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El testigo insobornable de la historia

Enrique Duarte propone una arquitectura que esté balanceada con el planeta y con las sociedades; recientemente ganó el premio AADAIH-Domus por el Hospital Regional de Alta Especialidad de Mérida.
mar 16 marzo 2010 02:59 PM
Duarte Aznar propone revisar los actos inerciales y pensar una arquitectura que esté balanceada con el planeta y con las sociedades que lo habitan. (Foto: Cortesía Duarte Aznar Arquitectos)
Enrique Duarte arquitectura yucatán obra (Foto: Cortesía Duarte Aznar Arquitectos)

El arquitecto yucateco Enrique Duarte parafrasea al escritor mexicano Octavio Paz y asegura que la arquitectura es un testigo insobornable de la historia, pues ha dejado invaluables obras de arte y testimonio de dioses, reyes, muertos y hombres poderosos.

Sin embargo, ahora el mundo parece haberse vuelto más pequeño y frágil, por lo que propone revisar los actos inerciales y pensar una arquitectura que esté balanceada con el planeta y con las sociedades que lo habitan.

En entrevista con Obras, destaca que la arquitectura contemporánea y futura tendrá que ser sensible a las grandes demandas urbanas, pues para 2050 deberá satisfacer a una población de 9,000 millones de seres humanos.

"No obstante, si bien son cada vez más numerosas las buenas obras de arquitectura, en nuestro estado (Yucatán) son escasas o nulas las buenas obras urbanas", aclara.

El egresado de la Universidad Iberoamericana opina que los arquitectos de su tierra natal trabajan con intensidad y profesionalismo para lograr una mejor arquitectura.

Y en cuanto al estilo yucateco, lo define como austero, donde la vegetación y el paisaje se revaloran progresivamente para beneficio de todos.

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El gran cenote hospitalario
En los meses recientes, Duarte recibió el premio AADAIH-Domus, que otorga la Asociación Argentina de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria, como reconocimiento al Hospital Regional de Alta Especialidad, ubicado en Mérida, Yucatán.

"Es un conjunto de edificios sembrados en medio de la selva subtropical, emulando un cenote, un centro ceremonial contemporáneo donde se rinde culto a la salud", describe el creador.

Esta obra hospitalaria tuvo un costo de 854 millones de pesos (mdp), y un tiempo de construcción de un año. El proyecto original sufrió varios cambios, lo que hizo que su tiempo de construcción no hubiera sido el esperado, pero esto fue aprovechado para mejorarlo.

Añade que la principal característica del inmueble es la omnipresencia de la naturaleza en todos los espacios de permanencia humana.

"Al realizar este y todos los proyectos, nuestro afán es vincular armónicamente al usuario con el sitio anfitrión, mediante la conciliación ponderada de factores como ecología, estética, economía, expresividad, ergonomía, estabilidad y eficiencia", concluye Duarte.

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