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Apple también se equivoca

Las altas y bajas en las acciones de la firma muestran que hay que ser precavidos, dice Allan Sloan; los inversores deben mantenerse objetivos y no enamorarse de una sola acción o de un CEO, advierte.
jue 07 febrero 2013 06:02 AM
Cuando Apple perdió su salsa secreta, los jugadores se sintieron obligados a abandonarla. (Foto: AP)
Apple Cupertino iPhone (Foto: AP)

Para la mayoría de la gente, la ‘Apple-manía' significa comprar productos de la compañía y jugar con ellos. Pero para nosotros, los chicos voyeristas de las finanzas, la diversión proviene de observar los lunáticos bandazos en el precio de las acciones de Apple .

Tienes que adorarlo. Desde el comienzo del año pasado hasta su cierre en niveles máximos históricos el 19 de septiembre, dice Wilshire Associate, Apple subió 73.5%, convirtiéndose en la acción más valiosa en la historia del capitalismo y la contabilidad gracias a un sorprendente 12% del rendimiento del Wilshire 5000 Index de 3,684 acciones registrado durante ese período. Luego vino la caída, y para el 24 de enero de este año, Apple había caído 36% desde su máximo. Durante ese descenso, calcula el genio de los números de S&P Howard Silverblatt, las acciones de Apple cayeron más que el valor total de mercado de Microsoft, alguna vez la empresa más valorada del mundo. Grandes cosas para nosotros los chicos voyeristas.

¿Qué podemos aprender nosotros como inversores minoristas observando estos giros? Que no importa qué tan exitosa parezca ser una empresa y cuán ilimitado sea su futuro, algunas verdades antiguas de la inversión siguen siendo válidas.

Permíteme ofrecerte tres de ellas.

No debes correr con la manada, para que no seas pisoteado. Durante algún tiempo, Apple era incapaz de hacer nada malo. Todo el mundo amaba su acción. Pero después de que llegó a su máximo, no podía hacer nada bien ante los ojos de Wall Street, donde el ‘¿Qué has hecho por mí últimamente?' es todo lo que importa. Cuando Apple estaba sazonándose, cientos de fondos de inversión e inversores institucionales consideraban que simplemente tenían que tener la acción, sin importar lo rápido que su precio hubiera subido, porque era un factor importante en el mercado global. Pero cuando Apple perdió su salsa secreta, los jugadores se sintieron obligados a abandonarla, independientemente del precio. ¿De qué otra manera puedes explicar que Apple, probablemente la acción más ampliamente seguida en el mundo, cayera 12%, o 40,000 millones de dólares, en un solo día -el 24 de enero- , la primera jornada de operaciones después de que su reporte de ganancias decepcionara a Wall Street?

Así que, escucha los cascos correr todo los que quieras. Pero no trates de correr con la manada.

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No debes enamorarte de una acción. Ser propietario de una acción de consumo como Apple puede convertirse en un acto de fe: me encantan sus productos, por lo tanto voy a amar sus acciones y no es necesario hacer ningún análisis. Pero eso nubla tu juicio. Y si estás colocando una cantidad significativa de dinero en una sola acción, necesitas del juicio más lúcido que puedas conseguir.

Apple gana mucho dinero, tiene mucho dinero en efectivo y es una empresa muy valiosa. Pero los precios de las acciones son acerca del futuro, no del presente. En este momento, la empresa carece de un nuevo producto exitoso que acelere las ventas, y sus enormes márgenes de ganancia lo vuelven vulnerable ante competidores dispuestos a conformarse con rendimientos menos elevados. ¿Puedes deletrear "Samsung"?

Hay un posible precedente aquí: Microsoft, que alguna vez fue una acción deslumbrante con un futuro aparentemente ilimitado. En 1998, dice Bob Waid, director general de Wilshire Associates, Microsoft superó a General Electric para convertirse en el número uno en valor bursátil con un incremento del 115%, y luego consolidó su posición con una ganancia de 68% en 1999. En 2000, la acción cayó 63%, y nunca ha recuperado su caché de los buenos tiempos. O el precio de sus acciones.

No debes creer en la infalibilidad de un CEO. Durante un tiempo, no sólo el fallecido Steve Jobs era considerado un dios, sino también su sucesor, Tim Cook, ya que las acciones de Apple se dispararon cuando él tomó el cargo. Todo lo que Cook hacía, incluso la implementación de un dividendo en efectivo, era recibido con elogios. Jobs murió cuando Apple todavía era ascendente, por lo que su lugar en el mausoleo de la inversión está asegurado. Cook, en cambio, ha tenido una de las travesías más rápidas de la cima al fondo de Wall Street que he observado jamás. ¿Es un buen presidente ejecutivo? Es demasiado pronto para decirlo. ¿Es infalible? No, nadie lo es.

Ser propietario de acciones individuales es mucho más divertido que comprar fondos indexados, la forma prudente (pero aburrida) de invertir. Yo poseo unas pocas acciones -Apple no está entre ellas-, y a veces he ignorado neciamente estas tres verdades. Pero si tuviera que poner más dinero en juego sobre las acciones de Apple, las seguiría fervientemente. Y así debes hacerlo tú también.

Este articulo es de la edición del 25 de febrero de 2013 de Fortune.

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