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Italia o EU, el dilema de Fiat-Chrysler

El CEO Sergio Marchionne tiene que designar una sede fija para que opere el corporativo automotriz; pero la decisión no será nada fácil, tanto estadounidenses como italianos tienen interés.
lun 22 agosto 2011 11:01 AM
Si Marchionne se queda Italia, no caerá bien en Washington en vista de que los contribuyentes estadounidenses dieron 12,500 mdd para mantener a Chrysler. (Foto: AP)
Sergio Marchionne (Foto: AP)

El avión corporativo de Sergio Marchionne es como una oficina en el aire, desde la cual trata de integrar y expandir las empresas Fiat y Chrysler. Pero se acerca la hora, según analistas, en que el ejecutivo deberá elegir una sede fija para operar.

La selección de una sede central para lo que será la séptima firma automotriz más grande del mundo (basado en ventas combinadas de 3.74 millones de vehículos en todo el mundo en 2010) es un proceso tan complicado como la selección de una sede olímpica.

Si Marchionne decide quedarse en Italia, no caerá bien en Washington en vista de que los contribuyentes estadounidenses aportaron 12,500 millones de dólares para mantener a Chrysler a flote en momentos en que se encaminaba hacia la bancarrota.

El Gobierno de Barack Obama puso la empresa en manos de Marchionne con la esperanza de que el ejecutivo italiano la rescatara.

Funcionarios y sindicatos italianos, por su parte, se muestran recelosos ante la posibilidad de que Marchionne transforme una empresa típicamente italiana en una estadounidense. No solo le restaría prestigio a Italia sino que podría sacar del país muchas plazas de trabajo.

"Hay cierta tensión porque no hay buenas razones para fijar la sede en Detroit y sí hay buenas razones para pensar que el corazón de la compañía se encuentra en Torino", sostuvo Francesco Zirpoli, experto en la Fiat y profesor de la Universidad Ca' Foscari de Venecia.

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Marchionne dio pocos indicios acerca de lo que piensa hacer cuando anunció recientemente la creación de un nuevo consejo ejecutivo conformado por 22 personas y de una nueva estructura corporativa para acelerar el proceso de integración. Evitó hablar de cuál sería la sede central enfatizando que habrá cuatro centros regionales, que representarán distintos mercados: América del Norte, Europa, Asia y Latinoamérica.

Marchionne, quien seguirá siendo el director ejecutivo de Fiat, estará al frente de la operación norteamericana, que incluye a Chrysler.

El sindicato automotriz italiano FIOM dijo que "el cerebro" de la operación se estaba instalando en Detroit.

"Si a alguien le quedaba alguna duda, la actual estructura indica dónde está la conducción: No está en Italia", afirmó Giorgio Airaudo, de FIOM.

El sindicato ha resistido por meses nuevas normas laborales que, según Marchionnen, son imperativas para garantizar la producción.

En una conferencia anual en Michigan a fines de julio, el ejecutivo omitió el tema.

"El consejo ejecutivo es una banda de nómadas que viajan constantemente. Tiene que ser así. Pasará un tiempo en Auburn Hills (donde está la oficina central de Chrysler) y también en Torino. Irá a Asia y a Brasil. Tiene que ser así. Dirige una empresa que produce cuatro millones de autos por año. Tiene que estar físicamente presente en todos lados", declaró.

Analistas pronostican que Fiat y Chrysler se fusionarán totalmente en algún momento, aunque Marchionne asegura que no es una prioridad. Cuando se llegue a ese punto, entonces sí sería lógico que se elija una sede central legal para evitar que la firma tenga valores dispares.

El verdadero corazón de la empresa, no obstante, no estará donde se encuentra la sede y donde se comercia en la Bolsa, sino donde funcionan sus plantas de ingeniería, diseño y ventas.

El nuevo consejo ejecutivo incluye 13 ejecutivos de Fiat y nueve de Chrysler.

La clave, de acuerdo al profesor Zirpoli, no es dónde están basados esos ejecutivos, sino dónde se encuentran sus equipos de trabajo. Y eso no está claro a esta altura.

Pese al proyecto de tener estructuras en cuatro continentes, expertos coinciden en que no es realista replicar las mismas actividades en cuatro sitios distintos. Ni siquiera en dos.

Fiat destaca que tiene una operación de gran escala en Brasil, con 42,000 trabajadores, comparado con los 54,000 de Italia, pero en esta nación europea hay una concentración de altos ejecutivos mucho más grande: 1,487 frente a los 191 de Brasil.

Si Marchionne opta por fijar la sede central en Italia, será algo parecido a lo sucedido en 1998, cuando Chrysler se fusionó con Daimler-Benz, la fabricante de los autos Mercedes.

Se suponía que era una "alianza entre iguales", pero pronto Chrysler fue absorbida y quedó como un mendigo sediento de recursos y tecnología.

Fijar la sede en Torino generaría enorme malestar en las oficinas de Chrysler en Auburn Hills y seguramente daría lugar a un éxodo de empleados en campos de alta tecnología, que no tendrían dificultad en encontrar trabajo en Estados Unidos.

Fiat es una empresa creada hace 112 años y que siempre funcionó en Torino. Creó trabajo para decenas de miles de personas de todo el país luego de la Segunda Guerra Mundial y es un símbolo del milagro industrial de la década de los setenta. Es el principal empleador de una nación que encara un periodo de austeridad.

"Lo importante es que los grandes cerebros permanezcan aquí. Eso es lo que le preocupa a los sindicatos, que la innovación y la investigación sigan aquí. Si lo único que queda es operaciones de ensamblaje, podrían ser trasladadas a cualquier lado", expresó el líder sindical de la confederación UIL, Maurizio Peverati.

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