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Clorox, una ‘manchita’ para Carl Icahn

El inversor es investigado por el FBI, pero especialistas señalan que la acusación es débil; la indagatoria incluye a Phil Mickelson y William Walters por uso de información privilegiada.
lun 02 junio 2014 08:58 PM
La investigación se centra en la negociación sospechosa de acciones de Clorox. (Foto: Reuters)
icahn

El FBI investiga a Carl Icahn, Phil Mickelson y William "Billy" Walters por posible tráfico de información privilegiada en el mercado de valores.

Pero los expertos legales opinan que a los fiscales federales les resultará difícil probar que el inversor, el golfista y el magnate de las apuestas realmente violaron la ley de valores.

“No creo que el FBI tenga una teoría jurídica clara y coherente sobre haber violado las leyes de información privilegiada”, opinó el profesor de derecho bursátil en la Escuela de Derecho de Columbia, John Coffee.

La investigación, dada a conocer por primera vez por el diario Wall Street Journal la semana pasada, se centra en la negociación sospechosa de acciones de Clorox ocurrida hace casi tres años.

No se ha presentado ninguna acusación por conducta indebida y la investigación seguramente no hallará alguna. Icahn y Mickelson han dicho que no hicieron nada malo. Walters no ha respondido a las solicitudes de comentarios.

Los detalles son escasos, pero la averiguación se centra en las operaciones que Mickelson y Walters pudieron haber realizado con acciones de Clorox en el momento en que Icahn anunció su interés en comprar a la compañía especializada en productos de limpieza.

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Icahn envió una carta al CEO de Clorox en julio de 2011 ofreciendo deslistarla de la Bolsa en un acuerdo valorado en 12,600 millones de dólares (mdd).

La noticia hizo que el precio de las acciones de Clorox se disparara. En teoría, cualquier persona que estuviera enterada de antemano del anuncio podría haber comprado títulos de Clorox por adelantado para luego venderlos por una pequeña ganancia en la racha alcista que siguió.

Pero eso no se ajusta necesariamente a la definición legal de insider trading o uso indebido de información privilegiada, explicó Coffee. “No basta con demostrar que se divulgó información no pública. Tienes que demostrar que hubo un incumplimiento del deber fiduciario”, señaló.

Icahn era dueño en ese entonces de una participación significativa en Clorox, pero no tenía ninguna obligación legal de actuar en interés de los accionistas de Clorox. Lo mismo puede decirse de Mickelson y Walters.

Coffee señaló que los fiscales podrían argumentar que Icahn incumplió su deber fiduciario para con los accionistas en su fondo de cobertura Icahn Enterprises. Pero incluso bajo ese supuesto, el Gobierno tendría que probar que las motivaciones de Icahn no respondían al interés de los inversionistas en su fondo.

En este caso, los accionistas en el fondo de Icahn se habrían beneficiado toda vez que su carta causó el alza bursátil de Clorox.

El hecho de que Icahn enviara una carta a Clorox, en lugar de lanzar una “oferta oficial de compra”, también es revelador, pues las reglas que gobiernan el uso de información privilegiada en una oferta pública de adquisición son más estrictas, apuntó Coffee.

En cuanto a Mickelson, el Gobierno tendría que probar que el famoso golfista sabía que estaba recibiendo información de una fuente interna, expuso Elliott Lutzker, ex abogado de la SEC que hoy es socio del bufete Davidoff, Malito & Hutcher LLP.

Todo parece indicar que Mickelson e Icahn no se conocen. Pero se sabe que Mickelson y Billy Walters, un ex jugador de golf, son amigos.

Aún así, incluso si Walters le dio a Mickelson un ‘tip’ bursátil, eso no prueba que Mickelson sabía que estaba usando “información material no pública”, comentó Lutzker, quien cree que la investigación continuará y podría implicar a otros individuos, “pero es un caso muy débil en estos momentos”.

La investigación del FBI se produce en el marco de un operativo federal de larga data para combatir el insider trading.

El Fiscal de Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, Preet Bharara, ha logrado decenas de condenas por tráfico de información privilegiada desde que asumió el cargo en 2009.

El año pasado, SAC Capital, el enorme fondo de cobertura dirigido por Steve Cohen, aceptó declararse culpable de cargos penales de uso de información privilegiada y pagó una multa récord de 1,800 mdd.

Raj Rajaratnam fue otra gran victoria que se anotó el Gobierno estadounidense. En 2011, el gestor de fondos de cobertura fue condenado a 11 años de prisión -una sentencia inédita por el uso de información privilegiada- y a una multa de 10 millones de dólares. También tuvo que entregar los activos incautados.

Y otra celebridad más está en problemas: Mark Cuban, dueño de los Mavericks de Dallas y estrella del reality show Shark Tank, está demandado por la SEC por intercambio sospechoso en una empresa de software en 2004.

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