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Francesa, implicada en fraude de carne

Las autoridades acusaron a una empresa de ese país por hacer pasar carne de caballo como de res; la policía de Gales arrestó a tres hombres que presuntamente participaron en el engaño.
vie 15 febrero 2013 12:16 PM
Las ventas fraudulentas de carne ocurrían desde hace meses en 13 países y 28 compañías. (Foto: Getty Images)
carne

El precio, olor y color debieron haber sido indicadores claros de que algo andaba mal con los cargamentos de carne de caballo etiquetados fraudulentamente como de res, afirmaron este jueves las autoridades de Francia, que culparon en gran medida a un mayorista francés en el centro de un creciente escándalo en Europa.

La policía de Gales anunció este jueves los arrestos de tres hombres bajo sospecha de fraude en dos plantas de carne que la Agencia de Normas Alimentarias de Gran Bretaña inspeccionó esta semana.

Ambos hechos forman parte de un creciente escándalo que ha generado interrogantes sobre los controles de alimentos en una Unión Europea sin fronteras, y que también ha puesto bajo los reflectores lo poco que saben los consumidores acerca de las complejas operaciones comerciales por las cuales pasan los alimentos, desde los productores a los mayoristas, de ahí a los que los procesan y luego a las tiendas para finalmente llegan a las mesas de los hogares.

La Europol, la entidad policial europea, está coordinando una investigación de fraude en todo el continente en medio de acusaciones de una confabulación internacional para sustituir el uso de carne de res por carne de caballo, que es más barata.

En París, Benoit Hamon, ministro gubernamental de Asuntos del Consumidor, dijo que aparentemente las ventas fraudulentas de carne ocurrían desde hace varios meses y se extendían a 13 países y 28 compañías. No dio los nombres de los países ni de las empresas.

Dijo que muchas personas y entidades tienen la culpa, pero la mayor parte recae sobre Spanghero, un mayorista del sur de Francia. Los funcionarios de esa empresa rechazaron haber comprado y revendido carne de caballo, pero de inmediato las autoridades francesas le suspendieron sus actividades comerciales.

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Hamon dijo que Spanghero era un eslabón de una cadena que iniciaba en dos mataderos rumanos que dicen haber etiquetado claramente su carne como de caballo. Un comerciante registrado en Chipre la adquiría y era enviada a un almacén en Holanda.

Spanghero adquiría la carne a ese comerciante y luego la revendía a Comigel, un procesador francés de comida congelada. Los alimentos resultantes eran comercializados bajo la marca sueca Findus como lasaña y otros productos que dicen contener carne molida.

Hamon dijo que Spanghero estaba bien al tanto de que la carne estaba mal etiquetada cuando se la vendía a Comigel.

"Spanghero sabía", afirmó. "¿Una cosa que debería haber atraído la atención de Spanghero? El precio".

La carne de Rumania costaba mucho menos de lo que vale la de res en el mercado, señaló el funcionario.

Un representante de Spanghero dijo que los directivos de la compañía ya han sido interrogados por las autoridades, que registraron las instalaciones varias veces en los últimos días, aunque nadie ha sido arrestado.

El representante insistió en que la compañía actuó "de buena fe" y que nunca se enteró de que la carne que compraba y vendía era de caballo. Dijo que no está autorizado a dar su nombre en público debido a que su contrato con Spanghero así lo ordena.

No quiso comentar en torno a la insistencia de las autoridades francesas de que Spanghero debió haberse percatado que era de caballo por su precio, aroma y color.

Comigel tampoco está libre de culpa, dijo Hamon, al señalar que los papeles de Spanghero contenían irregularidades significativas, incluido el hecho de que no especificaban el país de origen.

"Y, una vez que la carne fue descongelada, podemos preguntarnos: ¿por qué Comigel no se percató de que el color y el aroma no era de res?", agregó.

Los proveedores rumanos de alimentos se regocijaron de que la culpa por el escándalo de la lasaña congelada ha pasado de los mataderos rumanos a compañías en Francia, país que se enorgullece de su cocina y cultura culinaria y que no suele verse inmersa en escándalos por alimentos.

Sorin Minea, director de Romalimenta, la asociación de la industria alimenticia rumana, pidió aplicar duras sanciones a las compañías francesas. "Rumania, pequeña y fea como es, respetó todas las legislaciones europeas. En Gran Bretaña la legislación no fue respetada", afirmó. "Me entristece que fuimos acusados en un principio y luego hubo una investigación. Sentimos que no formamos parte de la familia europea".

El organismo regulador británico dijo este jueves que carne contaminada con un analgésico para equinos podría haber entrado a la cadena alimenticia en Francia "durante algún tiempo", luego de que se examinaron seis cadáveres de caballos que dieron positivo por el analgésico.

La Agencia de Normas Alimentarias de Gran Bretaña dijo que a ocho de 206 caballos que verificó se les encontró fenilbutazona, conocida comúnmente como bute. El fármaco está prohibido para uso humano en varios países, entre ellos el Reino Unido y Estados Unidos.

Prácticamente no se consume carne de caballo en Gran Bretaña, donde hacerlo es considerado un tabú. Pero la carne de miles de equinos muertos en ese país cada año es exportada a diversos países, incluidos Francia y Bélgica, que tienen una cultura de comer carne de caballo.

Por otro lado, la policía de Gales dijo que dos hombres de 64 y 42 años fueron arrestados en Farmbox Meats, cerca de Aberystwyth, mientras que otro hombre de 63 años fue detenido en el matadero Peter Boddy en Todmorden, West Yorkshire.

La Agencia de Normas Alimentarias informó el martes que había "detenido" toda la carne en esas plantas y confiscado documentos y listas de clientes.

Alemania informó que también han surgido allí alimentos que contienen carne de caballo, luego que dos supermercados alemanes retiraron lasaña congelada de sus refrigeradores.

 Gran Bretaña, afectada

Diversos exámenes han detectado carne de caballo en restaurantes, escuelas y hospitales de Gran Bretaña , dijeron este viernes las autoridades, al extenderse el escándalo por carne adulterada más allá de los supermercados.

Los resultados de los análisis fueron difundidos después de que las autoridades británicas de seguridad para los alimentos ordenaran a los supermercados y proveedores examinar todas las carnes procesadas que tuvieran la etiqueta de que son de res para detectar si contenían carne equina.

Whitbread PLC, la empresa hotelera y restaurantera más grande de Gran Bretaña, dijo que se detectó ADN de caballo en lasaña y hamburguesas ofrecidas en sus menús.

La empresa, cuyas sucursales incluyen los hoteles Premier Inn y las cadenas restauranteras Brewers Fayre y Beefeater Grill, expresó que está "estupefacta y molesta por esta falla en la cadena de abastecimiento de carne procesada".

Las autoridades también dijeron que contenía carne de caballo el pastel de carne surtido a 47 escuelas del condado de Lancashire, en el norte de Inglaterra, así como las comidas servidas en hospitales en Irlanda del Norte.

David Bingham, de la Organización de Servicios Empresariales del servicio de salud, dijo que fueron retirados los alimentos para hospitales de un proveedor de la República de Irlanda.

Diversas cadenas británicas de supermercados, como Morrisons y Tesco, dijeron que los análisis a sus productos dieron resultados negativos en cuanto a si contenían carne de caballo.

Duncan Campbell, inspector británico de alto rango en asuntos de alimentos, dijo que los resultados pueden dar una panorámica de la dimensión que ha alcanzado la adulteración de carnes con carne de caballo, situación que ha propiciado el retiro de muchos productos en los supermercados en toda Europa.

Campbell dijo a la BBC que cree "que saldrán otros casos más adelante".

"Cuanto más gente busca carne de caballo, más productos se han encontrado que la contienen. No creo que hayamos llegado al fondo del asunto todavía", agregó.

Las autoridades de diversos países de la Unión Europea decidieron este viernes continuar con un plan para efectuar inspecciones más intensivas a fin de detectar carne de caballo en alimentos etiquetados como carne de res.

Además, la carne de caballo será sometida a análisis para detectar si contiene fenilbutazona, también llamada bute, un medicamento antinflamatorio de uso veterinario cuya administración es ilegal en animales destinados al consumo humano.

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