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¿Quién comprará a los bancos de EU?

Las empresas de capital privado parecen tener intenciones de invertir en los bancos otra vez; pero los reguladores estadounidenses podrían obstaculizar el número de acuerdos posibles.
lun 01 junio 2009 06:00 AM
BankUnited fue adquirido por un grupo de firmas de inversionistas privados en mayo. (Foto: Reuters)
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Hay muchos bancos débiles, pero también hay muchos inversionistas con mucho dinero, así que, ¿por qué no se han creado más acuerdos entre ellos dos?

A pesar de la caída repentina en la industria bancaria desde el otoño pasado, las empresas de capital privado han hecho sólo unas cuantas movidas en los bancos estadounidenses. Sí, resulta sorprendente ya que muchas empresas de capital privado son conocidas por hacer "inversiones buitre", esculcar entre los cadáveres de empresas destrozadas para encontrar algún valor oculto.

Aunque esto puede estar cambiando lentamente: los negocios que compran las partes de otras compañías (cuyo auge se dio en la década de los ochenta bajo el apodo de "bárbaros en la puerta") comienzan a analizar a profundidad algunas empresas financieras.

La semana pasada, el prestamista fracasado de Florida, BankUnited, fue comprado por un grupo de compradores de partes, incluyendo a WL Ross & Co., Carlyle Investment Management and Centerbridge Capital Partners.

Los altos ejecutivos de Blackstone Group, otro participante del acuerdo de BankUnited y un jugador importante de capital privado, resaltó el interés de invertir en el sector de servicios financieros en las últimas semanas.

Una fuente cercana a la compañía con base en la ciudad de Nueva York, dijo que la compañía consideraba el alza de otros cuarenta acuerdos con bancos antes de acceder a hacer equipo con otros para comprar los activos de BankUnited.

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A simple vista parecería que ahora es el momento para que los compradores de partes comenzaran a comprar bancos.

Mientras que los niveles de recaudación de fondos están a la baja desde antes de los días de la ruptura de créditos, las empresas de capital privado, como conjunto, tienen mucho dinero que podría ser usado para hacer más inversiones. Los compradores de partes estadounidenses cuentan, por sí mismos, con aproximadamente 605,000 millones de dólares en capital no asignado, según la empresa londinense de investigación y consultoría Preqin.

Los reguladores bancarios ya comenzaron a relajar algunas de sus reglas para motivar a estos compradores a invertir en los bancos que aún padecen escasez de capital.

La semana pasada, la FDIC (Corporación Federal de Seguro de Depósitos por sus siglas en inglés) señaló sus intenciones de hacer el papel de cupido con la promesa de ofrecer "lineamientos de políticas" prontas para los compradores que quieren tener participaciones de los prestamistas en problemas.

"Definitivamente es importante reconocer que el buen capital fuera de la industria bancaria es muy útil en este momento", como dijo Gerard Comizio, miembro destacado del grupo de servicios financieros en el despacho legal Paul Hastings.

Aún así, los inversionistas de capital privado siguen muy cautelosos, y por una buena razón.

Varios compradores de partes resultaron afectados por invertir en bancos en problemas. TPG y Corsair Capital invirtió una combinación de 14,000 millones de dólares en Washington Mutual y National City hace más de un año, sólo para ver desaparecer sus respectivas inversiones meses después.

La incertidumbre sobre la dirección de la economía estadounidense y de las pérdidas por préstamos, sobre todo en el campo de los bienes raíces comerciales, han atenuado los intereses de los inversionistas. 

Con esto en mente, los reguladores estuvieron de acuerdo en participar en las pérdidas como parte del acuerdo de BankUnited. Lo hicieron también en la venta del prestamista hipotecario de California, IndyMac, a un grupo de inversionistas a principios de este año.

El control de Washington

Los reguladores bancarios ya hicieron varias concesiones a inversionistas de capital privado durante los últimos meses para permitir que el capital fluya a los bancos que lo necesitan.

Por ejemplo, la Reserva Federal comentó en septiembre que las empresas no bancarias pueden controlar hasta un tercio del banco y también les permitió tener mayor presencia en la junta directiva. Antes de eso, las entidades no bancarias tenían restringido poseer más de un 25% de participación en un banco o ahorro.

Al mismo tiempo, tanto la Oficina Estadounidense del Contralor de la Moneda (OCC, por sus siglas en inglés) y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés),liberaron programas a finales del año pasado con la intención de facilitarle a los compradores en potencia la adquisición de bancos fallidos.

"Es fácil perder de vista el hecho de que el gobierno ha tenido un enorme progreso al abrirle las puertas a la propiedad privada para hacerse de bancos", como dijo Jaret Seiberg, analista de políticas para el grupo de investigación Concept Capital de Washington.

Aún así, hay quienes creen que las restricciones reguladores siguen siendo el principal obstáculo para los inversionistas de capital privado que buscan apostar en el sector financiero estadounidense.

Muchos expertos argumentan que esta política está arraigada en la noción de que no debería permitírsele a las compañías estadounidenses involucrarse tanto en actividades comerciales como en la banca.

Entre otras cosas, los reguladores temen que una institución no financiera (digamos, compradoras de participación) pueda hacer uso de un banco que ellos hayan comprado para limitar el crédito de los competidores o vacíen el depósito de los bancos al hacerse de recursos para financiar sus operaciones comerciales.

Dado que a algunas empresas de capital privado le pertenecen cientos de otros negocios en cualquier momento, los expertos dicen que aquí podría haber un gran conflicto si se les permite controlar un banco.

Algunos compradores de partes han logrado evitar estas restricciones mediante una estructura "silo", en la que su inversión en un banco está separada con un muro de sus otras inversiones. La empresa privada Matlin Patterson, por ejemplo, convenció a la Instancia de Supervisión de Ahorros con este tipo de enfoques cuando compró al ahorro Flagstar de Michigan a principios de este año.

Pero esta transacción alteró a algunos legisladores y reguladores bancarios.

La Reserva Federal, que supervisa una porción de la industria bancaria nacional, ha indicado que una empresa que compra un banco debería estar dispuesta a acatar el concepto de "fuente de poder", es decir, que el comprador deberá acceder a reunir todos sus recursos para ayudar a un banco a salir de sus problemas financieros.

"Ninguna empresa privada quiere hacer esto ya que es una aportación ilimitada de capital", como dice Hal Scott, profesor de la Facultad de Derecho de Harvard quien también funge como director del Comité de Regulación de Mercados Capitales. Ese grupo publicó una serie de recomendaciones reguladoras esta semana, incluyendo la remoción de restricciones a empresas privadas dueñas de bancos.

Otros expertos plantean la posibilidad de estos cambios como "ligeros", incluso cuando los reguladores convenzan a los compradores de partes a invertir más en la industria bancaria nacional.

Como resultado, los bancos hambrientos de capital y el mundo comprador de participaciones tendrán que lidiar con este estatus quo. De aquí saldrán más acuerdos, pero no la superabundancia que ambas industrias esperan.

 

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