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El New York Times da la nota

A 157 años de su fundación refresca su imagen con una sede que pregona transparencia informativ
mié 29 octubre 2008 02:12 PM
Sin Pie de Foto
El proyecto arquitectónico es de Renzo Piano Building Worksh

Desde el 11 de septiembre de 2001, el edificio del New York Times es el primero de dimensiones significativas que se construye en la capital del dinero. El arquitecto italiano Renzo Piano se encontraba aquel terrible día con su familia en Nueva York. Profundamente marcado, durante el diseño de este nuevo rascacielos tuvo presentes aquellos sucesos, mismos que lo llevaron a incluir consideraciones técnicas para prevenir un desastre mayúsculo. No obstante, Piano es un convencido de que los edificios no son sólo un refugio para el hombre, sino que son poesía y, al mismo tiempo, “un desafío a la gravedad”. Aun así, su creador opina que por su aspecto general ésta es una típica torre neoyorquina.

Algo diferente
Bien podría ser un edificio más del saturado skyline de Manhattan, pero no lo es. A pesar de la modestia del arquitecto, el cuartel general del tercer periódico con mayor circulación de Estados Unidos y el más visitado en internet, es todo menos típico: se le ha denominado como el verdadero rascacielos del siglo XXI y el edificio más importante de la isla en décadas.

Cada uno de sus 52 pisos erigidos en la 8a Avenida entre las calles 40 y 41, que lo posicionan en el lugar 26 del ranking pro-verticalismo, hacen honor a otros aspectos más relevantes vinculados a su construcción y al cumplimiento de tres objetivos principales: mejorar la calidad de trabajo generando un ambiente cómodo y eficiente; cubrir a largo plazo las necesidades espaciales del diario, y reflejar los valores de la empresa haciendo una contribución a la ciudad, particularmente al afamado barrio que toma su nombre: Times Square.

Arthur Sulzberger Jr., presidente de The New York Times Company, manifiesta que no fue en vano la espera de siete años para concretar este sueño: “10,000 empleados están orgullosos por ser parte de esto; lo pueden testificar ya que no fue un cambio de sede convencional, sino una transformación en la concepción de los espacios de trabajo que inició en 1851 con nuestras primeras instalaciones en la calle Nassau”.

Ése era el motivo por el cual el Times celebraba la llegada del año 2000; podía sentirse optimista: los planes de trabajo y búsqueda de nuevas instalaciones caminaban en forma correcta. En febrero de ese año se anunció que la desarrolladora Forest City Ratner Companies (FCRC) sería el socio más importante del plan y en julio comenzaría la recepción de propuestas arquitectónicas de todo el mundo, entre las que se encontraba la realizada por la sociedad Renzo Piano Building Workshop y FXFOWLE Architects con base en Nueva York. Tres meses más tarde se anunció el fallo: serían ellos los encargados de realizar el proyecto ejecutivo. De acuerdo con los propietarios, la propuesta fue la que mejor interpretó la naturaleza del edificio y enfatizó la metáfora de transparencia informativa en un emblema material e icónico.

Visiones celestiales
Inaugurado en 2007, el edificio cuenta con 348 m de altura y una planta cuadrangular con volúmenes anexos hacia las calles secundarias. A nivel de banqueta integra tres accesos al vestíbulo, sólo uno de ellos es exclusivo para las oficinas —por la 8a Avenida— mientras que los correspondientes de las calles 40 y 41 conforman un andador interno similar al que atraviesa el MoMA de Yoshio Taniguchi. Sin embargo, esto no significa que sea un espacio cerrado; por el contrario, ahí se localiza el primero de muchos gestos que le otorgan singularidad al edificio: una intervención del artista local Ben Rubin y de Mark Hansen, profesor de estadística de la Universidad de California en Los Ángeles, integrada por 560 pequeños monitores que muestran titulares, fechas, cifras o sucesos históricos ocurridos a lo largo de la historia del diario.

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Desde ahí es posible encontrarse con el jardín interior conformado por abedules y musgos, que funciona como pequeño núcleo climático y remate visual de la redacción ubicada en un anexo de cuatro niveles en el lado Este de la torre y vínculo del segundo segmento de la zona pública donde se localiza el auditorio (ver planta). Renzo Piano decidió que este espacio debería permanecer cerrado y mantenerse como un escaparate digno de contemplación a través de las cancelerías ubicadas en su perímetro, que también tienen la finalidad de difuminar los límites entre interior y exterior. Así, el vestíbulo se encuentra completamente abierto pero protegido, al tiempo que se enfatiza la presencia de la estructura metálica de las columnas principales. En este pequeño anexo sus tres plantas superiores son conectadas por escaleras expuestas que permiten llegar hasta el balcón de fumadores y conectarse a la torre de forma directa.

Los primeros 28 pisos son ocupados por el Times. En el nivel 14 se encuentra la cafetería, un espacio de doble altura desde el cual pueden verse la ciudad y los componentes tecnológicos y estructurales que pisos abajo sujetan las más de 1,000 piezas de aluminio pintado que conforman el emblema del periódico en 33.5 por 4.6 m y que continúan con una piel de vidrio ultra claro. Ésta se sitúa detrás de las piezas cerámicas que componen un mismo patrón en toda la torre, suficientemente cerradas para dar sombra al edificio, y que se interrumpen a la altura de las ventanas de las oficinas para obtener un mejor control de ganancia térmica y luz natural. “Si bien la forma del edificio es simple y primaria —como la trama urbana de Manhattan— la doble fachada permite al edificio adaptarse a los colores de la atmósfera, ser un reflejo del contexto urbano que lo rodea”, ha dicho Piano. Sin embargo esta metáfora es controversial puesto que en la realidad no se ha percibido del todo. La mayoría de los días el edificio parece absorber mucho más el gris del contexto que la cromática poesía que menciona; además, actualmente se analizan cambios y adaptaciones de seguridad en el sistema de fachada ya que ha quedado completamente vulnerable ante los ascensos de “hombres araña” que la consideran blanco fácil de sus hazañas.

Así, en los pisos 19 al 51 se ubican diversas firmas de abogados y consultores, y al final, tal como se hiciera en el piso 28, en el 51 se aloja el cuarto de máquinas desde el cual se controla la canalización del agua captada de lluvia para llevarla a la cisterna ubicada en el sótano. Éste es el motivo por el que las fachadas superan el último nivel: ocultan los servicios y las máquinas por función y por aspecto, evitando que el edificio se disuelva hacia el cielo con poco éxito.

No sólo para la foto
Es cierto que su forma es tan estricta que no permite aligerar el peso de su presencia. La estructura es tan evidente que recuerda su condición programática más que conceptual. Pero éste no es un edificio que sea digno sólo para fotografiarlo, cumple con lo prometido a nivel sustentable y representa un cuestionamiento importante en relación a las certificaciones internacionales. No ha sido certificado ni lo será porque no es su finalidad última, además del costo que representa; sin embargo, el conjunto fue diseñado con tal cuidado que podría pasar estos procesos sin ningún problema.

En cuanto a la estructura, el sistema constructivo para colgar las piezas cerámicas para formar la pantalla implicó la utilización de vigas metálicas y perfiles en forma de “C” que trabajan en conjunto con contraventeos ligados a las columnas perimetrales en ambas direcciones.

A diferencia de lo que comúnmente se hace (contratar a un ingeniero para que resuelva el cuerpo estructural de un edificio diseñado), Renzo Piano comenta que para ellos fue importante desde el inicio tener pláticas con un equipo de estructuristas porque pretendían que todo el sistema fuera visible y se resolviera de forma integral con lo arquitectónico y sustentable. Lo anterior presentaba un reto manifiesto ya que no sólo debía cumplir con las cuestiones de seguridad o funcionamiento sino que el aspecto final debía ser sumamente estilizado en su fisonomía exterior. Por ello se estudió cada unión entre elementos estructurales considerando elongaciones y contracciones dentro de un máximo diferencial de 24°C, sumando un total de 25,000 toneladas de acero utilizadas. De éstas, un 95% es material reciclado; es decir, acero reunido y fundido especialmente con aleaciones solicitadas a detalle, producto de obras demolidas, desechos industriales o material de chatarra.

Una vez lista la distribución de la estructura, que priorizaba la amplitud espacial tanto vertical como horizontal de las plantas, Thornton Tomasetti, ingeniero a cargo, recurrió al equipo de Rowan Williams Davies and Irwin (RWDI) para realizar 24 combinaciones experimentales en el túnel de viento y determinar el comportamiento estructural del edificio de forma integral: desde la cimentación (apoyada en roca sólida) hasta las columnas, vigas y la antena de 91 metros que corona el edificio.

Sabiendo que la sustentabilidad era un compromiso integral se desarrollaron diversos sistemas que enfatizaron su importancia en relación con las instalaciones eléctricas, hidráulico-sanitarias, control térmico y de aire acondicionado. Son 184,965 tubos de cerámica los que integran la doble fachada del edificio. Cada barra mide 1.47 metros y estos elementos en conjunto con el sistema de distribución y filtrado de aire por piso permiten que los consumos energéticos disminuyan de manera palpable en un 30% y que la calidad del aire al interior esté libre de agentes contaminantes externos aun durante la noche; la planta de gas local facilita el 40% de la energía que el edificio consume y el control eléctrico permite que cada espacio sea iluminado bajo control de presencia, entre otros aspectos que lo hacen sustentable en los términos hasta ahora aceptados.

Primera plana
El proceso no fue sencillo. La cercanía a las instalaciones del metro impidió el uso de explosivos o maquinaria de alto impacto para las excavaciones. Los constructores que comenzaron la preparación del terreno en agosto del 2004 tuvieron que esperar nueve meses para izar la primera viga de la construcción y trabajar 19 meses más para ver instalada la antena. El 19 de noviembre de 2007 todo sería celebración. Acabados, diseño interior, arte e instalaciones ya estaban en marcha y generando información para el mundo: la noticia principal fue la presentación de la nueva sede.

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