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CIT, ¿el fin de los rescates?

El Gobierno estadounidense decidió dejar a CIT Group resolver sus problemas financieros por sí solo; esa medida podría reflejar la fortaleza del sistema financiero y el final de una era de rescates.
mar 21 julio 2009 06:00 AM
CIT Group recibiría un préstamo privado de 3,000 mdd, pero no será rescatado por el Gobierno de EU. (Foto: Reuters)
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¿El sistema financiero es lo suficientemente fuerte como para arreglarse solo? ¿Podrá el gobierno comenzar a caminar con seguridad de nuevo? Esto es lo que significa la crisis de CIT Group, más allá de su papel de prestamista de un millón de pequeñas y medianas empresas.

La decisión del gobierno de dejar que CIT gire en dirección de la bancarrota fue contraria a la serie de rescates que los estadounidenses vieron venir el año pasado. Pero esta apuesta puede rendir frutos si se muestra que partes del sistema financiero pueden operar sin el apoyo de Washington.

Se ha reportado que la junta directiva de CIT ha aprobado un acuerdo de un préstamo de 3,000 millones de dólares a corto plazo por parte de un grupo de sus tenedores de bonos más importantes, incluyendo Centerbridge Partners, PIMCO y Silver Point Capital. Este crédito a corto plazo debería darle a CIT el tiempo necesario para intentar pagar o renegociar el dinero que debe a estos prestamistas. Esto aumenta significativamente las probabilidades de que CIT cumpla con su deuda de 1,000 millones de dólares a sus tenedores de bonos a más tardar en agosto.

CIT ya había recibido 2,300 millones de dólares por parte del TARP (Programa de Alivio para Activos en Problemas, por sus siglas en inglés); ese dinero se habría perdido si se le hubiera obligado a CIT a declararse en bancarrota.

La capacidad de la empresa neoyorquina para idear su propio rescate podría reasegurar a las personas temerosas que el sistema bancario no volverá a necesitar del apoyo del gobierno para poder funcionar.

"Lo que vimos fue a la administración de Obama dibujar una línea en la arena", como dijo el consultor administrativo Peter Cohan. "No sería muy difícil gastar unos miles de millones del TARP, una cantidad miserable comparada con el dinero que se gastó en Bank of America, Citigroup o la aseguradora American International Group, pero necesitábamos saber si el sistema financiero era capaz de resolver sus problemas por sí mismo una vez más".

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Este acuerdo indicaría que los tenedores de bonos son lo suficientemente fuertes para ayudar a un amigo en problemas y hacer algo de dinero al mismo tiempo. Los prestamistas, al prestar dinero a una compañía en problemas, tendrán un rendimiento de su inversión proporcional a su capital en riesgo. El Wall Street Journal informó que los tenedores de bonos cobrarán 10.5% de interés, una tasa lucrativa, pues la tasa de interés de la Reserva Federal es muy cercana a cero.

Ahora, CIT tiene poco tiempo para deshacerse de las deudas que lo puedan forzar a solicitar la bancarrota; esto lo hará persuadiendo a los tenedores de bonos para que cambien la deuda por valores en la compañía o por bonos con madurez a futuro.

Aún así, probablemente la compañía tendrá que solicitar su bancarrota si no puede resolver sus problemas de deuda, lo que dará lugar a otra evaluación de la salud del sistema financiero. Para que CIT se reorganice de forma ordenada, debe obtener préstamos de "deudor en posesión" (DIP por sus siglas en inglés), las cuales le ofrecerán el dinero necesario para operar mientras se reorganiza.

Desde que comenzó la crisis crediticia, las empresas que se están yendo a pique han tenido problemas con los préstamos DIP, pues los bancos han sido demasiado débiles o demasiado cautelosos como para otorgar préstamos de alto riesgo. Cohan cree que un banco más fuerte como JPMorgan Chase podría considerar el otorgamiento de financiamientos DIP, lo cual sería otro indicador de que el sistema tiene mayor capacidad de recuperación y menor necesidad de la ayuda del gobierno.

"En algún momento las compañías creían que podían correr el riesgo de fracasar y trabajaban muy duro para no hacerlo, pero después se estableció la idea de que los negocios políticamente conectados, o demasiado importantes como para caer, recibirían una red de seguridad por parte del gobierno", como dijo Charles Ortel, director administrativos de la empresa de investigación Newport Value Partners. Ahora están retirando esa red de seguridad.

La capacidad de las compañías para reestructurarse exitosamente bajo el Artículo 11 de la protección de la bancarrota, es la forma que tiene la economía para recoger las piezas rotas de los negocios fracasados y darles un mejor uso.

"CIT aún tiene cierto valor que puede ser recuperado en caso de que solicite su bancarrota", como dijo Sylvain Raynes, cofundador de R&R Consulting, empresa que da consejos de seguridad, de deuda financiera y de proyectos de finanzas. "Si eso pasara debería aplicarse de la misma forma que siempre lo ha hecho. Los accionistas no obtienen nada, se les paga a los tenedores de bonos muy probablemente por debajo del valor real de dichos bonos, y después otra empresa compra los activos con algún valor para hacer crecer su negocio".

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