Vivienda, tolerancia cero
Los cambios hechos al Artículo 73 de la Ley de Vivienda buscan frenar el desorden habitacional de las viviendas económicas y de interés social que caracterizan a las periferias urbanas, pero también alterarán la operación de los desarrolladores.
La normatividad, que entrará en vigor en enero de 2010, ya existía desde 2006, pero se focalizaba en el ordenamiento urbano, sin considerar al ciudadano.
Con los cambios, contemplará aspectos como conectividad, densidades medias, espacios públicos y recreativos, usos mixtos compatibles y servicios básicos que permitirán hacer ciudades habitables y sustentablemente viables.
Al desarrollador que insista en construir unidades antisociales "se le negará el financiamiento" desde la primera etapa, a nadie le va a interesar financiar viviendas que estén fuera de la ley, deja claro Sara Topelson, subsecretaria de Desarrollo Urbano de la Sedesol.
La medida traerá estandarización en la calidad de vida, además de que "se acabarán las dádivas, y el presupuesto realmente se utilizará a favor de más vivienda", explica Carlos Gosselin, presidente de Inmobiliaria CAME.
Pero hay quienes tienen sus reservas, como José Luis Camarillo, presidente de ARX, quien espera que las modificaciones "fomenten en lugar de que le aprieten las tuercas al desarrollador".
Es el "proyecto que todos soñamos... pero es incosteable", argumenta David Hernández Pérez, diputado panista de la Comisión de Vivienda de la Cámara de Diputados.
Añade que por decreto no es posible implementar calles de cuatro carriles: "Para 2011 pudieran verse algunos proyectos modelo: vivienda diferente por costo de suelo, como la vertical".
De cara a enero de 2010, los desarrolladores se aprestan para resentir los impactos económicos que pudieran venir de la mano de la nueva normatividad.