Netflix declara la guerra al DVD
La nueva estrategia de precios implementada por Netflix podría perjudicar a algunos de sus clientes, pero supone un decisivo golpe para el servicio postal estadounidense.
La compañía de alquiler de películas Netflix declaró la guerra a los DVD, prometiendo relegarlos al contenedor de basura, para que corran la misma suerte que las cintas VHS y Betamax.
Bueno, estoy exagerando. La compañía comunicó ayer a sus 24 millones de suscriptores que ya no podrán rentar DVD por correo postal y gozar de los servicios de streaming por Internet por sólo 10 dólares al mes. También canceló el streaming ilimitado gratuito para los clientes suscritos al alquiler por correo. Los usuarios ahora tendrán que comprar cada plan por separado, pero pagando una cuota 60% superior a la actual.
El periodista Peter Kafka escribe:
Netflix explica la razón del alza en los precios en su blog, pero la versión abreviada es que busca que sus clientes de DVD migren a Internet, o paguen más. Eso contribuiría a reducir los costos en discos y/o generar más dinero para comprar títulos en versión digital, que serán cada vez más costosos.
Wall Street reaccionó positivamente a la noticia, las acciones de Netflix subieron 53 centavos de dólar hasta ubicarse en 291.27 dólares por acción. Otros, en cambio, se han mostrado más cautelosos, pues se sabe que la biblioteca de DVD de Netflix es mucho más vasta que la biblioteca de títulos en línea.
Pero el verdadero agraviado aquí es el Servicio Postal de Estados Unidos. No se quejará públicamente, claro, pero el presidente ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, dijo en octubre que su compañía gastaba entre 500 y 600 millones de dólares en envíos postales de DVD. Eso representa casi el 20% de los ingresos totales obtenidos el año pasado por el Servicio Postal en correspondencia tamaño folio (flats) del servicio 'First-Class Mail', y el 1.7% de los ingresos totales de su servicio 'First-Class Mail'.
Lo que es más, Netflix incrementó en 9.7% el número de envíos de DVD a suscriptores el año pasado. Si ese ritmo se hubiera mantenido, la compañía hubiera gastado en 2011 cerca de 660 millones de dólares en correo.
Pero ahora deberemos asumir que Netflix pronto reducirá la cantidad de suscriptores a su servicio de envío postal a domicilio, mejorando sus finanzas y disminuyendo a su vez el gasto en correo. ¿Habremos de prepararnos para que los timbres postales suban de precio?