirma Roberto Guerra, analista de Fitch Ratings. FEMSA, con operaciones en Centroamérica, Venezuela, Colombia, Argentina y Brasil, y la chilena Embotelladora Andina, presente en ese mercado, Brasil y Argentina, ya dominan buena parte de las zonas con mayor potencial.

En ese contexto, el precio de venta de las embotelladoras en Argentina es otro factor que terminó por animar a Arca. Aunque en la empresa no confirmaron los montos invertidos, fuentes del mercado estiman que ambas operaciones demandaron unos 300 millones de dólares. “Si bien no hay dos casos iguales, las franquicias o licencias industriales en Argentina de productos de consumo masivo siguen estando más baratas que, por ejemplo, en Brasil y Chile. ¿La razón? La subvaluación del peso argentino, a diferencia del fortalecimiento del real y el peso chileno”, dice Adolfo Imas, director general de MundoFranquicia Consulting, en Buenos Aires.

Lo concreto es que, de sortear las dificultades argentinas, Arca habrá puesto la base para avanzar. “Queremos consolidar esta operación, pero estamos abiertos a otras alternativas, en Argentina y América Latina”, apunta Garza Egloff.

Los planes de expansión tienen una base sólida con qué crecer. “Las embotelladoras de Coca-Cola en México tuvieron buenos años y eso les da caja para seguir creciendo”, comenta Laura Herrera, analista de Vector Casa de Bolsa.

La botella llena
Con caja y buen flujo de fondos, la apuesta por otros mercados es una consecuencia casi natural. “En materia de territorios ya no hay para dónde crecer en México y las variaciones de las bebidas gaseosas van de la mano con el crecimiento económico”, dice Gómez Tagle, de S&P.

Durante 2007, Arca registró ventas netas por 18,586 millones de pesos, es decir, 7.4% más que en el año anterior. Pero la adquisición de la firma de botanas Bokados representó 49% de ese incremento.

Un año antes, había intentado incursionar en la industria de alimentos procesados comprando la mayoría accionaria de Grupo Herdez, una acción que finalmente canceló el mismo año. Es un reflejo de que en México el potencial de crecimiento en refrescos es limitado, si se considera que la embotelladora capta 74% de participación de mercado en las zonas donde opera. Y justo en esta región el consumo per cápita ya alcanza uno de los niveles más altos del mundo.

Por eso, Garza Egloff explora nuevas vías de crecimiento. Además de la expansión internacional, otra idea es impulsar segmentos como aguas y otras bebidas no carbonatadas, que, si bien pequeños aún, crecen a buen ritmo.

Con la Coca-Cola Zero a la cabeza, el segmento de dietéticos de Arca creció 24.4% el año pasado. Y el agua purificada en formato personal aumentó 14.6%. Este año, estas categorías prometen mejorar. De hecho, según un reporte de Ixe, para 2008, el crecimiento de Arca en el segmento de colas se estima en 1.7%, mientras en el de dietéticos podría crecer 10.6% y en el de agua purificada, 13.6%.

Otra de las fichas de Arca está puesta en negocios complementarios, como la instalación de máquinas ‘experimentadoras’. Con 20,000 ya en operación, Arca es el mayor dueño de estas máquinas expendedoras en México y el objetivo es seguir creciendo hasta alcanzar las 30,000 en dos años.

“Con el crecimiento de esas máquinas impulsamos las presentaciones individuales, lo que da un nivel de rentabilidad muy interesante”, dice Garza Egloff.

A eso se suma la compra, en enero de 2007, de la marca Bokados, cuyas ventas crecieron 18% el año pasado gracias a la red propia de máquinas vending de botanas, a nuevos productos y el inicio de las exportaciones al mercado hispano de EU. También crecieron las exportaciones de refrescos endulzados con caña de azúcar en botella de vidrio, que sumaron el año pasado tres millones de cajas, 50% más que en 2006.

El pasaporte de Arca ya fue sellado. El desembarco en Argentina promete apuntalar aún más la marcha de Arca. De los resultados dependerá que la expansión internacional sea a ruta despejada o repleta de obstáculos.

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