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El CEO más imprudente de Estados Unidos

El nuevo presidente ejecutivo de AIG está provocando el descontento del Congreso por su arrogancia; Robert Benmosche tiene un sueldo millonario y ha insultado a los legisladores y al fiscal de NY.
mié 07 octubre 2009 06:02 AM
AIG considera que el pago de los bonos no requiere de la aprobación del supervisor de compensaciones de ejecutivos, Kenneth Feinberg.  (Foto: AP)
aig (Foto: AP)

Desde que fue nombrado director ejecutivo de AIG en agosto, la desenvoltura de Robert Benmosche ha desconcertado a los miembros de la junta y acumulado la ira del Congreso.

Según varios informes noticiarios, Benmosche ha hecho de todo, desde pedir jets corporativos para su uso personal hasta decir que estaba listo para decirle al Congreso que "se fueran mucho a...".

"Su actitud es de insolencia", dijo el republicano por California, Brad Sherman. "Ha determinado que el gobierno federal seguirá dándole dinero a él, a sus contrapartes y a sus accionistas, pero, ¿por qué habríamos de permitirlo?".

AIG tiene 182,000 millones de dólares disponibles en financiamiento de rescate, de los cuales ya tomó 120,700 millones de dólares.

Benmosche, ex director ejecutivo de MetLife, llegó a AIG en medio de una ola de entusiasmo , y las acciones se han disparado 200% desde que tomó el puesto. Tanto Washington como los inversionistas estaban felices de que la junta hubiera elegido a alguien con tan buen historial.

"Benmosche tuvo éxito durante la transformación de MetLife, de ser una compañía privada a una pública y para cambiar su cultura corporativa, que tiene gran parte del mérito del éxito de MetLife", dijo Stewart Johnson, gestor de portafolios en Philo Smith & Co., un banco de inversión especializado en compañías de inversión. "Es un líder, y hay mucha gente que lo respeta desde un punto de vista empresarial".

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Sin rodeos: El nuevo director ejecutivo tomó el mando de AIG el 7 de agosto. ¿Qué fue lo primero que hizo? Se tomó dos semanas de vacaciones en su casa en Croacia, donde dijo a los reporteros que lo siguieron que quería maximizar el valor para los accionistas y no estaba dispuesto a vender activos tan rápido.

La compañía ya había prometido pagar su préstamo del Programa de Alivio para Activos en Problemas (TARP, por sus siglas en inglés) en tres a cinco años, principalmente mediante la venta de activos. 

"Si (Benmosche) conserva los activos y su valor cae, los contribuyentes saldrán perdiendo, y si suben, él y los accionistas de AIG saldrán ganando", dijo Sherman. "Si sale sol él gana, águila, nosotros perdemos".

Benmosche también negoció un sueldo anual de tres millones de dólares, con bonos y opciones que podrían sumar un total de 10.5 millones de dólares. Según algunos informes, Benmosche amenazó con renunciar si no se aprobaba su paquete salarial. El zar de los pagos ejecutivos de la administración de Obama, Kenneth Feinberg ya dio su aprobación final.

Cómo no hacer amigos: A principios del mes pasado, Benmosche emitió una disculpa pública después de haber dicho en una junta de personal que el Fiscal General del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, "no merece estar en el gobierno".

Cuomo está investigando los controversiales bonos salariales de AIG.

Según Bloomberg News, en la junta Benmosche siguió criticando a Cuomo diciendo que el Congreso estaba lleno de "locos". También dijo que si los abogados lo hubieran interrogado como hicieron con su predecesor, Ed Liddy, habría reaccionado de forma distinta. "Les habría dicho qué hacer con este trabajo, y hasta lo habría dicho en televisión: pueden irse mucho a la...", dijo.

En el recuento de los daños, algunos miembros de la junta no identificados hablaron con reporteros del Wall Street Journal a principios del mes pasado, diciendo que Benmosche había rebasado el límite y que el presidente de AIG, Harvey Golub, debió haberlo contenido.

Después, a finales de septiembre, la junta directiva de AIG rechazó la petición de Benmosche para usar jets corporativos para viajes personales, según el vocero de AIG, Mark Herr. Las reglas del Departamento del Tesoro para las instituciones rescatadas prohíben a las compañías que den a los ejecutivos tales concesiones sin la aprobación previa de gobierno.

Herr dijo que no sabía de ningún rencor entre Benmosche y la junta, ni siquiera con respecto a eso. Las peticiones para hablar con Benmosche y con los miembros de la junta de AIG fueron rechazadas. Las llamadas hechas a las oficinas de los miembros de la junta fueron redirigidas a AIG.

Además, tres fideicomisarios impuestos por el gobierno para representar la participación de los contribuyentes de 79.9% en AIG, también se negaron a dar comentarios. Un vocero de los fideicomisarios dijo que no dan comentarios en las actividades diarias de AIG.

AIG no es MetLife: "Debería estar trabajando más en definir las estrategias que va a implementar para hacer que la compañía sea exitosa, y debería pasar menos tiempo diciéndole a todo mundo que él manda", dijo  Andy Barile, director ejecutivo de la consultoría para aseguradoras Andrew Barile Consulting Corp. "Ya sabemos que tú mandas; ese es el problema que todo mundo tiene con él: es arrogante".

Personal con información privilegiada dentro del mundo de las aseguradoras dicen que Benmosche tiene la reputación de ser descarado, lo que le funcionó positivamente en sus puestos antiguos, pero le afectará eventualmente.

"Aún no se da cuenta de que no puede ser el mismo director ejecutivo que era en Met", dijo Barile. "Ahora está en una situación donde su compañía es mayoritariamente propiedad del Gobierno, y necesita tener buenas relaciones con él".

"AIG tiene la fuente de capital más barata de cualquier compañía pública del país: el Gobierno", agregó Barile. "Debería estar quedando bien con ellos. En vez de eso, si sigue hablando como lo ha estado haciendo, podría perder su apoyo, y el Gobierno podría poner fin a su rescate".

Es muy improbable que eso ocurra, pues el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal hicieron los préstamos a AIG, no al Congreso. Aún así, definitivamente llamó la atención de los legisladores.

"Nos llamó idiotas, nos dijo corruptos", dijo Sherman, el legislador por California. "Tengo que agradecerle sus insultos; hizo que despertáramos, pues no teníamos idea de lo que estaba pasando".

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