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Los bancos chicos, o comen o son comidos

Para sobrevivir, muchas instituciones financieras tienen que fusionarse con sus rivales; el TARP podría ayudarlos a enfrentar las pérdidas, pero aún quedan dudas si será suficiente.
vie 22 mayo 2009 06:00 AM
La compra de Wachovia y el WaMU fueron las primeras adquisiciones luego del colapso de Lehman. (Foto: Archivo)
Wachovia (Foto: Archivo)

No se fijen, pero la industria bancaria de Estados Unidos (EU) está a punto de hacerse más pequeña.

Incluso tras los súper acuerdos del año pasado, incluyendo la adquisición de Wachovia y del Washington Mutual, los expertos predicen un largo período de fusiones que deberían ayudar a consolidar aún más la industria.

Según la Corporación Federal de Seguros de Depósito (FDIC, por sus siglas en inglés) había cerca de 8,300 organzaciones bancarias en EU, mientras que este número es 10% menor al número de bancos que había hace 5 años, varios expertos consideran que serán necesarias más fusiones, sobre todo, en bancos pequeños.  

"Existen fuerzas en el mercado que trabajan a favor de otro capítulo de fusiones y adquisiciones", dijo Khanh Vuong, vicepresidente del grupo bancario en la agencia calificadora A.M. Best.

Actualmente, todo tipo de prestamistas están abrumados por las pérdidas en los préstamos. A principios de este mes, los reguladores federales exigieron a 10 de las 19 instituciones financieras más grandes del país la recaudación combinada de 75,000 millones de dólares en capital nuevo para atender las posibles pérdidas en caso de que la economía se deteriore aún más.

La mayoría de estas instituciones de préstamos han sido capaces de explotar rápidamente el renovado apetito de los inversionistas hacia los bancos mediante la venta de acciones en las últimas semanas. Aún así, a varios bancos regionales y comunitarios se les dificulta emprender los mismos esfuerzos de recaudación de capital. 

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Esto, combinado con el hecho de que muchos bancos están negociando a niveles bajos históricos, es un indicio de que sólo es cuestión de tiempo para que algunos de los bancos más pequeños decidan fusionarse para mantenerse en el juego.

El resurgimiento de la consolidación

Después de que Lehman Brothers sufriera su ruptura el otoño pasado, ocurrió una sucesión casi sin precedentes de los mega acuerdos en las semanas siguientes; primero estuvo la adquisición controversial del gigante de la correduría Merrill Lynch, por parte del Bank of America. Esto se anunció tras la solicitud de declaración de bancarrota de Lehman.

Menos de dos semanas después, JPMorgan Chase recogió los activos bancarios del asediado gigante de los préstamos y ahorros Washington Mutual. La adquisición de Wachovia por Wells Fargo sucedió poco después, al igual que la del gigante bancario National City con sede en Ohio por parte de PNC.

Sin importar la actividad fusionista del mercado bancario a finales del año pasado, el ritmo y el valor de los acuerdos eran débiles comparados con lo que ocurrió a finales de 1990 o en 2004, la última vez que los bancos importantes tuvieron su fiebre de compras.

El año pasado hubo 203 adquisiciones bancarias, según una investigación de la empresa Dealogic. Estos acuerdos se valuaron en aproximadamente 77,000 millones de dólares, pero en 1998 ocurrieron más de 430 fusiones bancarias con un valor de 236,000 millones de dólares, y en 2004 hubo 270 acuerdos con un valor de 165,000 millones de dólares. 

Muchas de estas fusiones ocurrieron cuando los bancos estaban sanos y buscaban expandirse, lo que no está ocurriendo ahora. William W. Lang, vicepresidente del departamento de supervisión, regulación y crédito del Federal Reserve Bank of Philadelphia, dijo que la inminente disminución del rebaño bancario actual ocurrirá tras una verdadera necesidad de supervivencia.

De acuerdo con esto, es más probable que los bancos pequeños y medianos se unan en lugar de que los bancos grandes se vuelvan aún más grandes.

Kent Carstater, director administrativo del grupo financiero de instituciones en Stifel Nicolaus, dijo que los bancos que se han expandido para satisfacer la demanda de préstamos podrían intentar fusionarse con los prestamistas que cuentan con mucho capital, aunque no hay mucho espacio en dónde crecer.

"Hay un medio natural para que estos bancos se unan", dijo. "Si logran descifrar los asuntos de la cultura corporativa    , ambos podrían ganar".

La importancia del "qué tal si..."

Lo que aún no queda claro es cuándo comenzará la nueva ola de los tratados bancarios. En lo que va del año, no ha habido ningún gran éxito en las fusiones bancarias, lo que indica que el interés por crear acuerdos de los mayores prestamistas está estancado.  

Además, los expertos señalan un número de incertidumbres que continúan creando remolinos alrededor de la industria, jalando consigo la dirección de la economía y así obstaculizando la creación de nuevas fusiones.

Con el desempleo al alza, las pérdidas en las tarjetas de crédito y en las carteras de los bienes raíces en su punto más alto, los banqueros podrían tomarse una pausa por uno o dos trimestres antes de engullirse a su rival pues corren el riesgo de estar absorbiendo otra institución en problemas.

Por otra parte, algunos prestamistas debilitados -adquisiciones en potencia- pueden creer que son suficientemente fuertes para mejorar la economía por haber reforzado sus reservas tras las pérdidas  en préstamos de los últimos trimestres, comenta Carstater de Stifel. .

Existen varios programas de asistencia gubernamental disponibles para los bancos más pequeños, incluyendo el Programa Gubernamental de Alivio de Activos en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro, el cual podría ayudar a algunas compañías a mantenerse independientes.

"Muchos bancos creen estar en condiciones de superar el problema", dijo Carstater.

Un factor importante será si el gobierno permite que los bancos grandes participen en el proceso de consolidación.

El ambiente de desesperación que se evidenció el otoño pasado, seguido del colapso de Lehman Brothers, jugó un papel muy importante en las fusiones subsecuentes en el sector. Sin embargo, el sentimiento de fatalidad inminente se ha desvanecido un poco gracias a las alzas recientes en las acciones de los bancos.

Al mismo tiempo, algunos reguladores, incluyendo a la presidenta del FDIC, Sheila Bair, han expresado públicamente su negativa a permitir que se creen más instituciones financieras debido al riesgo de tener que ser rescatadas por los contribuyentes en el futuro.   

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