No todas las certificaciones son iguales
Existen muchas organizaciones en el sector de la construcción que ofrecen certificaciones de toda índole, por lo que es preciso saber cómo elegir a la institución correcta.
Para aspirar a una certificación, hay que contar al menos con un documento normativo de conocimiento público que establezca con objetividad las características o requisitos a satisfacer, así como los medios documentados para la comprobación y la infraestructura correspondiente.
Una organización que ofrezca servicios de certificación debería ser reconocida pública y jurídicamente y debería contar con un sistema documentado y con procedimientos específicos y auditados externamente para evaluar y, en su caso, otorgar la certificación; amén de contar con auditores y expertos calificados, con los servicios de laboratorios de ensaye y/o calibración acreditados.
También debería dar seguimiento a la certificación, para comprobar el cumplimiento con los documentos normativos y contar con mecanismos que permitan proteger y evitar la divulgación de propiedad industrial o intelectual del cliente.
Una obligación ineludible sería la de abstenerse de ofrecer asesorías o consultorías a fin de no caer en conflicto de interés.
Es preciso recordar que la certificación se evidencia en un documento fiable que asegura el cumplimiento con las exigencias o requisitos, lo que responsabiliza solidariamente al emisor, y por ende, también el certificador está obligado a responder por inconformidades durante la vigencia de la certificación.
En nuestro país existen diversos certificadores entre los que se cuentan universidades y tecnológicos; asociaciones y cámaras empresariales; colegios y asociaciones de profesionistas; empresas; organizaciones especializadas y hasta dependencias gubernamentales.
¿Cuáles de estas son confiables, consistentes, especializadas, capaces y solidarias?
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*Director Técnico del Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCCE).