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5 datos básicos para ser una pyme exportadora

El desconocimiento de los mercados internacionales pone en desventaja a pequeñas y medianas firmas; el crecimiento económico y la estabilidad de la moneda integran la información más importante.
jue 20 noviembre 2014 06:00 AM
Las exportaciones del primer trimestre cayeron 3.4% respecto al año previo. (Foto: Getty Images)
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Información como hábitos de consumo en el país objetivo, situación económica, distancias, exigencias legales, medios de transporte y necesidades del mercado son algunos de los aspectos que se deben considerar antes de iniciar un proceso de exportación de productos.

Cuando un empresario toma la decisión de exportar parte de su producción a un país específico, debe estar atento al comportamiento económico de dicha nación y como parte de este análisis previo debe considerar cinco indicadores básicos que le darán una mejor idea, dice William Steinwascher Sacio, docente del campus León del Tecnológico de Monterrey.

Pese a que en 2014, el número de pequeñas y medianas empresas (pymes) que exportan sus productos podría crecer entre 15 a 20%, según estimaciones de la firma TGC Global Commerce, son apenas 40,000 las pymes que venden sus productos al exterior y esto se debe en gran medida al desconocimiento que tienen los emprendedores de los mercados internacionales y del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior.

Sólo 1.0% del total de 4 millones 15,000 pymes exportan sus productos, de acuerdo con datos al 2012 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior.

Los Básicos

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1. Crecimiento económico

El Producto Interno Bruto (PIB) es el indicador mundialmente aceptado para determinar la capacidad de demanda de un mercado.

“Es atractivo exportar a países con altos crecimientos económicos porque con seguridad demandarán productos y servicios de otros países. Un crecimiento menor a 3% ya indica una desaceleración económica, y mientras más bajo sea, menor será la capacidad de compra de sus empresas y población”, explicó.

2. El PIB por habitante

Este indicador permite determinar la capacidad de compra que tiene el mercado, ya que indica cuáles son los ingresos por habitante del país anfitrión, destacó.

“Los habitantes de China, India y Brasil tienen ingresos muy inferiores al que tiene la población mexicana, esto quiere decir que nuestros productos serán caros para ellos y que para ser competitivos tenemos que bajar nuestros precios y reducir márgenes de utilidad. El empresario debe analizar tanto el valor del ingreso por habitante como el crecimiento de este indicador”, añadió.

3. Estabilidad de su moneda y tipos de cambio

En este punto, Steinwascher detalló que se puede considerar una moneda estable aquella donde la variación de sus tipos de cambio es menor al 10% con respecto a su promedio. Por ejemplo, la variación del tipo de cambio del peso mexicano, peso chileno y el sol peruano con el dólar de Estados Unidos durante el año 2013 fue de entre 7% y 5%.

“Mientras mayor sea la variación, mayor será la incertidumbre de los ingresos que reciba del exterior. Muchos empresarios realizan sus exportaciones en dólares y eliminan este riesgo de tipo de cambio; sin embargo, podrían hacer sus productos y servicios más caros o baratos en el país destino”.

4. Facilidad de control, transporte y coordinación

“Mientras más cerca esté el país destino, más fáciles serán las operaciones de comercio exterior y menos tiempo tomarán. La cercanía geográfica abarata los costos de transporte y viajes comerciales, tiene varias opciones de transporte y múltiples ciudades de destino. Además, todos los habitantes estamos en un rango de 5 zonas horarias, lo que facilita que las agendas de negocios coincidan para realizar trámites y gestión comercial”, precisó.

5. Gustos y preferencias de los consumidores en el país

Para el experto, los empresarios deben conocer los gustos y preferencias de sus clientes porque sus productos pueden ser demandados en diferentes cantidades y presentaciones. Esto requiere que los emprendedores sean sensibles a las necesidades de la población objetivo y desarrollen flexibilidad productiva para poder adaptar las especificaciones de sus productos de acuerdo a los usos y costumbres de sus nuevos compradores.

Por ejemplo, una pyme de jugo de limón puede producir para el mercado mexicano en presentación individual (355 ml) y encontrar que en el país destino lo prefieren en envase familiar (750 ml).

“El que los países latinoamericanos tengamos un mismo idioma y una historia similar no garantiza que nuestros gustos y preferencias sean similares, por lo que es necesario conocer bien al mercado destino”, recalcó.

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