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Los ‘cuentos chinos’ de la Bolsa china

Los inversores en acciones de ese país caen hipnotizados por el avance del gigante asiático; pero los bajos estándares de entrada al mercado bursátil han desembocado en fraudes sonoros.
jue 16 junio 2011 05:41 PM
China MediaExpress dejó de cotizar tras descubrirse que era un fraude, generando pérdidas a sus accionistas. (Foto: Reuters)
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Yum Brands, propietario de la cadena Kentucky Fried Chicken, ha conquistado los paladares en todas las provincias del país asiático . Nike también, así como Apple, que ha cuadruplicado sus ventas este año en el imperio chino, hasta totalizar 5,000 millones de dólares. Esas son estupendas noticias para las compañías estadounidenses, pero para los inversores de ese país, la historia es muy diferente.

El panorama de las inversiones de estadounidenses en títulos chinos es un desierto post-apocalíptico, plagado de los restos de aquellos que se atrevieron a incursionar en ese ignoto terreno sin apenas información para pulsar el botón bursátil de 'compra'.

Los inversores estadounidenses han descubierto que no importa cuánto análisis hagan antes de adentrarse en la China corporativa, porque cuando la información financiera que proporciona una compañía contiene datos exagerados o irreales, cualquier análisis es vano. Y ese hábito de mentir parece estar contagiándose.

Como muestra un botón: en el invierno pasado se descubrió que dos de los títulos chinos más negociados, China MediaExpress y Rino International, eran fraudes donde los vendedores al descubierto (short-sellers) hacían las labores que les correspondían a los auditores.

Los operadores más listos pudieron salirse rápido tras los rumores. Pero la mayoría de los inversores tuvieron que quedarse con estos títulos durante la interrupción del mercado. Y cuando esas acciones comenzaron a negociarse otra vez, eran como cráteres vacíos donde alguna vez existió capital de inversión.

China MediaExpress se desplomó de 24 a 2 dólares por acción, y Rino International se hundió de 19 dólares a 50 centavos de dólar.

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Transcurrieron algunos meses y el optimismo regresó, hasta que nuevas irregularidades de menor perfil comenzaron a apilarse. Uno tras otro, los valores cotizados chinos se derrumban ante los análisis de los vendedores en corto y la dimisión de sus auditores. Para abril, las acciones chinas explotaban como fuegos artificiales. Incluso compañías de gran capitalización, como Longtop Financial, se evaporan delante de nuestros asombrados ojos.

El desplome más reciente es el de Sina Corp, una empresa tecnológica multimillonaria de China, cuyas acciones cayeron 40 puntos luego de que los inversionistas dudaran de la veracidad de sus finanzas. Por la misma razón, por cuentas falseadas, cayó Sino-Forest.

Tanto Longtop como Sino-Forest eran valores en los que habían invertido fuertemente importantes fondos hedge e inversionistas institucionales, lo que se tradujo en cientos de millones de dólares en pérdidas para ellos.

Si los profesionales más poderosos y reconocidos pudieron ser engañados, ¿qué le espera a un inversor individual?

Muchas de estas compañías fraudulentas eran, originalmente, acciones provenientes de fusión ‘inversa', es decir, eran acciones de poco valor que fueron absorbidas por las propias compañías chinas, algo así como una oferta pública inicial hecha por la puerta trasera.

En Estados Unidos hay toda una industria compuesta por abogados, contadores, banqueros y promotores bursátiles que ayudan y colaboran en este tipo de transacciones, y hoy a cientos de empresas chinas que, como resultado, cotizan en Bolsas legítimas como el Nasdaq.

El problema para los inversores es que el origen de estos títulos no siempre es claro.

Bloomberg tiene un índice chino de acciones de fusión inversa, y la carnicería que ha sufrido es inconmensurable. El índice cayó 48% entre enero y principios de junio, y no parece que el daño termine pronto, pues cada semana se descubren más irregularidades en las empresas cotizadas chinas.

He bautizado a este fenómeno como la ‘Ola de crímenes de cuello rojo', y he aconsejado a los inversores buscar otras maneras de invertir en China o que no participen en el esquema hasta que no sepamos bien por qué estas compañías engañan así a sus inversionistas.

La buena noticia es que las autoridades reguladoras ya han intervenido. La semana pasada, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) emitió un boletín donde advierte a los inversionistas sobre los riesgos que suponen este tipo de títulos. Y esta semana suspendió la venta de acciones de dos de estas compañías sospechosas de mentir en sus hojas de balance: China Intelligent Lighting and Electronics Inc. y China Century Dragon Media Inc.

Nunca doy a extraños asesoría sobre inversiones, menos vía Internet, pero en este caso creo que sería irresponsable de mi parte no hacer la siguiente advertencia: Desconfíen de estos infortunados títulos y tomen con escepticismo todas las revelaciones y afirmaciones que hagan estas compañías.

Lo digo como alguien que está impresionado por la oportunidad que ofrece y el potencial que tiene el crecimiento chino en el largo plazo. Pero por ahora, es muy difícil distinguir el trigo de la paja.

* Joshua Brown es asesor financiero de la firma neoyorquina Fusion Analytics y autor del blog The Reformed Broker. Sus comentarios son de carácter informativo y no constituyen una solicitud de vender o comprar ningún título valor.

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