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Automotrices sufren crisis de confianza

Las relaciones entre los fabricantes de autos y sus proveedores se ven dañadas por la economía; las automotrices usan su influencia para obtener de sus proveedores ventajas en plazos y precios.
vie 13 febrero 2009 06:00 AM
Productividad y bajo costo de mano de obra, ponen al país en ventaja frente a la crisis que vive el sector. (Foto: AP)
automotriz (Foto: AP)

Los fabricantes de autos de Detroit deben probar para la próxima semana que pueden ser viables desde el punto de vista financiero, pero tienen otro gran problema que no será abordado -la dañada relación con sus muchos proveedores.

Para estar seguros, el Tema A es todavía febrero 17, la fecha en que GM y Chrysler deben presentar sus planes de futura salud financiera. Las vallas que deben franquear son altas y numerosas: Tendrán que lograr que sus acreedores se dobleguen; reducir costos laborales; cumplir con los requerimientos federales de ahorro de combustible y emisiones; estar de acuerdo en fabricar vehículos de tecnología avanzada en los Estados Unidos; y, oh claro, explicar cómo van a pagar todos los actuales y futuros préstamos federales.

Los fabricantes de autos ya le deben al gobierno 17,400 millones de dólares y es casi seguro que vuelvan por más. En una visita a Capitol Hill el martes, el Presidente y CEO de GM, Rick Wagoner, admitió, "El horizonte temporal (para el plan) es corto y hay muchas piezas que deben reunirse". Pero añadió, "Progresamos donde necesitamos progresar".

Mientras tanto, la crisis de los proveedores se avecina de modo amenazador.

Debido a que hay cientos de proveedores y sólo tres fabricantes de autos, éstos últimos siempre han llevado la delantera. Las marcas automotrices han usado su influencia para sacarles a los proveedores todas las ventajas posibles cuando se trata de plazos, condiciones y precios.

Con la caída de las ventas de vehículos, muchos proveedores se han tambaleado al borde de la insolvencia. Los fabricantes han respondido actuando de un modo despiadado - y algo peor.

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GM ha extendido los plazos de pago a sus distribuidores. Oficialmente, ahora espera dos meses antes de pagarles a sus proveedores indirectos -solía esperar 35 días- y algunos consultores de la marca dicen que los proveedores deben esperar 90 días.

Al mismo tiempo, GM juega duro contra sus distribuidores que experimentan dificultades financieras.

Según una larga práctica de la industria, los fabricantes de autos son dueños de las herramientas en las plantas de sus proveedores, que de hecho se utilizan para fabricar partes para sus autos.

En enero, GM le arrebató sus herramientas a una atribulada firma de estampado de metales que fabricó partes para el popular Chevrolet Malibu, y se las llevó a otros dos proveedores más robustos financieramente. Fue una acción excepcional y otros dos fabricantes de autos no la favorecieron. Automotive News reportó que Honda y Ford habían mantenido la fe en el proveedor y lo habían "apoyado".

Nadie juega más duro con los proveedores que Chrysler. El año pasado se enfrentó con Plastech, un fabricante de partes plásticas cuyas finanzas se tambalean. Cuando Chrysler amenazó con llevarse sus herramientas de las plantas de la compañía, Plastech presentó una petición de bancarrota como represalia, lo que le permitió protegerse con una orden judicial. Chrysler demandó para recuperar sus herramientas, pero la corte de bancarrota falló en su contra, argumentando que no había causas suficientes para concederle el resarcimiento.

Ahora Chrysler está involucrado en otra desagradable riña legal que se abrió camino hasta la prensa automotriz esta semana.

Faurecia Interior Systems de Pontiac, Michigan, que fabricó partes para modelos Chrysler como el PT Cruiser y Dodge Avenger, demandó para recuperar 45 millones en costos de ingeniería, investigación y desarrollo que alega que Chrysler se negó a pagar.

De acuerdo con la demanda, Chrysler acordó pagar los costos a través de un recargo añadido a cada parte individual que Faurecia produjera. Pero cuando las ventas de vehículos cayeron, y la producción se redujo hasta en un 73% por debajo de los volúmenes pronosticados, Chrysler se negó a ajustar sus precios.

La disputa tendrá lugar en la corte estatal de Michigan. Sin importar quién gane y quién pierda, el nivel de confianza que ha sido destruido no se reconstruirá.

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