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¿Por qué Google debería comprar Tesla?

Las adquisiciones de Google están enfocadas en nuevas áreas de oportunidad y no en sus competidores; el sector automotriz es uno de los objetivos que más interesan a la empresa de tecnología
lun 03 marzo 2014 02:16 PM
La Comisión Europea realiza audiencias para discutir sobre la digitalización de libros realizada por Google. (Foto: AP)
google-3-AP.jpg (Foto: AP)

Cuando Facebook adquirió a WhatsApp la semana pasada por 19,000 millones de dólares, se diferenció de los líderes tecnológicos de generaciones pasadas como Apple y Microsoft. Facebook ha decidido que quiere poseer el espacio social hoy y en el futuro, y está dispuesto a pagar un precio excesivamente alto para asegurar la propiedad de jugadores en ascenso que algún día podrían desafiarlos. Por el contrario, Apple y Microsoft creyeron que podían alcanzar y sobrepasar a los nuevos participantes en el mercado (y ambos con frecuencia, si bien no siempre, lo conseguían) y por lo tanto rara vez pagaron más por sus adquisiciones.

Tal vez en otra ocasión explore qué compra podría hacer Microsoft para asegurarse un mayor control sobre su dominio en el futuro. Pero por ahora, la adquisición de WhatsApp me puso a pensar en la próxima adquisición de Google. Dado que Google mantiene un control férreo sobre su principal dominio, la búsqueda, una estrategia de fusiones y adquisiciones es expandirse a nuevas áreas de oportunidad en lugar de adquirir a los competidores de la próxima generación (pues no hay rivales a la vista). ¿Y qué mercado ofrece una oportunidad lo bastante grande para tentar a Google? El automotriz. El mercado mundial de automóviles totalizó en 2013 unos 2,000 millones de dólares, lo suficiente para despertar el interés de Google. La compañía, no obstante, necesitará adelantarse a la existente tecnología automotriz para tener una ventaja frente a la afianzada competencia en el sector. Y afortunadamente la tecnología ha progresado hasta el punto en que esto es posible.

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Tras años de ofrecer solo mejoras incrementales, la industria del automóvil se ha acercado a un período de cambio radical. Durante las próximas décadas, los vehículos serán más autónomos y estarán alimentados totalmente por batería. Google ha aprovechado la oportunidad de convertirse en líder pionero en tecnología para coches autónomos o vehículos que se conducen solos (conocidos bajo el acrónimo AC o autonomous cars). Pero su prueba beta demanda el uso de automóviles de terceros para reequiparlos con tecnología de Google. Esto limita la capacidad de Google para optimizar al máximo el producto terminado. Google tampoco tiene la tecnología -en el campo de las baterías- para crear un vehículo eléctrico autónomo (AEC, por sus siglas en inglés), que creo será el coche del futuro. Para liderar la transformación acaso necesite construir sus propios coches.

Y aquí es donde entra en juego Tesla, una automotriz que reúne muchas de las características que la hacen un objetivo de adquisición ideal para Google. Si Google adquiriera Tesla, podría acelerar el desarrollo de los vehículos eléctricos autónomos. Google tendría acceso a la avanzada tecnología de Tesla en el ámbito de las baterías, su fabricación de vanguardia, y sus talentosos ingenieros que, combinados con su propia tecnología y entorno innovador, proporcionarían una base sólida para el desarrollo e implementación de las características necesarias y deseadas en un vehículo AEC. Como Tesla es tan avanzada a la hora de manufacturar e introducir tecnología en un auto, podría proporcionarle a Google una buena oportunidad para crear un AEC que sea atractivo a un precio comercial.

Las dos tecnologías clave en un vehículo AEC son la batería y la tecnología Lidar (el radar láser). Google ha tomado autos normales de Toyota, Audi y Lexus y los ha provisto con equipos que ascienden a unos 150,000 dólares para convertirlos en vehículos robóticos. El sistema Lidar consume unos 70,000 dólares de esa cantidad. Lidar es una tecnología de teledetección que emplea el láser para crear un mapa detallado en 3D del entorno o alrededores de un coche. Esta información, aunada a los datos del sistema de localización GPS y a los mapas de alta resolución de Google, se incorpora después en los algoritmos que controlan el movimiento del coche.

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En cierto modo, se trata de una versión (mucho) más sofisticada de la aspiradora robótica Roomba, que se encuentra en millones de hogares, este artefacto mapea la distribución de una habitación y luego determina una ruta para limpiar el suelo que asegura total cobertura cruzando una distancia relativamente mínima. Por supuesto, la aspiradora Roomba se desplaza a una fracción de la velocidad de un coche y no lastima a nadie si choca. Del mismo modo, una versión más sofisticada de Roomba, Anki, ya ha demostrado que la robótica y la tecnología de Inteligencia Artificial para los vehículos sin conductor es posible. La aplicación Anki se encuentra actualmente en pañales, pero presagia el potencial de los vehículos autónomos.

De hecho, los coches actuales ya tienen características AEC. Ford, por ejemplo, tiene unos modelos que se estacionan solos, incluso en un espacio reducido. El radar, el control de crucero y el GPS ya vienen de serie o como opción en la mayoría de los vehículos. Y algunos incluso tienen control de crucero adaptativo que aminora la velocidad del auto cuando se acerca demasiado a un vehículo que va adelante.

El correcto maridaje de jugadores (Google y Tesla) podría acaparar al menos el 5% de los dólares del mercado automotriz en 10 años, estamos hablando de entre 100,000 y 200,000 millones de dólares en ingresos.

*Mike Kwatinetz es un socio fundador de Azure Capital Partners, donde se especializa en software y tecnologías. Posee acciones de Tesla y Facebook. Esta publicación pertenece a su blog, SoundbytesII.

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