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Freddie Mac quiere 10,600 mdd de ayuda

La hipotecaria busca aumentar el apoyo gubernamental que, de aprobarse, ascendería a 61,300 mdd; por su parte, Bear Stearns reconoció que durante 2008, cuando colapsó, tomó demasiados riesgos.
mié 05 mayo 2010 07:32 PM
La hipotecaria busca más apoyo luego de reportar una pérdida considerable en el tercer trimestre. (Foto: Reuters)
freddie mac

Freddie Mac busca 10,600 millones de dólares más en ayuda federal, luego de reportar una pérdida considerable en el primer trimestre del 2010 , otra señal de que seguirá creciendo la cuenta que se cargará a los contribuyentes para estabilizar el mercado hipotecario. La empresa hipotecaria con sede en McLean, Virginia, ha sido controlada en términos efectivos por el Gobierno, luego de casi derrumbarse en septiembre del 2008. La nueva petición elevará a 61,300 millones de dólares el monto del rescate de Freddie Mac.

Freddie Mac informó que tuvo una pérdida de 8,000 millones de dólares ó 2.45 dólares por título, en el periodo que abarca de enero a marzo. Esa cifra toma en cuenta los dividendos por 1,300 millones de dólares pagados al Departamento del Tesoro, y se compara con una pérdida de 10,400 millones de dólares ó 3.18 dólares por acción en el mismo periodo del año pasado.

Bear Stearns reconoce apalancamiento alto

El ex presidente del directorio y presidente ejecutivo de Bear Stearns admitió el miércoles que el banco de inversión, que colapsó en 2008 , había tomado demasiados riesgos.

"Ese fue el negocio. Esa era, en realidad, la práctica en el sector. En retrospectiva, diría que el apalancamiento fue demasiado alto", dijo James Cayne, quien se oía cansado durante una audiencia de la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera.

El reconocimiento de Cayne, durante un interrogatorio, se produjo después de que él y otros ex ejecutivos de Bear dijeron que los rumores del mercado y la corrida bancaria fueron los responsables del colapso de la firma en marzo del 2008 y de la venta de emergencia a JPMorgan Chase & Co.

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El presidente de la Comisión, Phil Angelides, dijo que Bear Stearns parecía haber corrido riesgos extraordinarios que involucraban un alto apalancamiento, una concentración en títulos respaldado por hipotecas y financiamiento de corto plazo de sus operaciones.

"Hay una forma de ruleta rusa financiera a la que Bear Stearns y otros bancos de inversión estuvieron jugando", dijo Angelides.

La comisión del Congreso está a cargo de revelar las causas de la peor crisis financiera desde los años 1930 y ha tenido una serie de audiencias. Está previsto que la comisión entregue un reporte a los legisladores y a la Casa Blanca el 15 de diciembre.

El Congreso ya está trabajando en un proyecto para reformar la regulación financiera , pero Angelides ha dicho que aún hay espacio para mayores reformas, incluidos posibles cambios al financiamiento hipotecario.

Corrida bancaria

Cayne y otros cuatro ejecutivos de Bear Stearns dijeron que el colapso de la firma estuvo más allá de su control: un tsunami de rumores y pérdida de confianza que abrumaron su modelos de administración del riesgo y drenaron la liquidez en cuestión de días.

"La pérdida de confianza del mercado, pese a que fue injustificada e irracional, se transformó en una profecía autocumplida", dijo Cayne.

Temores similares de los mercados llevaron a finales del 2008 a la bancarrota de Lehman Brothers y a la reorganización de otros grandes bancos de inversión.

Cayne mostró pocas emociones en la audiencia y no dio pistas de su reputación de irreverente ni de los arrebatos que lo caracterizaron durante sus 15 años al mando de la empresa, antes de su renuncia en enero del 2008.

Angelides dijo que a finales del 2007, Bear estaba apalancado 38 a uno, si se mide en términos de activos tangibles frente a acciones ordinarias.

Cerca de un mes antes de su colapso, Bear tenía cerca de 12,500 millones de dólares en préstamos con documentación deficiente o directamente sin documentación, más del total de títulos de la firma, dijo Angelides.

Paul Friedman, ex director gerente senior de Bear, dijo que la pérdida de confianza en la firma fue injustificada dada la fuerte posición de capital de la empresa y una sustancial liquidez.

Samuel Molinaro, ex presidente financiero de Bear, dijo a la comisión que los temores, rumores e insinuaciones de marzo del 2008 resultaron en "una conducta irracional que provocó un prototipo de corrida sobre el banco en Bear Stearns".

La caída de Bear fue rápida en marzo del 2008. Pese a una línea de crédito de emergencia de la Reserva Federal, fue claro en pocos días que la firma no podía sobrevivir por sus medios, y la Reserva Federal y el Tesoro de Estados Unidos gestionaron la venta a JPMorgan .

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