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John Arnold, un millonario energético

Este inversionista lidera la firma Centaurus Energy, que maneja más de 5,000 mdd en activos; sin embargo, las nuevas normas financieras en EU podrían obligarlo a buscar nuevas estrategias.
vie 27 noviembre 2009 06:02 AM
John Arnold es el segundo multimillonario más joven en Estados Unidos que logró su riqueza gracias a su talento como economista. (Foto: Archivo AP)
John Arnold (Foto: Archivo AP)

John Arnold trataba de elegir cuidadosamente sus palabras en la conferencia del edificio gubernamental en Washington en agosto pasado. Arnold no cumple con el estereotipo de comerciante de gas natural con aire arrogante de cualquier multimillonario de 35 años. Llenaba su vaso de agua una y otra vez, y después gentilmente defendió las reglas que limitarían a otros pero le permitirían seguir haciendo lo que hace.

Fue una aparición pública poco común para uno de los multimillonarios estadounidenses menos conocidos, pero las acciones eran altas; estaba testificando ante una audiencia de la Comisión de Comercio de Valores y Futuros (CFTC por sus siglas en inglés). Los precios de los valores han estado particularmente volátiles en los años recientes, del cielo hasta la tierra, y el regulador federal está considerando cambios dramáticos en las reglas para controlar a los especuladores, a quienes muchos culpan por los precios cambiantes. 

Arnold les diría que él es un especulador. Tal vez también diría que no es algo malo, pero nadie ha hecho más ganancias en materia de comercio con gas natural en años recientes. Su fondo de cobertura con base en Houston, Centaurus Energy, que maneja más de 5,000 millones de dólares en activos, nunca ha dado rendimientos menores al 50% en sus siete años en el negocio.

La riqueza de Arnold constituye una gran parte del fondo, que lo convierte en el segundo multimillonario más joven en Estados Unidos que logró su riqueza por sí mismo, después de Mark Zuckerberg, de Facebook. Arnold tiene la mente de un economista, la experiencia de un comerciante de gas veterano y las agallas de un buen apostador. Tal vez lo más notable de él es su capacidad de obtener ganancias durante circunstancias catastróficas.

Comenzó su carrera como comerciante de Enron cuando estaba en sus veinte, y escapó del desastre con su reputación intacta, pero también con los bonos más grandes dados a un empleado, los cuales usó para cultivar un nuevo fondo.  Después ganó 1,000 millones de dólares al apostar que los precios del gas natural bajarían mientras que el brillante comerciante Amaranth realizó la misma especulación desastrosa en la dirección opuesta. Recientemente, cuando la burbuja de los valores estalló en 2008 y se llevó consigo a varios gestores de fondos, Arnold anticipó el colapso y una vez más duplicó su dinero.

Ahora enfrenta el mayor reto de su carrera: mantener su capacidad de hacer buenas apuestas. Aún así, la CFTC ha intentado fijar nuevos límites comerciales dirigidos a los jugadores más importantes de la industria. Según los observadores, esto podría ser catastrófico para el supercomerciante.

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Durante la audiencia, Arnold lee cuidadosamente su ensayo: "si lo estructurado entra en vigor, los nuevos límites de la posición tendrán un rango de efectos perjudiciales en el mercado". Arnold no hizo comentarios sobre el artículo, y no está luchando, sino adaptándose. También ha conocido los nuevos rincones del negocio, comprando cavernas de gas natural, una jugada que lo ha convertido en mediador de la economía energética y lo ha introducido a la siguiente frontera de comercio de energía con el gas natural líquido.

"Es como un jugador de póker que puede ver las cartas de todos los demás", dijo un comerciante veterano que lo conoce desde su época en Enron. Pero que Arnold salga de la tormenta de regulaciones al igual que ha pasado las últimas tempestades (no sólo intacto sino también más rico), es menos probable.

El gran jugador

Hay dos tipos de futuros de gas natural: el físico, en el que los inversionistas introducen un contrato para vender o comprar gas natural cierto día, y el virtual, en el que nadie cierra el trato con un apretón de manos. El último consiste en acuerdos laterales llamados "swaps".

Si un productor de gas como Chesapeake Energy teme que los precios bajen de cierto nivel, puede llegar a un acuerdo con un fondo de cobertura como Centaurus, quien le pagará una cantidad acordada si los precios caen, pero si suben, Chesapeake tendrá que pagar.

Centaurus, que comenzó en 2002 con sólo unos pocos acuerdos ahora tiene 70 empleados y se concentra en la forma de comercio virtual. Aún así, Arnold, un trabajador con varios contactos, espera ganar mediante la comprensión de los fundamentales del mercado del gas mejor que cualquier otro. Arnold dijo a la CFTC que está intentando comprar cuando el comercio esté por debajo de lo que muestren sus análisis como justo, y vende cuando sus análisis muestren que la curva de recuperación es mayor que sus análisis de valor.

En Enron, Arnold construy su nombre comprando contratos de gas en una región y vendiéndolos en otra cuando los precios divergían porque el gas no podía viajar tan fácil entre estados. En 2002, el Congreso aprobó la Ley de Modernización de Valores y Futuros, la  cual permitía que se intercambiaran los valores en grandes cantidades, ocasionando un "boom" en el comercio electrónico de gas. La experiencia temprana de Arnold en sus actividades comerciales, la cual le pintó el panorama de las necesidades de los clientes del país, lo colocó bien cuando el comercio virtual tomó impulso.

Arnold combina su conocimiento con la voluntad de hacer jugadas grandes. Centaurus se queda con la mayor parte de las ganancias de un pequeño número de grandes acuerdos. Una persona que conoce el fondo dijo que sólo realiza negocios significativos una o dos veces al año, pero cuando lo hace, es tan grande que hace una fortuna de cada movimiento.

Ha sido una estrategia recompensante, pero también riesgosa. Su capacidad para realizar grandes apuestas ha ayudado a que el fondo se cerrara a nuevos inversionistas desde 2005. Ha repagado a casi todos sus inversionistas y ahora sólo invierte en capital de sus empleados, sin ataduras al dinero de otras personas. "Él y los que tienen la suerte de estar en su círculo tienen la ventaja de poder hacer lo que quieran", dijo un consejero de colocación de valores.

Los comerciantes familiarizados con el estilo de Arnold dicen que su forma calmada y disciplinada de comercial le ha ayudado a mantenerse enfocado en los fundamentales del mercado cuando otros comerciantes crean distracciones. Esto se notó durante el debacle de Amaranth, un fondo de cobertura de 9,000 millones de dólares en Greenwich, Connecticut que apostó a que los precios del gas natural aumentarían durante el invierno, según un informe del Senado que reflejó lo que pasó en septiembre de 2006.

A medida que la temporada terminaba, los meteorólogos comenzaron a predecir un invierno templado y los precios bajaron. El prodigio comerciante de Amaranth, Brian Hunter, comenzó a perder dinero, con 3,000 millones de dólares en pérdidas en cierto punto. Hunter trabajaba tarde un sábado, uno de sus peores fines de semana, y envió un correo a Arnold intentando convencerlo de comprar posiciones de Amaranth antes de que el mercado abriera el lunes. Arnold le contestó explicándole que no había estado en la oficina y gentilmente rechazó su propuesta.

Arnold argumentó que el precio "se alejaba mucho del valor fundamental". De hecho, había estado comprando contratos que podrían generar ganancias si los precios caían aún más, y tenía razón. Arnold hizo las cosas en el momento perfecto, según un informe del Senado. Centaurus obtuvo ganancias de 200% durante ese otoño, mientras que Amaranth tuvo que liquidar.

El comercio de Centaurus durante esos meses registró ganancias netas de casi 1,000 millones de dólares. Reportaron un rendimiento general de 317% en 2006, año en el que otro fondo de gas natural, MotherRock, también intentó sobrevivir a una apuesta desfavorecedora. Mientas otros entraban en pánico, Arnold era paciente y esperó hasta el momento adecuado, y oportunamente obtuvo ganancias. El mejor elogio que le han dado provino de un competidor que lo describió como "estar en los Yankees y ser Babe Ruth". 

El pistolero

El comercio de valores no es el tipo de profesión con el que sueñan los niños, pero en la universidad, Arnold, quien creció en Dallas, mostraba aptitudes con los números y con cálculos complejos que lo convertirían en un gran comerciante. Fue a la Universidad de Vanderbilt, donde sus profesores lo recuerdan como un economista genio capaz no sólo de entender conceptos al instante sino de realizar cálculos matemáticos complejos en su cabeza.

"No nos sorprendió enterarnos de que estaba haciendo millones", dijo el profesor Stephen Buckles. Arnold se graduó en tres años para trabajar en Enron, quien reclutaba a cuatro o cinco economistas de Vanderbilt al año. La compañía energética de Houston fue donde Arnold realmente floreció, y se volvió la estrella mejor pagada de finales de la década de los 90. Arnold introdujo cerca de 750 millones de dólares en 2001 para Enron. Lo apodaban el "rey del gas natural".

Después del escándalo del fraude que derribó a la compañía, UBS compró al equipo de comerciantes y le dio a Arnold un bono de 8 millones de dólares para que se quedara, pero no lo hizo, y eventualmente reclutó a otros personajes de Enron, como Greg Whalley, el último presidente de Enron, y al comerciante Mike Maggi, para que se unieran a Centaurus.

A pesar del escándalo, los comerciantes de gas natural como Arnold lograron conservar sus reputaciones y el fondo pudo despegar sutilmente, con la ayuda de nuevos inversionistas, primero en fondos de cobertura y luego en valores . Gracias a swaps pequeños, Arnold pudo construir su empresa rápidamente. En 2005, durante los meses cercanos a la época de huracanes, Centaurus entró al mundo de los "swaps swing" con el productor BP, quien vende gas natural en puertos en Louisiana y temía que los precios cayeran. Los meteorólogos de Centaurus aparentemente anticiparon una época fuerte de huracanes, que probablemente alzaría los precios.

Así que Centaurus acepto en pagar a BP si los precios caían, y en cobrar si los precios se elevaban. Cuando los huracanes Rita y Katrina devastaron la Costa del Golfo, los precios se fueron hasta el cielo y Centaurus ganó 3 millones de dólares. "Son pistoleros", dijo un abogado que trabajó en BP en aquel entonces. "Cuando tienes tanto dinero, puedes estar en todo, comprando lo que otros venden y siempre ganando".

Haciendo negocios

En el punto medio entre el centro de Houston y áreas como River Oaks, hay un vecindario histórico que alberga a la élite millonaria de Houston. Es hogar de príncipes y ex secretarios de comercio como el petrolero Robert Mosbacher, y se dice que es uno de los vecindarios más ricos del país. 

Bayou Bend es tal vez el hogar más espectacular. La propiedad de 1920 está rodeada de verdor; en los jardines hay un moderno edificio en construcción. Ahí es donde John Arnold piensa vivir, en una gigantesca casa diseñada por el arquitecto neoyorquino Alexaner Gorlin. Para construirla, Arnold tuvo que destruir un terreno llamado Dogwoods, lo que enojó a los conservadores ambientalistas, pero Arnold ganó su aprecio diciendo que estaba creando un nuevo paisaje, no una mansión.

Al igual que muchos gestores de fondos de cobertura, Arnold ha luchado por mantener su vida privada. A diferencia de varios, Arnold trabajó en una compañía que fue meticulosamente investigada. Arnold compró boletos para ir a ver a The Dave Matthews Band y a U2, y siguió al equipo de los Astros de Houston, pues él forma parte de la liga varonil los fines de semana. Habla de salir con sus amigos y planea vacaciones familiares con su madre y hermano. 

En aquel entonces, y hoy todavía, Arnold fue mucho mejor que el promedio de los comerciantes de Enron, pero mostró más que valentía. En un correo despreció a todos aquellos que erróneamente apostaban a las direcciones del gas. Hoy, Arnold tiene una buena vida. Él y su esposa, Laura, abogada de Yale que solía trabajar en el despacho legal Wachtell Lipton, son coleccionistas de arte y forman parte de círculos filantrópicos. Han donado 700 millones de dólares a una fundación familiar que da dinero a escuelas, organización en la que Arnold es parte de la junta. Laura forma parte de la junta de Teach for America. "Cuando tus ingresos superan cierto punto, todo debe ser filantrópico", dijo Arnold a sus amigos en un reunión de exalumnos.

Los comerciantes de energía como Arnold saben que los grandes jugadores ayudan al mercado tanto ofreciendo liquidez cuando el abasto está amenazado, como cuando hay que mantener los precios fijos en el mercado a corto plazo. El debate continúa y Arnold parece prepararse para un futuro con el comercio de gas natural más limitado. Centaurus ha realizado inversiones en exploración y en compañías de producción, y también ha contratado a comerciantes de gas natural líquido en Londres. 

Arnold se ha vuelto un mediador en el mercado de energía al invertir en instalaciones de almacenaje de gas natural. La superabundancia en el abastecimiento y la caída de la demanda han reducido las necesidades industriales, lo que dio como resultado que los precios del gas tocaran fondo. Ahora los jugadores se apresuran en almacenar gas con la esperanza de que los precios suban.

En 2006, Arnold formó NGS Energy, quien ha creado cavernas dentro de domos salados subterráneos. "Esto es lo opuesto a las jugadas especulativas, una apuesta en las necesidades futuras del mercado", dijo Laura Luce, ex colega de Arnold en Enron quien maneja la empresa.  El almacenamiento de gas natural y el transporte de combustibles fósiles también son claves en la economía de energía renovable. "Donde no hay ni viento ni so, encontrarás la energía más limpia disponible, y esa es el gas, es por eso que el gas será un gran negocio".

Claro que Luce es quien hace los anuncios públicos. Por otro lado, Arnold difícilmente está en peligro de volverse el evangelista de gas que aparezca en comerciales de televisión, como lo hace su colega comerciante de energía, el tejano T. Boone Pickens. En el mundo del comercio, Arnold se queda detrás del escenario y trabaja para obtener ganancias a partir del próximo desastre.

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