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Akio Toyoda, CEO superestrella de Toyota

Mientras la industria automotriz se recupera de la crisis, otros líderes deben aprender del japonés; destaca por su papel activo en el desarrollo de nuevos modelos y su estrecha relación con EU.
mié 31 agosto 2011 12:39 PM

¿Es justo decir que hay un vacío de liderazgo en la industria automotriz? 

Ninguno de los directores ejecutivos actuales parece interesado en aparecer en la escena pública. Si buscamos a un personaje representativo y visible como Lee Lacocca de Chrysler, o Bob Lutz de General Motors, es imposible encontrarlo. 

Alan Mulally de Ford y Sergio Marchionne de Fiat-Chrysler están suficientemente ocupados -o preocupados- para usar sus posiciones como púlpitos de poder. Al parecer, no les interesa ser una imagen pública para propósitos publicitarios o como portavoces de la industria. Es difícil identificar sus posturas en cualquier tema relevante, ya sea el techo de la deuda estadounidense o el impuesto a la gasolina. 

En Europa, las automotrices alemanas de lujo atraviesan años cruciales y transformaciones históricas en respuesta a las regulaciones sobre ahorro de combustible y el combate al cambio climático. Pese a ello, no vemos a Dieter Zetsche de Mercedes protagonizar ningún anuncio televisivo como solía hacerlo en sus días en Chrysler. De igual forma, el perfil de Norbert Reithofer de BMW es definitivamente bajo. 

Solamente Carlos Ghosn, quien dirige la alianza Renault-Nissan, tiene la potencia y la voluntad para ser una figura a escala global. Sin embargo, en los últimos meses el ejecutivo ha sufrido reveses en Renault, y su estatus como un 'mago' de las transformaciones pende del resultado que obtenga Leaf, su auto totalmente eléctrico.

En este vacío de liderazgo es que aparece un candidato poco probable de una compañía poco probable: Akio Toyoda, de Toyota. 

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Y decimos "poco probable" porque los directores ejecutivos de Toyota han sido tradicionalmente hombres de traje gris que adoptan la imagen pública de los actuarios y personifican el anonimato sin rostro del consenso directivo. Akio Toyoda, de 55 años, también parecía haber llegado a ese puesto más por herencia de sus ancestros (es el nieto de fundador Kiichiro) que por sus cualidades. Pero resulta que las predicciones eran completamente erróneas. 

A pesar de haber asumido la dirección hace menos de dos años, Toyoda ya ha infundido un nuevo espíritu en su compañía, de acuerdo con los reportes; sacándola de sus dificultades tras múltiples retiros del mercado en 2010 y la devastación provocada por el terremoto y el maremoto japonés. 

Con esas crisis en el pasado, el CEO de Toyota está encontrando el tiempo para asumir un papel activo en el desarrollo de nuevos modelos de vanguardia. Consideremos que Akio Toyoda es un conductor de pruebas certificado por el afamado circuito alemán Nurburgring, con frecuencia conduce autos de competencia y no teme hacer sugerencias altamente técnicas sobre la conducción y la maniobrabilidad. 

Toyoda también tiene un interés más que personal en el mercado estadounidense. Su relación con Estados Unidos viene de lejos: estudió un MBA en Babson College de Boston y habla un perfecto inglés, si bien prefiere usar un intérprete cuando se reúne con la prensa.

Estas son algunas de sus últimas apariciones estelares:

Un discurso muy emocional pronunciado la primavera pasada en la convención de concesionarios en Las Vegas, que cosechó largos aplausos, seguida este mes por la presentación entusiasta del Camry 2012 en la celebración del 25 aniversario de la planta de Toyota en Georgetown, Kentucky.

Un reportaje de portada que apareció en la 'biblia' de la industria, Automotive News, que elogia su habilidad para convertirse en la imagen pública de la compañía. 

Un incidente pronto consagrado por la industria: un encuentro casual en un aeropuerto con el CEO de Ford Alan Mulally, que derivó en un anuncio sobre una potencial colaboración en tecnología híbrida para vehículos de tracción trasera. 

Su diplomacia logró un acuerdo de inversión con el fabricante de autos eléctricos Telsa y un inusual convenio con Aston Martin para rebautizar el utilitario iQ de Toyota como el auto deportivo de Cygnet. 

Esperamos ver más a Akio Toyoda en los próximos meses, cuando Toyota lance una flota de nuevos modelos y apuestas para recuperar el título de la mayor automotriz del mundo. Si él así lo quiere, su posición es idónea para proporcionar el liderazgo que requiere la industria durante los próximos 10 años.

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