JPMorgan sale en defensa de derivados
Los derivados no provocaron la crisis financiera y esos instrumentos financieros siguen siendo un gran negocio para JPMorgan Chase & Co, dijo el presidente ejecutivo del banco, Jamie Dimon, en su carta anual a los accionistas.
Dimon defendió a los derivados -un término amplio que describe desde opciones sobre acciones a swaps por créditos incobrables- después de la crisis financiera desatada en el 2008, en la que los desregulados contratos financieros contribuyeron a las pérdidas de bancos y de otras empresas financieras.
El banco estadounidense tiene una exposición de 133,000 millones de dólares como contraparte de derivados, escribió Dimon en una carta publicada el martes en el sitio de Internet del banco. "La empresa administra esa exposición nombre por nombre, como un halcón", dijo.
"Hay brechas regulatorias que necesitan una atención seria", siguió escribiendo Dimon, y destacó que un regulador del riesgo sistémico sería capaz de evitar "una futura AIG".
El gobierno estadounidense comprometió cerca de 180,000 millones de dólares de fondos de rescate para evitar el colapso de American International Group Inc, que ha sufrido por las crecientes pérdidas por contratos de derivados.
Dimon pidió un regulador del riesgo sistémico, que debería tener una autoridad más amplia que la red actual de reguladores de Estados Unidos.
La premisa está en línea con el proyecto de regulación lanzado la semana pasada por el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, quien señaló que un regulador requeriría a las empresas cuyo colapso presente un riesgo para el sistema financiero que tengan más capital que otras firmas financieras, y que enfrenten normas más estrictas.
Dimon dijo también que algunas medidas provisionales, que se tomaron para mejorar la liquidez y ayudar a los bancos durante la crisis, podrían seguir en vigencia permanentemente para evitar crisis futuras.
El miércoles JPMorgan se benefició de una de esas medidas temporales de respaldo a los bancos al lanzar una emisión de deuda en dos tramos por 5,850 millones de dólares, respaldada por la Corporación Federal del Seguro de Depósito de Estados Unidos, según IFR, un servicio de Thomson Reuters.
