Resistencia del patrimonio funcionalista
El número 666 de la avenida Américas de Guadalajara, Jalisco, es un lote baldío que iba a albergar una gasolinera. Pero en otros tiempos fue una finca catalogada como inmueble de valor artístico relevante.
Era una construcción edificada en la década de los 60, que presentaba rasgos predominantes de funcionalismo, con elementos como planta libre, levantado sobre pilotes, ventanas horizontales, techos planos, uso de cantera y mosaicos de barro vidriado.
En octubre de 2009, el Comité de Dictaminación para el Centro Histórico, Barrios y Zonas Tradicionales del municipio de Guadalajara recibió una solicitud de demolición total del inmueble para abrir una gasolinera, pero el comité declaró improcedente la petición.
El 22 de octubre, el promotor se puso en contacto con la dirección de Patrimonio Artístico e Histórico, instancia que le informó que se trataba de una finca con valor artístico, por lo que sólo podía ser sujeta de intervención para darle un nuevo uso, pese a que ya había sido derrumbada parcialmente.
El propietario debía presentar un levantamiento arquitectónico y fotográfico; una propuesta de reutilización del inmueble; perspectivas de cómo quedaría emplazada la gasolinera y el dictamen procedente de uso de suelo. Además, tenía que pagar una multa por haber demolido una estructura sin los permisos correspondientes.
Sin embargo, en diciembre de 2009, el propietario llevó a cabo la demolición total, gracias a un dictamen emitido por el Departamento de Contingencias del municipio de Guadalajara. Con esto, la ciudad perdió un inmueble de gran valor patrimonial en una de las avenidas de mayor relevancia en el desarrollo urbano de la ciudad durante los años 60.