Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

En la búsqueda de los negawatts

Servicios Energéticos (ESCOS) crean un nicho verde y rentable, al optimizar energía.
mar 27 enero 2009 06:17 PM
Santiago Barcón y su equipo en Inelap-Arteche hacen ganar a sus clientes, a través de la eficiencia energética. (Foto: Carlos Aranda / Mondaphoto)
Escos (Foto: Carlos Aranda / Mondaphoto)

Por meses, Santiago Barcón y su equipo en la empresa Inelap-Arteche, trabajaron en un análisis técnico-financiero para llevar una propuesta de negocios a su cliente.

Esta tarea no es nueva para Barcón, que ha dirigido por más de 18 años a esta empresa de servicios energéticos (Energy Service Company, ESCO). Y como casi siempre sucede, esta vez está por llevar buenas noticias a su cliente, una siderúrgica de mediano tamaño, que podrá ahorrarse poco más de 100,000 pesos en su facturación mensual de electricidad con la instalación de equipos que aumentarán el factor de potencia de su red eléctrica sin que tenga que pagar nada.

Los directivos de la siderúrgica aceptaron los términos del proyecto de Barcón: accedieron a que 90% de los ahorros que se generen durante 36 meses sean el pago de la ESCO Inelap-Arteche.

Así, sin destinar flujos de efectivo adicionales a su facturación de electricidad, la Siderúrgica recibiría 10% de los ahorros generados y podrá deducir fiscalmente 100% de los pagos a Inelap.

Al mismo tiempo, podrá acceder a los equipos a un costo marginal tras ese plazo.

La instalación y mantenimiento de los equipos para eficientizar el consumo eléctrico corre a cargo de la ESCO, que también provee un seguro de responsabilidad profesional por eventuales daños a su producción y/o propiedad.

Publicidad

Todo quedará sellado en un contrato basado en el desempeño, en el que el pago a Inelap será variable, según el ahorro real en el mes.

La siderúrgica reducirá emisiones de dióxido de carbono (CO2) equivalentes a lo que 5,000 árboles eliminan en un día, pero pese a los beneficios del esquema de las ESCOS, este tipod enegocios no se ha masificado, dicen, por la falta de una difusión adecuada.

"Las ESCOS son un concepto que está en su fase de lanzamiento. Se han hecho algunos proyectos pero sólo se han tomado negocios altamente rentables, por ello, el efecto multiplicador del ahorro de energía no se ha dado...", reconoce Barcón.

Las ESCOS son un modelo creado en los años 70 en Estados Unidos, el país líder en la materia con cerca de 1,000 compañías dedicadas a este tipo de consultoría e ingresos cercanos a 5,000 millones de dólares (mdd) al año.

Con menores proporciones le siguen Alemania, en donde existen 500 empresas dedicas a este servicio, con un potencial de ahorro vía contratos de desempeño de 660 mdd; Brasil, con 100 mdd; y Japón, con 62 mdd. En México sólo hay siete de estas empresas registradas.

"Me parece que se debería dar mayor impulso a la búsqueda de los llamados ‘negawatts negativos' es decir, los watts que se pueden ahorrar en la actividad industrial, pero para que eso sea posible, los países que lo realizan deberían otorgar subsidios, como se ha hecho hasta ahora", señala Barcón.

Según el Fondo Mexicano de Carbono (Fomecar), el potencial de reducción de emisiones en México es de 100 millones de toneladas de CO2 al año. Pero sólo se han registrado ante la Junta Ejecutiva de Naciones Unidas 100 proyectos mexicanos, que representan reducciones por cinco millones de toneladas de este gas.

Por lo anterior, señala el fondo, existe un potencial de reducciones de 95%, que implicarían ingresos estimados por unos 1,650 millones de euros (casi 2,100 mdd) anuales.

"El acceso al financiamiento de eficiencia energética es la principal barrera en muchos de los países en desarrollo, por lo que deben implementarse mecanismos específicos de apoyo", señala un estudio del Consejo Mundial de Energía.

Las Escos de economías emergentes --explica el documento--son empresas independientes, por lo que requieren de garantías para acceder a créditos bancarios y soporte financiero.

Brasil es un caso de éxito en el apoyo a las empresas de Servicios energéticos. El gobierno creó el organismo Apoyo a Proyectos de Eficiencia Energética (Proesco), que vía el Banco Nacional de Desarrollo Brasileño (BNDES), comparte más de 80% del riesgo crediticio de cada proyecto, mientras que el 20% restante es asumido por un banco intermediario.

Muchos de estos proyectos son financiados a través del sistema de bonos de carbono, emitidos por el Banco Mundial.

En México ya existen estos apoyos, pero sólo para grandes proyectos. Es el caso de la planta de generación de biogás, Bioenergía de Nuevo León, pionera en Latinoamérica en usar energías renovables.

Bioenergía de Nuevo León busca ampliar su capacidad de generación para reducir un millón de toneladas de CO2, que equivale a remover 90,000 autos de circulación o plantar 970 hectáreas de bosque.

A la cabeza del proyecto está Sistemas de Energía Internacional (Seisa), empresa mexicana del Grupo GENTOR, en la que se ha invertido más de 100 mdd en ESCOS, con las siete plantas de cogeneración que opera.

En la mayoría de los casos la cogeneración es una solución energética más económica y eficiente, comparada con un sistema tradicional que toma energía de la red de ciclo abierto y desperdicia calor.

La cogeneración produce su propia energía térmica, lo que a su vez permite una eficiencia energética mayor de 70%, con lo que se ganan 22 puntos porcentuales más de eficiencia respecto de la generación convencional, explica Jaime Saldaña, director general de Seisa.

En la industria hotelera las ESCOS son más demandadas por sus sistemas de recuperación de calor y sistemas alternos de calentamiento.

Los grandes hoteles recuperan el calor de equipos como aires acondicionados y chillers para calentar el agua de servicios o de las albercas, que representan 50% de su consumo de combustible; incluso utilizan el agua de mar para enfriar su equipo de aire acondicionado.

A escala internacional este tipo de Escos enfrenta una fuerte competencia, debido a que el mercado de bonos de carbono empieza a presentar cuellos de botella, en la medida que aumentan en el mundo los proyectos de eficiencia energética, sobre todo chinos, que de acuerdo con los especialistas llegan al board por decenas.
Esto hace que la aprobación de créditos se alargue hasta un año. Las garantías posibilitan tasas de retorno mayores y representan la única fuente de repago en caso de proyectos de energías renovables.

Para el resto de las ESCOS, los apoyos son inaccesibles. "Los créditos de ahorro de energía no han despegado para conseguir bonos de carbono, ya que piden ahorros energéticos muy altos, es decir, tendría que llegar a una planta del tamaño de Hylsa y ahorrarles de 15 a 20%, lo cual no sucede", explica Barcón, quien remarca que esas empresas ya cuentan con sistemas bastante avanzados y sólo se pueden lograr ahorros de máximo 3 a 4%.

Manuel de Diego, director general de Consultores en Energía, propone la creación de una ventanilla en Fomecar en donde se pueda llevar proyectos pequeños para ser evaluados, o unir varios proyectos para que el organismo lo gestione para que la banca privada decida financiarlos, con base en la factibilidad del proyecto, más que en la capacidad económica de quien lo propone.

"Por el momento, los bancos prestan a quien les demuestra que no lo necesita... actualmente lo que funciona son proyectos de una línea, de un proveedor o de un consultor que tiene una especialidad, y con proyectos restringidos en la variedad, en la inversión y en el tiempo de recuperación. En cuanto lo empezamos a optimizar, a tratarlo de hacer más integral para que el rendimiento sea mejor y más jugoso, los riesgos aumentan, sobre todo cuando el usuario no quiere intervenir y dar su parte de garantía", lamenta.

En tanto estos escollos continúen, De Diego sigue en pie contra el vendaval y dependiendo generalmente del financiamiento que provee el propio usuario.

Tal es el caso de una agencia automotriz en la que se propuso cambiar el contrato con la Comisión de Luz y Fuerza del Centro y pasar a media tensión, tras instalar una subestación. En el proceso se descubrió un error de facturación que, tras año y medio se llegó a comprobar y la paraestatal realizó una devolución de 810,000 pesos.

"El proyecto ya era un bueno con el cambio de tarifa y cambio de lámparas y algunos controles. Hubiera sido atractivo aun sin los cobros indebidos", resalta De Diego, la facturación de la agencia pasó de 50,000 a 7,000 pesos promedio.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad