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Bonos de Verizon, ¿entusiasmo desmedido?

Los inversionistas se agolparon sin reservas por los 49,000 mdd de deuda que emitió la firma; este tipo de ofertas son clásicas estratagemas de Wall Street para obtener jugosas comisiones.
jue 19 septiembre 2013 04:17 PM
La empresa de telecomunicaciones le dará ganancias a Wall Street de 265 mdd. (Foto: Getty Images)
verizon

Cuando has pasado hambre durante largo tiempo cualquier cosa te parece un  manjar. Eso explica la estampida que protagonizaron los compradores al engullir sin miramientos los 49,000 millones de dólares (mdd) de deuda récord emitida por Verizon.

Los inversionistas, en especial los grandes jugadores como las compañías de seguros y los fondos de pensiones, llevan años hambrientos de rendimiento a causa del programa de la Reserva Federal que ha fijado las tasas de interés a niveles extraordinariamente bajos. Así que a pesar de estar clasificada cerca del peldaño más bajo de grado de inversión, la oferta de deuda de la gran compañía suscitó un frenesí, atrayendo más demanda que bonos disponibles.

Más información:  Verizon emite deuda por 49,000 mdd.

Algunos inversores particulares, que no pudieron comprar directamente terminaron pagando una prima considerable en el mercado abierto. Por ejemplo, un amigo mío, ávido de rendimiento, que usó el fax de mi casa el día de la emisión, salió corriendo y logró trincar bonos de Verizon con maduración a 30 años con un rendimiento de 6.55%. Su precio: 106.261% del valor nominal. Esta prima casi iguala su primer año de ingresos por intereses. Pero mi amigo está feliz porque su actual rendimiento -el interés anual que recibe, dividido entre lo que pagó- es de 6.11% anual.

El tamaño de esta oferta fue realmente impresionante. Solo la deuda a 30 años (15,000 mdd de los 49,000 mdd emitidos) fue casi tan grande como la -hoy destronada- mayor oferta de títulos corporativos de la historia: la emisión de 17,000 mdd de papeles de Apple esta primavera.

La oferta de Verizon, como la de Apple y la OPI de acciones de Facebook de 16,000 mdd el año pasado fue una clásica jugada de Wall Street, hecha con la cooperación del emisor, para generar entusiasmo. En los tres casos hubo anuncios y filtraciones sobre el ánimo entre los compradores. El tamaño de la oferta fue creciendo y creciendo, haciendo que los compradores se sintieran cada vez más ansiosos de participar, lo que a su vez ayudó a agrandar la emisión. Algunos podrían etiquetarlo como un círculo virtuoso. Yo lo veo como echar carnada al agua para atraer a los peces.

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Wall Street, el gran vencedor

A Wall Street, por supuesto, le encantan las grandes ofertas. Cuanto mayor sea la oferta de deuda, mayor es la comisión: en el caso de los bonos de Verizon se embolsa 265 mdd, que se dividirán entre JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Barclays y otros jugadores. Además, colocar con éxito esa inmensa cantidad de títulos engendra otras operaciones de la misma envergadura.

En el caso de Apple y Facebook, las emisiones no lucieron tan maravillosas después de que se disipó el entusiasmo inicial. Sospecho que lo mismo podrá decirse de los bonos de Verizon.

La empresa necesitaba el dinero para pagar 130,000 mdd por la compra del 45% de Verizon Wireless, propiedad de Vodafone. Esta emisión, sumada a los 60,000 mdd en acciones de Verizon de nueva emisión que entregará a los accionistas de Vodafone, y varias otras transacciones, salda por completo la operación antes de que las tasas de interés a largo plazo suban más de lo que han aumentado desde mayo, mes en que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, comenzó a hablar de la "reducción" del estímulo.

Esta oferta de deuda es un movimiento muy astuto por parte de la firma, y de quien haya aconsejado a la compañía pagar más que la tasa de interés vigente con el objetivo de generar un frenesí de compras. La compañía se ha asegurado toneladas de dinero a un precio que, en mi opinión, será visto como una ganga.

El principal mercado para los bonos a largo plazo vendidos por la empresa son las compañías de seguros y los fondos de pensiones que tienen obligaciones a muy largo plazo y predecibles, como son las futuras reclamaciones de seguros de vida o los pagos de anualidades o pensiones. Estos inversores institucionales han estado muy hambrientos de rendimiento, y ahora están encantados de haber conseguido algo.

Esta operación también brinda una lección si atendemos a la historia. Hace años, cuando la corporación era un competidor regional llamado Bell Atlantic, tuvo varias oportunidades de comprar (por mucho menos que 130,000 mdd) los activos que Vodafone finalmente canjeó por el 45% de su participación en Verizon Wireless. El hecho de que Verizon ahora se sienta obligado a pagar 130,000 millones de dólares por estos bienes muestra lo rápido que está cambiando el mundo de las telecomunicaciones.

El negocio de la telefonía fija de este gigante está agonizando más rápido de lo previsto, y el cambio tecnológico reviste todo tipo de desafíos para otras empresas de Verizon, como la banda ancha. La obsolescencia y los nuevos riesgos que trae la tecnología no pueden ser medidos con precisión por los calificadores de bonos... por nadie, de hecho.

Los bonos de Apple, otrora tan demandados, ahora se venden muy por debajo de su valor nominal. Las acciones de Facebook sufrieron una fuerte caída antes de recuperar su precio de salida de 38 dólares (cotizan en 44 dólares al momento en que escribo esto).

Preveo que, con el tiempo, los nuevos bonos de la firma estarán vendiéndose por debajo de su valor nominal en vez de mantenerse en sus altos niveles actuales. Pero Wall Street, de eso podemos estar seguros, no devolverá los honorarios cobrados.

Este artículo pertenece a la edición de Fortune del 7 de octubre de 2013.

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