La vivienda de hoy
La problemática del mercado inmobiliario de vivienda popular y de tipo medio se evidencia en la disminución de los créditos otorgados en 2009, en la menor cantidad de empresas desarrolladoras, en la insuficiencia de capital liberado para continuar con los desarrollos, en el incremento de las tasas de interés de financiamiento y también en el aumento del inventario.
Nuestro país cuenta con la solidez bancaria para reactivar la recuperación del sector, pero el reto de este año es la ampliación de la economía formal y la confianza en los productos. Desde el punto de vista de los consumidores de vivienda, la calidad de los productos marcará en definitiva la elección.
Esto es propicio para reflexionar sobre la inercia en el diseño y en el negocio de la vivienda económica, que tradicionalmente se ha extendido en reservas territoriales de los desarrolladores que poco o nada tienen que ver con las necesidades de los posibles adquirentes: hoy las familias tienen diversos modelos de casas, la mayoría con equipamiento urbano básico o incipiente y distantes de los centros de trabajo.
La vivienda ha contribuido a disminuir las superficies cultivables por la negligencia de no revisar las políticas urbanas que privilegian los desarrollos horizontales sobre los verticales. Ahora es cuando deberíamos optimizar nuestros recursos para acabar con las ciudades ‘chimuelas', mediante el fomento de la densificación y un cambio que redundaría en una mejor calidad de vida.
La actualización de los planes y planos de uso del suelo enfocados a lograr una mezcla de densidades e intensidades de uso podría ‘acercar' la vivienda a las ciudades, así como lograr conjuntos o pequeños desarrollos que privilegien el tiempo destinado a la familia en lugar de ocuparlo en transportarse. La vivienda debe ser un instrumento que motive a una mejor calidad de vida.
onncce@mail.onncce.org.mx