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LinkedIn, una acción demasiado cara

Tras una impactante salida a Bolsa, las acciones de la firma han perdido casi la mitad de su valor; su cotización es de 300 veces sus ingresos en 2012, entonces ¿por qué los analistas la recomiendan?
mié 14 diciembre 2011 06:03 AM
La firma podría subir por encima de los 84 dólares pronto, pero es un juego de azar. (Foto: AP)
Linken (Foto: AP)

Los temores de una nueva burbuja de acciones tecnológicas que prevalecieron en el primer semestre del año se han desvanecido en la segunda mitad, a medida que las preocupaciones por la estabilidad financiera de Europa alejaron el viento especulativo de varias acciones de Internet. Pocas han salido a Bolsa desde junio, y las que se han aventurado a salir se están cotizando debajo de los máximos que alcanzaron en los primeros días de negociación.

Así que es extraño ver que uno de los malos hábitos de la burbuja punto-com resurgió este año: los analistas de investigación,- muchos de los cuales trabajan para empresas que han suscrito acciones de Internet- están elevando sus calificaciones y precios objetivo para acciones que -incluso en los niveles actuales- están tremendamente sobrevaloradas bajo cualquier medida fundamental.

Toma a LinkedIn como ejemplo . La red social de profesionales se hizo pública en mayo y subió 138% a 122 dólares en su primer día de cotización. Sin embargo, un mes más tarde, LinkedIn había caído a 60 dólares por acción. Eso desató una serie de reportes de los analistas de JPMorgan, Bank of America y Morgan Stanley, tres suscriptores principales de LinkedIn. Cada uno de ellos, la calificó ferozmente como "viral" y "transformadora".

En ese momento, me di cuenta de que justificar una acción con una relación precio/ganancias de tres dígitos requiere de un poco de estiramiento de la lógica, indicadores financieros arcanos y retórica apasionada. Pero funcionó: a los pocos días, LinkedIn estaba cotizando de nuevo en 102 dólares. Y, por supuesto, después de algunas semanas, las acciones comenzaron otro descenso. Finalmente, tocaron un nuevo mínimo de 56 dólares por acción a finales de noviembre, perdiendo más de la mitad de su valor en poco más de seis meses.

Los analistas respondieron la semana pasada con una nueva ola de reportes. El mismo día, tres principales suscriptores de LinkedIn emitieron nuevos informes que elevaron la recomendación de las acciones, los precios objetivos o estimaciones de beneficios de la empresa. Cada uno de ellos siguió el formato estándar de dar más peso a lo positivo que a lo negativo. Cada uno llegó a la conclusión de que LinkedIn pronto se estaría cotizando entre 84 y 100 dólares. Y todos rechazaron fácilmente la realidad de que esos precios objetivos desafían cualquier aplicación racional de un análisis fundamental.

Pero una vez más, funcionó. Al terminar la semana, las acciones de LinkedIn estaban de vuelta cerca de los 72 dólares. En esa valoración, LinkedIn se cotiza a 1,800 veces los cuatro centavos por acción que ganó en los últimos 12 meses. Incluso si valúas a LinkedIn contra los 25 centavos por acción que Wall Street espera que la empresa gane en 2012, la relación precio-ganancias de LinkedIn es de 287.

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Los suscriptores de LinkedIn no están solos. Los analistas de otras firmas han recomendado la acción en las últimas semanas. Barclays Capital mantuvo una recomendación de compra y precio objetivo de 93 dólares, mientras que Genuity Canaccord emitió una recomendación de compra y un precio objetivo de 85. Y a diferencia de muchas de las pasajeras ofertas públicas iniciales de los años punto-com, LinkedIn tiene un negocio sólido , una fuerte implantación en un mercado en crecimiento y la promesa de años de crecimiento. Sus ingresos y el número de miembros se han duplicado a un ritmo anual, su expansión internacional está apenas comenzando y ningún competidor formidable ha aparecido todavía en el espacio de las redes sociales profesionales.

Pero el riesgo para los inversores al comprar acciones de LinkedIn a 70 dólares hoy en día no es que la compañía esté en problemas, sino que no hay explicación racional -más allá de la pura especulación- por la cuál la acción deba ser tan cara. LinkedIn ciertamente podría subir por encima de los 84 dólares pronto, pero es un juego de azar. Depende de más especulación y volatilidad pura (exacerbada por el creciente interés en cuentas al descubierto en la Bolsa).

Y a diferencia de los últimos meses, es probable que la presión por vender crezca de manera fuerte cuando LinkedIn se acerque a los 100 dólares. Esto se debe a las decenas de millones de nuevas acciones que han llegado al mercado en el último mes. El 17 de noviembre, LinkedIn tuvo una oferta secundaria que emitió 10 millones de nuevas acciones (la gran mayoría de ellas vendidas por el personal interno). Dos días más tarde, el período de bloqueo terminó para otros 24 millones de acciones, y en febrero, otros 55 millones de acciones serán desbloqueadas.

No todas las acciones serán vendidas, por supuesto, pero las nuevas acciones podrían ampliar la puesta en circulación de LinkedIn desde aproximadamente 8% de las acciones en circulación al momento de su oferta pública inicial (OPI) a más de 20% en la actualidad. Ese influjo de acciones es común, pero también puede afectar la oferta y la demanda de las acciones de LinkedIn.

¿Por qué Wall Street emite reportes que justifican una acción tan costosa sólo una década después de la gran caída de las punto-com, cuando algunos analistas respaldaron recomendaciones engañosamente alcistas sobre OPIs de Internet? Las respuestas no son necesariamente malintencionadas.

Las escaladas especulativas son la pesadilla de los analistas de valores. No importa cuán sensato sea su análisis fundamental, lucen mal si le dicen a los clientes que vendan una acción que sigue subiendo. Durante años, Netflix fue una acción que siguió subiendo a pesar de una perdurable alta valoración. Pero una vez que un tope la detuvo este verano, la acción perdió tres cuartas partes de su valor en pocos meses.

Los suscriptores, sin embargo, tienen un incentivo para promover recientes OPIs tecnológicas. El sector ha sido uno de los pocos que ha producido ofertas públicas de forma confiable este año. Otras OPIs como la de Facebook y Zynga podrían ver afectadas sus perspectivas por una caída en LinkedIn, la más saludable OPI tecnologíca de 2011.

Sea cual sea la motivación de las visiones alcistas sobre LinkedIn en su precio actual, es un poco imprudente recomendar una acción impulsada en gran parte por la especulación, mientras se minimizan los riesgos. Sólo un analista de LinkedIn parecía estar dispuesto a hacer frente a ese riesgo: Rick Summer de Morningstar, quien admira las operaciones de LinkedIn, pero siente que la acción se valoraría justamente en 47 dólares por acción, o un 35% por debajo de su nivel actual.

Sin embargo, Summer no es el único. Hace sólo seis meses, los suscriptores de LinkedIn valoraban la compañía en 45 dólares por acción, cuando fijaron el precio de la oferta. Las firmas suscriptoras aún tienen que explicar por qué creen que la acción ahora vale el doble, y en tan poco tiempo.

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